Agapes y refrigerios a los asistentes
En muchas localidades de Vasconia ha existido la costumbre de obsequiar con un refrigerio a todos los participantes en el entierro. Esta refección consistente en pan y vino venía a ser, al decir de Barandiarán, una suerte de banquete fúnebre[1]; se ofrecía y se tomaba de manera ritualizada y acompañada siempre de invocaciones y de oraciones.
- ↑ José Miguel de BARANDIARAN. Estelas funerarias del País Vasco. San Sebastián, 1970, p. 29.