Relaciones de los hombres casados
En otro tiempo, también los hombres casados se relacionaban generalmente entre sí y con terceros separadamente de las mujeres. Los lugares más comunes de reunión y ocio han sido las tabernas del pueblo.
En Apodaca, Bernedo y Ribera Alta (A) se ha recogido que los días festivos por la mañana después de misa y por la tarde después del rezo del rosario, los hombres se reunían para jugar a los bolos y a las cartas.
En Moreda, Pipaón y Ribera Alta (A) dicen que el lugar en el que más se relacionan los hombres casados es el bar, adonde acuden más los fines de semana y los días festivos después de la misa. Por la tarde juegan unas partidas de cartas. En Moreda agregan que los labradores se relacionan con personas ajenas a la familia en la bodega de vino y el trujal de aceite, en esos lugares hablan principalmente de asuntos profesionales.
En Zeanuri (B), en otro tiempo, la mayoría de los hombres de caseríos, tanto mayores como ancianos, acudían los domingos por la tarde a la taberna de la plaza a tomar lo que se llamaba erraziñoa, la ración, consistente en un cuartillo de vino con pan e higos secos. Esta práctica de acudir a la taberna las tardes de los domingos ha continuado pero los ancianos ahora permanecen en sus casas. Los domingos, después de la misa en la parroquia o en la ermita, los hombres mantenían conversaciones sobre asuntos económicos: precios, cuotas, ventas, maquinaria, ahorros, etc. Las reuniones de cofradía o de hermandad, en las que participaban generalmente los hombres, tenían lugar en domingo, después de la misa en la ermita del barrio.
En Gorozika (B) los varones se han relacionado principalmente con sus vecinos, auzuneak, con los antiguos compañeros de la escuela, y con otros hombres en el trabajo, en el bar y en la sociedad. En Andraka y Bermeo (B) el lugar habitual en el que los hombres se relacionan ha sido la taberna. En Trapagaran (B) pasan el rato y charlan en los bares. Era frecuente hacer esto los domingos después de la misa. En Elosua (G) antiguamente los hombres tras la misa se acercaban a confraternizar a la taberna de que disponía el caserío Benta.
En Hondarribia (G) la gente se relacionaba los días de fiesta a la entrada y salida de la misa y los días que había procesiones como en Semana Santa, Corpus Christi, San Isidro, etc. En ocasiones, los varones acudían los domingos por la mañana a alguna sidrería a jugar una partida de bolos. Entre los marineros era costumbre que los pescadores se reunieran con sus amigos a cenar alguna pieza de pescado.
En Améscoa (N) muchos hombres gustaban de tener su tertulia en pequeños grupos en ciertas casas donde jugaban a cartas, otros iban a la taberna. En Obanos (N) en tiempos pasados al centro y al café acudían sólo los hombres. En Mirafuentes (N) los pocos ratos de asueto de que gozaban los hombres los pasaban con su cuadrilla de amigos en la taberna o en las bodeguillas.
En los núcleos de población ha sido costumbre, y en parte lo sigue siendo, que los varones en grupo, que en determinadas localidades denominan cuadrilla, vayan alternado por los bares tomando un vino u otra consumición alcohólica, operación a la que llaman “chiquitear” o “ir de chiquiteo”.
Ha sido común, según se ha consignado en muchas localidades encuestadas, que los hombres se relacionaran entre sí cuando realizaban trabajos comunitarios vecinales como construir carreteras, lo que se conoce como trabajo en régimen de auzolan o alkarlan.
En Bernedo (A) el hombre era quien acudía a las juntas de concejo; a la llamada del concejo para el trabajo vecinal o vereda, y a la sociedad de bueyes que era un seguro de apoyo por si se desgraciaba un buey. Otro tanto ocurría con las juntas de las cofradías. Tenía importancia la cofradía de la Veracruz que era de carácter religioso y de apoyo social. Solían acudir ataviados de capa para dar más solemnidad al acto. A las rogativas y romerías a los santuarios tenía que acudir uno de casa que solía ser el hombre y si no lo hacía el concejo le penalizaba con multa. Por devoción también acudían las mujeres y otros miembros de la familia. Se iba a San Fausto en Bujanda, a Ntra. Sra. de Ocón en Bernedo, a San Bartolomé en Angostina, a San Vitor de Obécuri o a la ermita del santo en San Román de Campezo. Hoy día a estas romerías acude toda la familia, incluso quienes viven fuera del pueblo.
En Allo (N) se ha consignado que hubo y hay entidades como el ayuntamiento, Junta de Veintena, Cooperativa Vinícola, Caja Rural, Círculo Católico y Trujal Cooperativo que celebran reuniones periódicas a las que acudían únicamente los hombres, bien en su condición de socios o de miembros de sus juntas rectoras. También en Obanos (N) han consignado que en tiempos pasados a las reuniones de ayuntamiento acudían exclusivamente los hombres.
