Los tapones de cera no siempre provocan dolores pero sí molestias y pérdidas temporales de audición. Se intentan solucionar los problemas que causan mediante un remedio muy conocido y extendido, idéntico al recogido en el apartado anterior: verter dentro del oído unas gotas de aceite templado para deshacer la cera acumulada, durante el tiempo que sea necesario.
En Muskiz (B) se echa en el oído aceite a la temperatura del cuerpo durante unos días. Luego con una pera de goma se introduce agua hervida, también templada a la temperatura del cuerpo, y con algo de presión hasta que salga la cera.
En Mendiola (A) para lograr reblandecer los tapones de cera se introduce en el oído aceite de oliva con una jeringuilla, o bien agua templada con una pera o se aplica un algodón empapado con el aceite resultante de freír manzanilla casera.
En Moreda (A) el remedio utilizado para disolver el cerumen que se acumula dentro del oído ha consistido en echar en el mismo unas gotas de aceite de oliva. En Apodaca (A) recurrían al aceite virgen para ablandar la cera y después la sacaban con la ayuda de un palillo.
En Astigarraga (G) se aplica el aceite con la punta de los dedos. Luego se pone un algodón y se espera a que salga el tapón.
En Allo (N) se recurría al médico, que ex- traía el tapón con una pera de agua tras haber añadido primero una gota de glicerina. Otros lo extraían en casa sirviéndose de una pera de goma y agua con un poco de jabón.