Dominación del marido por la mujer

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Según se señala con carácter general en las localidades encuestadas, nuestra sociedad tradicionalmente ha aceptado como normal la situación de dominio del marido sobre la mujer e igualmente es común el dato recogido de que estaba mal visto el que la mujer dominara al marido, sobre todo si esta manifestación era pública y notoria. Los hombres se suelen burlar de este tipo de maridos; así por ejemplo en Obanos (N) cuando una mujer iba al bar en busca de su marido, los hombres empezaban a cacarear.

Algunos informantes han apuntado que tampoco estaba bien visto que el marido se entrometiera en los asuntos domésticos porque se entendía que el ámbito del hogar era un territorio que correspondía a la mujer. Así en Luzaide/Valcarlos (N) gizon ulia era el hombre que se diluía en faenas de la mujer y no era bien visto; también se llamaba emaxte gizon al hombre que quemaba demasiadas horas en casa con abandono de las faenas del campo.

En Valtierra (N) para definir los roles de los esposos se decía que el hombre llevaba los pantalones fuera de casa y la mujer dentro, y uno de los síntomas de que pudieran surgir problemas se debía a la dominación del marido por la mujer fuera de casa.

Se ha consignado también que no se ha dado la “dominación” absoluta como tal de un cónyuge sobre el otro. Así por ejemplo en Zeanuri (B) se señala que el liderazgo y el dominio del marido no figuraban como un valor supremo del matrimonio. Gizona epela bada, baten batek artu bearko ditu erabagiek, etzea aurrera aterateko, si el marido es un indeciso, alguien tendrá que tomar las decisiones para que la casa salga adelante. Este objetivo de “sacar la casa adelante” es el patrón que mide valores y cualidades, tanto del hombre como de la mujer.

En Sara (L) estaba mal visto y era muy censurado el dominio despótico del marido sobre la mujer y viceversa. Un régimen de igualdad y de derechos paritarios era considerado como más justo y conforme con los usos tradicionales.

Se han registrado numerosas expresiones populares para designar esta situación o para denominar al hombre que se encuentra en ella. En Abezia, Apodaca, Berganzo, Moreda, Pipaón, Ribera Alta, Valdegovía (A); Trapagaran (B); Elgoibar (G); Elorz y Sangüesa (N), del hombre que se deja dominar por la mujer se dice que es un “calzonazos”, un “bragazas”, “un don nadie” y que “no vale para nada”. En Moreda agregan que es poco hombre y que “no tiene bien puestos los cojones”, que es un “cojonazos” y un “pelele”. En Bernedo (A) se decía que era un “bobo” o un cobarde; en Trapagaran (B) que era un “gallina”, un “marica” y un “gualdanas”; en Legazpi (G) se le consideraba un “pelele” o un “gallina”; en San Martín de Unx (N) también un “gallina”. En Sangüesa (N) al hablar de ello se suele decir: “si la mujer te manda tirarte por la ventana, tarde o temprano te tirarás”.

En euskera se han recogido estas expresiones: en Bermeo, Busturia y Gorozika (B) se le llama gixajo, pobrecillo; en Amorebieta-Etxano (B): andrien gonapeko gixona, hombre [que vive] bajo las faldas de la mujer; en Andraka (B) andra-azpi.

En Beasain y en Elosua (G) se establece una diferencia: si el marido es un hombre trabajador y responsable, su dominación por la mujer ha estado y está mal vista y suele decirse que es ella quien debería vestir los pantalones. Si por el contrario el marido es poco trabajador e irresponsable, se suele comprender y eximir de culpa a la mujer, diciendo: dana bearren izango da, todo le hará falta. En Oñati (G) si el hombre era de poco fundamento se aceptaba que la mujer llevara los pantalones y se decía: Zu zara gizona andria dakozulako, gracias a que tienes mujer eres hombre.

En Zeanuri (B) al marido de poco carácter o apocado se le califica de gizajo, término peyorativo que indica que se trata de un hombre de poca decisión; al contrario de lo que ocurre con koitedue, cuitado, que se aplica a niños e inocentes. Una persona emprendedora de la localidad solía repetir que prefería ser considerado ladrón antes que gizajo. Sin embargo esta debilidad de carácter se puede remediar ante la consideración general con una constante dedicación al trabajo y a la casa. Una curiosa expresión femenina referida a un marido apocado pero silencioso y trabajador dice así: Jainkoaren katue baiño gizon obea, un marido más bueno que el gato de Dios.

También se han recogido vocablos o expresiones referidos a la mujer que domina al marido.

En Apodaca, Pipaón (A); Trapagaran (B); Elgoibar (G) y Allo (N) la mujer que domina al marido se dice que lleva los pantalones, que es una “dominanta” o “dominantona”, y “de armas tomar”. En Bermeo (B) de las mujeres muy autoritarias se dice que son unas “marimachos”. En Allo (N) un informante dice que esta clase de mujeres eran unas “marimandonas” o unos “machohembráus”. En San Martín de Unx (N) un informante señala que suele decirse: “manda la mujer, desastre”, pues se piensa que los hijos hacen causa común con la madre para dominar al padre.

En euskera se han consignado las siguientes expresiones: en Legazpi (G) matxarderea o prakaduna; en Luzaide/Valcarlos (N) emazte iandarma. En Amorebieta-Etxano y Gorozika (B) de ella se dice: ak berak dekoz prakak, es ella quien lleva los pantalones. En Zeanuri (B): andreak daroaz frakak, la mujer es quien lleva los pantalones. En Berastegi (G) la gente dice de él: inuxente bat dek ori, es un cuitado; galtzak andreak eramaten ditu, la mujer es quien lleva los pantalones. En Andraka (B): ixajo, ezkondu danen, andrek imintxu beran frakak, cuitado, al casarse la mujer se ha vestido sus pantalones. Señalan en esta localidad que si bien esta situación no era frecuente, se daba ocasionalmente cuando la mujer era la heredera de la casa donde vivía el matrimonio.

En Amorebieta-Etxano (B) se ha recogido el siguiente dicho: Abadiek agintzen daben errixe, andrak agintzen daben etxia eta auntzek dabixen beresixe, txarto, mal asunto el pueblo donde mandan los curas, la casa donde mandan las mujeres y el jaral donde andan las cabras. El refrán recogido en Orexa (G) es similar: emakumeak gobernatzen duan etxea eta auntzak gobernatzen duan baratza, berdin, la mujer que manda en la casa y la cabra que gobierna la huerta, igual.

Como contrapunto de las expresiones mencionadas sobre la mujer dominadora del marido, en la escuesta de Zeanuri (B) se han consignado algunas cualidades valiosas tanto en la mujer como en el hombre que pueden hacerse extensivas a otras localidades.

En una esposa las cualidades más estimadas eran la laboriosidad y su cualidad de limpia, andre fine ta garbie. Una comparación frecuente referida a la mujer la recoge el dicho: berakatza baiño finegoa, más fina que el ajo. Era objeto de alabanza también la esposa ahorradora que con poco sacaba mucho, que hacía que las cosas duraran: etxe betean, andra txarrik ez, en casa bien provista, no hay mujer que no sea eficiente. La hermosura de la mujer es estimada: neska galantak, dote arpegien, la muchacha hermosa lleva la dote en la cara.

En esta misma localidad vizcaína se ha recogido que en el marido la cualidad más estimada era que fuera bueno para casa, ona etxerako. Las demás cualidades están siempre supeditadas a ésta.