El poyal, altzarria
Ya se ha recogido en un apartado anterior dedicado a los cerramientos con entramado de madera que normalmente los postes se apoyan en el muro que cierra la primera planta de tal modo que no partan desde el suelo, evitando así que la madera se pudra con la humedad.
Lo mismo ocurre con los postes de la estructura interior de madera que arrancan de la planta baja. No lo hacen apoyados en la tierra o en la roca sino sobre una pieza de piedra de forma por lo general troncopiramidal que aísla la base de los mismos de la humedad del suelo y en buena medida, al ser esta la planta destinada a cuadra, de la acción del estiércol. El nombre que ha recibido esta pieza es el de poyal.
En Agurain (A) cuando es preciso colocar un poste se comienza por hacer la cimentación hasta el firme o arbel[1] de tal modo que quede unos 10 cm más bajo que el nivel del suelo. Sobre su superficie se asienta el poyal que es de forma piramidal truncada y sobre él se coloca el poste. A éste en su centro se le hace una espiga de unos 55 mm en cuadro y el agujero correspondiente en el poyal para su fijación. Los postes soportan las vigas cuyo otro punto de apoyo lo constituye la pared, y sobre ellas los cuartones de los pisos.
En la parte superior se ensambla de igual manera una pieza que va superpuesta y es de la misma anchura y el triple de largo, llamada jimel, cortada a inglete o moldurada en ambos lados del vuelo, para que asienten las vigas unidas a barbete, media cola de milano o con empalme de rayo de Júpiter. Sobre las vigas se asientan los cuartones para el suelo. Cuando se encuentran dos tramos de cuartones sobre la viga se fijan con clavos tras hacer a cada cuartón una muesca llamada clavera. La unión entre cuartones es a cachete, es decir, a tope entre sí. Pero siempre se dispone una hilada de cuartones precisamente de manera que al colocar el poste superior, alineado con el de abajo, atrape a la hilada mediante un empalme a barbete, es decir, en 2/3 de su superficie.
En el Valle de Carranza (B) cada poste de la cuadra se dispone sobre un poyal hecho a partir de una única piedra labrada de sección cuadrada y que se estrecha hacia arriba. En la parte superior del poste se coloca una pieza de madera llamada zapata dispuesta horizontalmente. Sobre la misma se apoya una viga de dimensiones importantes, el tirante, que recorre la casa a todo lo largo. Cuando es necesario poner dos o más tirantes, las uniones entre los mismos se realizan sobre las zapatas. Estas piezas: postes, zapatas y tirantes, tienen todas la misma sección. Sobre los tirantes, transversalmente, se colocan las vigas sobre las que se clavan las tablas que forman el suelo.
En Elosua (G) los postes de madera transmiten los empujes verticales al terreno por medio de unos apoyos de piedra, poialak, de forma cilíndrica o troncopiramidal, de una altura aproximada de 80 cm. En Gautegiz-Arteaga (B) este apoyo de piedra que sirve de base al poste se denomina altzarrixe y en Markina (B) poste-arrixe.
En Bernedo (A) los postes de madera que sujetan el piso y el tejado van apoyados sobre piedras, a veces toscas y otras labradas, con el fin de que no se pudra la madera al contacto con la humedad del suelo.
En Elgoibar (G) en los casos en que se encuentran postes centrales, estos se apoyan sobre una piedra con forma de pirámide que a su vez va dispuesta sobre otra gran piedra. Lo cierto es que en esta localidad hay muy pocos postes sueltos.
En Artajona (N) si la distancia entre la pared de la fachada y la posterior era muy grande, se levantaban pilares desde los cimientos, bien con piedra o con ladrillo. Sobre estos pilares descansaban los puentes o maderos perpendiculares a los costados, para soporte de las bovedillas. Los pilares centrales sostenían también los puentes de la techumbre, que eran de diferente largura, llegando hasta siete metros. Aunque se ven puentes de roble en algunas casas, son más comunes los de pino o chopo.
- ↑ Baráibar localiza esta palabra precisamente en Salvatierra: “En las heredades o piezas, la parte en que ha desaparecido la tierra vegetal, quedando al descubierto la roca. Del vascuence arbel “toba o piedra pómez”, voz usada en la toponimia eúskara.” Federico BARÁIBAR y ZUMÁRRAGA. Vocabulario de palabras usadas en Álava. Madrid: 1903.