La casa de Valdorba
La casa representativa del valle de Orba o Valdorba presenta variantes en función de la situación. Los pueblos de la zona alta (750-800 m) eran eminentemente ganaderos pero también practicaban la agricultura. Los situados en la parte más llana (450-500 m) eran sobre todo agrícolas aunque con algo de ganadería. Esos diferentes usos marcaban en gran medida la morfología de la casa y sus distintas dependencias.
También influía, y mucho, el rango en la calidad de la construcción, pero podríamos describir la casa tipo del valle como de planta rectangular con la fachada más ancha que los muros laterales. Consta de tres alturas: la más baja destinada a cuadra de los animales domésticos y a almacén de aperos y otros utensilios; la primera planta destinada a vivienda, donde se encontraban el hogar o cocina, el horno del pan y las habitaciones; y la última planta o graneros, donde se almacenaban las cosechas y frutos de los cultivos, así como forrajes o hierbas de alimento para el ganado.
Aunque no faltan la fachadas construidas totalmente con buenos sillares, también las hay con sillarejos. Pero la que predomina estaba construida de piedra de mampostería desde los cimientos hasta el punto más alto, remarcando y reforzando las esquinas y aristas de puertas y ventanas con piedras de sillería o labradas, a veces pintadas de blanco con cal.
Su interior estaba construido principalmente con vigas de maderas de roble, tanto los suelos como la estructura del tejado. En los suelos de la primera planta era muy habitual el empleo de ladrillo rojo macizo. La mayor parte de las ventanas eran pequeñas y dispuestas principalmente a la altura de la primera planta y en la fachada. Los graneros del segundo piso tenían ventanas muy pequeñas que sobre todo cumplían la función de la ventilación.
La fachada se orientaba entre el este y el sur, evitando siempre el norte. Era más ancha que alta y en pocas ocasiones aparecían balcones, que más bien eran solanas, orientadas al sur u oeste, utilizadas para secar alimentos.
La mayor parte de las veces la casa contaba con una sola puerta de acceso a la vivienda y a las cuadras y corrales de la planta baja. Esta puerta era de madera, con forma de arco que podía ser de medio punto, peraltado y apuntado, y contaba con dos hojas. El acceso a la vivienda se hacía a través de una escalera interior. En muchas ocasiones la ventana central de la casa coincidía encima de la puerta de entrada, era la de la cocina.
El tejado era normalmente a cuatro aguas con un alero no excesivamente grande y cubierto de teja roja; anteriormente y sobre todo en los pueblos más altos se utilizaba la losa, de los que todavía quedan algunos ejemplos incluso en construcciones recientes. Estas losas se pueden ver en muchas ocasiones en los bordes de los tejados, en los aleros, sujetando las tejas del azote del viento. Por último, cabe destacar la chimenea que era simple, muchas veces pintada de blanco y sin protección superior.
En definitiva, se trataba de una casa dedicada a la actividad agropecuaria donde los animales ocupaban la totalidad de la cuadra, bien para su explotación ganadera o mayoritariamente como animales de tiro para explotaciones agrícolas. Los dueños vivían sobre la cuadra recibiendo el calor de los animales en el invierno y estando aislados por los productos almacenados en los graneros del piso superior. Aparte, muchas casas tenían para estos menesteres locales adicionales. La desaparición casi total del ganado y el aumento de volumen de los útiles de agricultura han modificado mucho el aspecto de los pueblos.
En su mayoría los elementos decorativos se referían a la heráldica o eran símbolos religiosos. Una parra recorría la delantera de la casa en muchas ocasiones y también era frecuente encontrar un pequeño huerto familiar adosado a un lateral de la casa, rodeado de paredes de piedra, al que salían a escarbar las gallinas, y que ayudaba en la difícil tarea de la alimentación diaria.