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En Elgoibar (G), hacia los años veinte, cuando un vecino entraba en agonía, recibía la visita de los miembros del vecindario quienes rezaban en su habitación dirigidos por una mujer que tenía encomendada esta misión. Esta costumbre, así como la de suministrar a la casa del agonizante agua y velas benditas, si carecía de ellas, era propia de los caseríos del barrio de San Pedro. Los del centro de la villa, ''kaletarrak, ''no rezaban en presencia del enfermo sino en la cocina o en el comedor dirigidos por cualquiera de los presentes.
[[File:FIGURA7.7 Manual para ayudar a bien morir. 1907.png|RTENOTITLE_FIGURAframe|Manual para ayudar a bien morir. 1907.]]
En Goizueta (N) si el sacerdote no se hallaba presente dirigía las oraciones cualquiera de la casa; también desempeñaba un papel importante la serora ya que conocía las oraciones y las costumbres relativas a esta situación.
En Murchante (N) recuerdan que se rezaba a San José un Padre Nuestro y diferentes jaculatorias para ayudar al enfermo a bien morir.
[[File:FIGURA7.8 Oracion de agonia. 1907.png|RTENOTITLE_FIGURAframe|Oración de agonía. 1907.]]
En Liginaga (Z) los presentes recitaban ante el moribundo lo que se llamaba ''Inmanusa ''que según una informante era la oración de la agonía de Jesús, ''Jesusen agoniako othoitzia: ''«In manus tuas Domine conmendo spiritum meum... »<ref>José Miguel de BARANDIARAN. «Materiales para un estudio del pueblo vasco: en Liginaga (Laguinge)» in ''Ikuska, ''III (1949) p. 33.</ref>.