Cómo se nombran las personas

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En las zonas rurales vascófonas, pero no exclusivamente, pues también se ha constatado en pequeñas localidades rurales de otras áreas, la forma común de nombrar a una persona consiste en mencionar la casa y el nombre propio y, en ocasiones, sólo la casa.

En otras localidades se ha recogido el dato de que a las personas se les designa por el nombre o por el nombre seguido del apellido si la población es grande, pero sin excluir, en ocasiones, el nombre de la casa cuando es posible. También se han consignado abundantes testimonios de hacer referencia al oficio o empleo del cabeza de familia.

En Sara (L) al cabeza de familia se le llamaba por el nombre de la casa antes de que empezara a utilizarse el apellido paterno como único válido. A los restantes miembros se les designaba con el nombre de pila o de su estado o profesión más el de la casa, tal que Altzuarteko etxekoandrea, la señora de Altzuarte. Para señalar a los miembros de una familia sirve el nombre de la casa, que se utiliza de dos formas diferentes: por ejemplo para referirse a “los de Ibarsoro” se puede decir Ibarsorokoak o Ibarsorotarrak. En las localidades de Baigorri y Bidarrai (BN) los datos recogidos son similares.

En Donoztiri (BN) el propietario de una casa y su mujer suelen ser designados con los nombres de nagusi y etxekoandere respectivamente, precedidos del nombre de la casa, tal que Argaineko etxekoanderia, la señora de Argaine.

En Aria (N) a las personas se les nombra con el nombre de pila, completo o abreviado, seguido del nombre de la casa.

En Luzaide/Valcarlos (N) tratándose del dueño o dueña de la casa se les conoce con el nombre del caserío: Argina es el nombre del dueño de la casa del mismo nombre y Arginesa, el de la dueña. Si hay dos matrimonios hay que precisar, si se trata del dueño mayor del caserío Tolosha se diría Tolosha xaharra y si es la dueña joven, Toloshesa gaztia.

En Zeanuri (B) el nombre de la casa sigue haciendo de apelativo determinante para denominar a una persona. Así Benigno Olabarrikoa, Benigno el del caserío Olabarri, Lexeako Maria, María la de la casa Lexea. A veces se suprime el sufijo locativo y queda el nombre de la casa vinculado al nombre como si fuera un apodo: Leona-Kamiño, Patxi-Azkarra. Los hijos no emancipados son referidos al padre o en casos a la madre: Arraldiko Felipe(re)na, de Felipe, el del caserío Arraldi.

En Busturia (B) los datos recogidos son iguales. Se añade que en ocasiones a los hijos que viven en casa se les designa con una fórmula más abreviada, evitando incluso el nombre del caserío, aludiendo únicamente al nombre del padre o de la madre: Agurtzanena, el [hijo] de Agurtzane. Otro tanto señalan los informantes de Amorebieta-Etxano (B) donde indican que si hay varias casas con el mismo nombre, se añade además el nombre del cabeza de familia: Jose Mari Garitondoko Alejonekoa, Jose Mari el de la casa Garitondo el de Alejo.

Esta forma de nombrar a las personas se ha constatado también en Pipaón (A); Andraka, Gorozika (B); Altza, Elosua, Legazpi, Orexa (G); Goizueta, Obanos, San Martín de Unx, Urzainki, Valle de Roncal (N), y en las zonas rurales de Bermeo (B), Beasain, Berastegi, Elgoibar, Hondarribia y Oñati (G), localidades estas últimas donde señalan que al hablar en castellano utilizan asimismo esa fórmula de designación de las personas, así por ejemplo, Martín el de [el caserío] Arbide. En Elgoibar se ha consignado la utilización del lugar de procedencia: Mutriku, Naparra, Madrileñua, etc.

Separata de Eusko-Jakintza, 1949. Fuente: Barandiaran, José Miguel de. De antroponimia vasca. Extrait de Eusko-Jakintza, III, n.º 2-3, 1949, p. 163.