En Zeanuri (B) los hombres han sido tradicionalmente asiduos a las ferias, ferizaleak. Pocos faltaban a la de Areatza (B) que se celebraba los segundos sábados de mes. También acudían a las ferias de ganado de Vitoria o de Basurto (Bilbao). Algunos informantes aún recuerdan los desplazamientos a pie a las mismas, distantes 30 ó 35 km, para volver en ocasiones con el ganado allí comprado.
En Abezia, Apodaca, Bernedo, Moreda (A); Andraka (B) y Sangüesa (N) también se ha constatado que a las ferias de ganado iban sólo los hombres y allí alternaban con otros asistentes; en Bernedo se recuerda que los niños pequeños esperaban ansiosos las golosinas que solían traerles de ellas.
En Beasain (G) el marido suele bajar al núcleo entre semana cuando tiene que hacer alguna gestión de importancia para la casa. Suele procurar que sea día de feria para visitarla y cambiar impresiones con otros labradores. Antiguamente, a menudo, comía en algún bar en unión de otros labradores y volvía al caserío por la tarde. Hoy día con el automóvil los desplazamientos son más frecuentes pero más breves.
En Berastegi (G) se ha consignado que algunos lunes del año se celebra una feria de ganado en la cercana localidad de Tolosa, que ha perdido importancia, a la que acudían campesinos de la localidad. Más que movidos por la propia feria, lo hacían para pasar el día, asistir a un partido de pelota y merendar con los amigos. En Orexa (G) han señalado que los tratos del ganado mayor eran de cuenta del marido, que era quien acudía también a las ferias que se celebraban los lunes en Tolosa.
En Elgoibar (G) los hombres acuden a la feria mensual de ganado y de maquinaria agrícola que tiene lugar el último sábado de cada mes, y se relacionan con otros ganaderos y campesinos. En Oñati (G) el hombre acudía a la feria el primer viernes de cada mes para comprar o vender ganado y cambiar impresiones con otros labradores con los que luego cenaba. De Elosua (G) los días de feria acudían a las localidades próximas de Bergara o Azkoitia. En Hondarribia (G) también han consignado el dato de que los hombres asistían y se relacionaban en la feria de ganado de los lunes de Irun (G). En Obanos (N) eran sobre todo los hombres quienes acudían a los mercados de Puente la Reina y Estella a comprar o vender plantas y ganados.
En Zeanuri (B) hoy día no existen asociaciones religiosas de hombres, pero en otro tiempo funcionó la Tercera Orden Franciscana para hombres casados. Con más arraigo existió la Adoración Nocturna que se extinguió hacia 1970. Esta práctica religiosa requería de sus asociados el permanecer en la iglesia durante una noche al mes. Cuando se implantó en 1912 fue muy criticada porque los hombres pasaban la noche fuera de casa.
En Allo (N) también existió la Adoración Nocturna a la que sólo pertenecían los hombres. En Obanos (N) la cofradía de San Sebastián estaba integrada exclusivamente por varones hasta que a finales del siglo XX se invitó a formar parte de ella a las viudas de los cofrades. En Goizueta (N) hubo una asociación de carpinteros, la cofradía de San José. En Berastegi (G) como asociación religiosa existe la Cofradía de San Isidro Labrador, cuya fiesta se celebra el 15 de mayo con una misa y comida.
En Elorz (N) el primer sábado tras la Cruz de mayo (día 3) sólo los varones iban de romería a la ermita de Santa Bárbara, sita en la cima de la Higa de Monreal (Elomendi). Estrechaban relaciones entre sí los romeros y a la anochecida del mismo día que habían estado en la Higa se reunían casados y solteros a cenar.
De antiguo los jóvenes y adultos varones han formado parte de sociedades gastronómicas en las que organizan comidas y cenas con motivo de celebraciones y también los fines de semana. Antaño la entrada en ellas estaba restringida a los hombres, pero a partir de los años setenta comenzaron a admitir mujeres primero esporádicamente y luego con carácter general. A pesar de que el acceso hoy día es libre, las mujeres siguen siendo aceptadas como invitadas, pero no pueden ser socias. Sobre todo continúan siendo los varones quienes preparan la comida.
Otra cosa son los txokos o locales habilitados en casas particulares o lonjas donde se reúnen grupos de amigos o familiares para festejar celebraciones. En estos locales tienen entrada, además de los dueños o socios, las personas que son invitadas sin ninguna limitación de sexo o edad.
Se aporta el modelo registrado en una localidad guipuzcoana que, con pequeñas variantes es aplicable a todo el territorio encuestado.
En Elgoibar (G) un modo de relacionarse que tienen los matrimonios jóvenes es el de comer o cenar en grupo algún día del fin de semana en las sociedades gastronómicas que han proliferado en la localidad. También lo hacen los matrimonios mayores pero más esporádicamente con motivo de algún cumpleaños u otra fecha señalada. Los jubilados se relacionan entre sí acudiendo a su propio centro asiduamente sobre todo a jugar a cartas y participando en las excursiones y vacaciones que programan para su entretenimiento. Se han organizado incluso para que salgan de casa las personas mayores impedidas y que así puedan relacionarse con otras personas.