Casas y tierras en poblamientos disperso y mixto

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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La situación más general en zona rural es que la casa se encuentre en el centro o próxima a las heredades o terrenos de cultivo, los prados algo más distantes, y los montes, comunales o particulares, más alejados. Pueden estar distantes unas casas de otras o separadas por espacios o franjas de terreno, o agrupadas unas junto a otras.

En Bedarona (B) no hay núcleo de casas salvo en el centro, el resto son caseríos dispersos, cercanos algunos entre sí y otros aislados. Están separados por terrenos, pastos y huertas, y el nexo de unión es el camino. En Gorozika, Kortezubi y Zeanuri (B) la casa ocupa un lugar próximo a sus piezas de cultivo, soloak. En Abadiño (B) los caseríos, en ocasiones bifamiliares, suelen estar también rodeados por sus tierras. Unas veces forman barriadas y otras se encuentran diseminados.

En Orozko (B) las casas, en su mayoría unifamiliares y exentas, están agrupadas en pequeños núcleos, en número inferior a 20, distantes entre sí alrededor de diez minutos a pie. Los caminos hacen de línea divisoria entre dos propiedades. Suelen presentar a lo largo de sus lados un amontonamiento de tierra con zanja que recibe el nombre de logana o palatue.

En el Valle de Carranza (B) los sistemas de poblamiento son dos: el concentrado y el disperso. En el primero se alternan las construcciones y los claros. Ambos sistemas se reparten irregularmente por todo el Valle. La morfología de los barrios es netamente rural, los edificios se ubican a lo largo de caminos y carreteras que, en ocasiones, abocan a espacios abiertos. Concha y Ambasaguas son los barrios más importantes y los únicos que presentan un esquema urbano.

Caseríos dispersos. Kortezubi (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.

En Ataun (G) la casa ocupa un lugar próximo a las piezas de labranza y a los manzanales. En Berastegi (G) la situación de una casa respecto de las vecinas es de total independencia sin que guarden alineación. En Orexa (G) los caseríos son todos aislados aunque no están alejados unos de otros, casi todos tienen sus tierras cerca. En Oñati (G) si la casa está sola los terrenos están alrededor. En Telleriarte (G) normalmente las huertas están alrededor de la casa, los prados un poco más alejados. Las casas más cercanas distan entre sí de 200 a 300 m y se comunican mediante pistas.

En Zerain (G) el caserío ocupa el centro de los terrenos labrados, dominando su conjunto. El pueblo está dividido en barrios que agrupan los caseríos que separados unos de otros constituyen un conjunto sin solución de continuidad. Ello da lugar a la formación de los principales caminos; a veces el caserío se ha construido a la orilla del camino. Así se consigue evitar la sensación de aislamiento a pesar de la distancia existente de los barrios extremos al núcleo del pueblo.

En Luzaide/Valcarlos (N) el pueblo nació en sentido lineal a lo largo del camino de peregrinos de Santiago. Las casas, muy distanciadas entre sí, tendieron a reagruparse hasta que, rotos los prejuicios legales, surgió la fórmula espontánea de los caseríos a lo largo y ancho de la geografía de la localidad. Cada caserío está cerca de las tierras que cultiva. En Mirafuentes (N) el caserío se halla en una posición central con respecto a los límites del término municipal; las huertas, separadas entre sí por muros de piedra, se encuentran en una franja cercana a las viviendas.

En Donoztiri y en Heleta (BN) las casas, salvo algunas del pequeño casco de población, se hallan próximas a sus terrenos de labrantío. Éstos en Heleta se hallaban cercados con setos. Los límites de los terrenos venían señalados mediante setos, esiak, o con mojones, zedarriak, que son piedras parcialmente metidas en el suelo y a su lado, la tierra, unos casos de teja que hacen de “testigos”, lekukoak.

En Uharte-Hiri (BN) la casa se encuentra generalmente rodeada de sus propiedades, sobre todo de las tierras de cultivo, alhorrak, y sus prados, pentziak. En Urepele (BN) las casas están más o menos distantes unas de otras, cada una está junto a sus tierras cultivadas que se hallan rodeadas de setos y paredes o enmarcadas con mojones, mugarriak. En Ortzaize (BN) las casas se encuentran a unos 300 ó 400 m unas de otras y están contruidas junto a los caminos. La mayoría tiene sus huertas alrededor de la casa.

La comarca del Valle de Zuia (A) se presenta como unión entre dos tipos de poblamiento: el disperso, típico del caserío vasco y el de la llamada aldea alavesa, de población concentrada, que se da en la parte sureste lindante con la Llanada alavesa. Esta doble dependencia de ambas tipologías hace que en esta región se dé el asentamiento semiconcentrado. El poblamiento en conjunto se puede considerar como disperso en pequeños grupos o núcleos de casas. La aldea del valle zuyano consta de casas de labor agrupadas pero no unidas, rodeadas de tierras.

En Obanos (N) los agricultores han procurado tener piezas de labor en los diferentes terrenos que rodean el pueblo, por tratarse de distintas calidades de suelos y para compensar el esfuerzo del desplazamiento. En Monreal (N) las huertas y tierras de las casas se encontraban normalmente en las afueras del pueblo. En Moreda (A) extramuros existen casas-huertas y pajares en torno a las eras.

Viñedos en las afueras de Moreda (A), 2005. Fuente: José Ángel Chasco, Grupos Etniker Euskalerria.

En Amorebieta-Etxano (B), en la zona rural, el caserío suele tener las huertas en derredor. A menudo los caseríos forman pequeñas agrupaciones o barrios. En los núcleos poblacionales las casas de pisos se construyen en espacios a veces reducidos y con el mayor número de plantas posible, unas pegadas a otras junto a la acera o la carretera.

En Bermeo (B) los caseríos se ubican a lo largo del camino en casi todos los barrios salvo en algunos en los que se encuentran más dispersos. El casco histórico de la villa, amurallado hasta el siglo XIX, está formado por tres calles principales. En Busturia (B) las tierras que se cultivan se hallan cerca de los caseríos. Cerca de la carretera comarcal se han construido edificios de cuatro o cinco plantas.

En Trapagaran (B) hay que distinguir tres grupos de casas: las tradicionales que se hallan formando los primitivos asentamientos de población por barrios. Un segundo grupo de casas son las situadas junto a la carretera general, más funcionales y de varias plantas; algunas de ellas tienen las huertas en la parte zaguera. El tercer grupo lo constituyen pequeñas viviendas de planta baja y piso o sólo planta baja.