En Elorz (N) la casa tiene gran importancia y las personas que viven en ella son designadas por su posición en la misma, así se habla del amo viejo o del amo joven de casa de Erlearena. Se dice también, la hija de Arlentena ha casado a la casa de Garciarena, sin mencionar siquiera el nombre de ninguna persona. Lo importante no son los nombres de las personas sino los de las casas.

En Agurain, Berganzo, Bernedo, Pipaón, Ribera Alta (A) y Allo (N), hablando de una persona, se la menciona por el nombre de pila o por el nombre y el apellido. A veces tal y como se ha constatado en las localidades mencionadas y en Abezia, Apodaca (A) y Elgoibar, Oñati (G), por el nombre de pila más la profesión u oficio: el herrero, el pastor, el caminero, el panadero, el carnicero, etc. En Obanos (N) también se designa a las personas por el nombre de pila seguido del de su padre o madre: “la Pili de la Clara”. En Abezia, Bernedo, Ribera Alta, Valdegovía (A) y Andraka (B) han consignado que, en ocasiones, se alude al lugar de procedencia: el gallego, el francés, etc. En Trapagaran (B) se menciona por el nombre de pila, por un diminutivo si es persona cercana, o por el apellido. Si está emparentada con una familia del pueblo, se le cita por el apellido de ésta.

En Apodaca (A) se designa por el nombre de pila; si hay más de uno con el mismo nombre, se añade el de la casa: Antonio el de casa Retana. Se recurre igualmente a diminutivos o abreviaciones: Francisco, Paco, Patxi; Ángela, Angelita, etc. También en Valdegovía (A) para diferenciar a dos que llevan el mismo nombre se agrega el apellido o el nombre acompañado por el de otro miembro de la familia: Juan el de Tasio. En Ribera Alta (A) se recurre a veces al apellido paterno o del marido: Maritxu la de Cerrillo.

Apodos, ezizenak

En algunas localidades se ha recogido el dato de que ciertas familias son conocidas por el apodo y, por consiguiente, a sus miembros y familiares se les nombra por el apodo o por el nombre más el mote. Se señala con carácter general que su utilización, salvo en zonas rurales o núcleos pequeños, se ha debilitado con el paso del tiempo.

En San Martín de Unx y en Valtierra (N) es corriente llamar a las personas por el mote familiar; en Obanos (N) los motes se utilizaron más cuando el pueblo era pequeño. En Sangüesa (N) tras el nombre propio viene, a veces, sobre todo para referirse a personas de cierta edad, el del mote de la casa de origen: la Ricarda de Charamala, Sixto de Mozocoche, etc.

En Bermeo, Gorozika (B); Altza, Beasain, Berastegi, Elgoibar, Hondarribia y Legazpi (G) a determinadas familias y personas se les designa por el nombre de pila más el mote que, en ocasiones, hace referencia al oficio[1]. Se ha constatado también el empleo ocasional del mote en Agurain, Apellániz, Berganzo, Bernedo, Pipaón, Ribera Alta (A); Amorebieta-Etxano, Andraka, Busturia, Zeanuri (B); Allo, Luzaide/Valcarlos (N) y Baigorri (BN). En Sara (L) algunas personas eran nombradas con motes, rara vez una familia.

En Andraka (B) se ha recogido que a veces el apodo puede estar referido a una característica física, o a la localidad de procedencia cuando es foráneo; este último supuesto se ha constatado también en Sangüesa (N), así el Lumbieraco.


 
  1. En Bermeo (B) señalan que los motes son muy abundantes. Cirilo de ZABALA en su obra Atalaya histórica de la muy noble y muy leal Villa de Bermeo. Bilbao: 1964, publicó una lista con dos mil motes recogidos en esta villa marinera. También un buen número de apodos referidos a personas y familias de la villa vizcaína de Gernika-Lumo pueden consultarse en: Gernika Zaharra. Callejero, apuntes y anécdotas del Gernika anterior al 26-IV-37. Gernika: Gernikazarra, 1987, pp. 93-97.