Entramado de madera

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En aquellas localidades donde las casas muestran entramados de madera en sus fachadas, éstos suelen aparecer al descubierto para resaltar la belleza de los edificios.

En Lesaka (N) es costumbre muy generalizada la de dejar los entramados de madera de la fachada sin cubrir. Abundan las casas con pisos saledizos o voladizos de manera que las vigas, modillones, zapatas, etc., que sostienen a aquéllos están tallados en la mayoría de las construcciones, unas veces con motivos decorativos sencillos, toscos e irregulares, pero llenos de gracia; en otras ocasiones ostentando la viga un verdadero lujo de adornos geométricos y vegetales maravillosamente tallados. A veces en la viga principal de la fachada se halla representada una de las herramientas características del oficio del que construyó la casa. Los marcos de las ventanas y puertas también están adornados del mismo modo que las vigas. Los motivos decorativos más corrientes son el ajedrezado, y las hojas y vegetales estilizados. No se ve en las vigas ninguna figura de hombre o animal. En cambio es relativamente frecuente ver alguna piedra saliente de la fachada representando la cara de un ser humano[1].

En Ainhoa (L) muchos de los entramados de las casas más antiguas están esculpidos; destacan tallas a lo largo de los travesaños durmientes tanto en los extremos como en el centro. El tema principal es el gallón, godron, o la coma, virgule. Algunas casas importantes tienen postecillos esculpidos.

Casas con entramado de madera. Ainhoa (L), 2011. Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.

En Beasain (G) las vigas y postes de madera que se encastraron en la fachada principal de algunos caseríos a partir de la primera planta, quedan a la vista formando un bello conjunto decorativo.

El recurso a los entramados es ahora común en las construcciones recientes, lo que no deja de resultar paradójico teniendo en cuenta que los mismos nos hablan de la antigüedad de las construcciones. Los nuevos entramados son puramente ornamentales y unas veces son también de madera, como los originales, lo que se traduce en un incremento en el precio de la construcción, mientras que otras son una imitación. Así, cuando se recibe la fachada con hormigón se dejan fajas que sobresalen y que posteriormente se pintan imitando a la madera.

Esta incorporación de los entramados obedece a cuestiones estéticas, a una revalorización de lo antiguo y posiblemente a una idealización de la casa tradicional precisamente en unos tiempos en los que los materiales de construcción y la función de la casa se han alejado definitivamente de los tradicionales.


 
  1. Julio CARO BAROJA, “Algunas notas sobre la casa en la villa de Lesaka…”. Etnografía histórica de Navarra. Tomo II. Pamplona: 1972, pp. 82-83.