Monchina
En la zona más occidental de la vertiente atlántica, coincidiendo con la comarca de las Encartaciones de Bizkaia, se ha criado y aún perdura en precario estado otra raza de animales montesinos que, precisamente por ser éste su hábitat, se conoce como monchina.
En Carranza a principios del siglo XX la cabaña ganadera se componía mayoritariamente de vacas de monte o monchinas que permanecían la mayor parte del año en los pastos comunales de los montes altos. En la actualidad quedan pocos animales monchinos en estado puro en la cada vez más reducida superficie libre de pasto de los montes del Valle. Ante su baja rentabilidad económica los ganaderos han intentado mejorar esta raza cruzándola con otras como la asturiana, limusina, pirenaica, suiza y charolesa lo que está llevando a su desaparición por absorción genética.
En Abanto, Zierbena, Muskiz y Galdames las razas de vacas que se crían son monchina, pirenaica, tudanca, charolesa, limusina, jersey, suiza, frisona, holandesa y canadiense[1].
Tanto esta raza como la anterior perviven en nuestros montes en estado semisalvaje obteniéndose como único producto su carne.
- ↑ Las vacas de raza frisona también han sido conocidas como pintas y holandesas. El que aparezcan con otras denominaciones como canadienses o que en una misma población se las considere como razas diferenciadas puede ser reflejo del proceso de mejora genética al que se ha visto sometida esta vaca de aptitud lechera, que la ha convertido en un animal no sólo más productivo sino también de mayor tamaño y con algunos rasgos morfológicos modificados.