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Amojonamiento. Mugarriak

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En Amorebieta-Etxano (B) se ha recogido que los mojones son de piedra o de cemento y son las señales de valor jurídico, indicadoras de los límites entre fincas. Sepultados en torno al medio metro de profundidad, tienen como testigos trozos de teja y de carbón vegetal. Para la remoción de un mojón han de estar presentes los propietarios de los terrenos colindantes.
[[File:8.35 Mojones divisorios entre tres municipios encartados Ilsos de Ribacoba (B).JPG|center|600px|Mojones divisorios entre tres municipios encartados, Ilsos de Ribacoba (B). Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
En Bedarona (B) el alcance de la propiedad de fincas y bosques particulares se delimita mediante mojones. Estos son unas piedras alargadas rectangulares que se colocan donde comienza la propiedad o el bosque y donde acaba. Si hay un cruce de tres propiedades, se colocan tres piedras, una central y otras dos a los costados. En la línea de la ''munjonera ''no se planta nada y los dueños deciden a qué distancia de ella se podrán plantar árboles. Los mojones siempre tienen que colocarse en presencia de testigos, debajo se ponen trozos de teja. Las piedras se acarrean del barrio de Ogella, se eligen entre las rocas de la orilla.
En Obanos (N), en otro tiempo, cada parcela estaba marcada por mojones. La expresión utilizada era “vamos a mojonar las fincas”. Consistía en poner en los límites una piedra corriente, hincada, de las que afloran en el campo, que mientras se trabajaba con caballerías no hacía falta que fuera muy grande, pero al utilizar el tractor, como se remueve más la tierra, tenía que estar hundida más profundamente.
En San Martín de Unx (N) una costumbre en boga en 1980 era señalar la propiedad con trozos de vigueta hincados en el suelo, lo que indica que el hombre se ha valido de los materiales al alcance de su mano para amojonar<ref>Costumbre que no es nueva. En el Camino Viejo a Santa Zita, una antigua estela fue utilizada como mojón. Véase F. J. ZUBIAUR. “Nuevas estelas discoideas de San Martín de Unx” in CEEN, IX (1977) pp. 276-277.</ref>.
En el Valle de Roncal (N) (Ustárroz, Isaba y Urzainqui) los terrenos se delimitaban con mojones, ''mugarriak ''o ''harri-mugak'', y mediante ''veídos'', es decir, visitas de los propietarios colindantes y la tercera parte oficial para inscribirlo en el abolengo de cartas de propiedad con la expresión “junto a...” o “cercano a...”.
En Viana (N) se ha constatado una costumbre distinta porque rara vez ponían mojones de piedra entre las fincas de los particulares, únicamente se hacía en lugares discutidos o problemáticos, como los derechos a paso, y entonces colocaban una piedra cualquiera. Asimismo, los particulares mojonaban notarial-mente algunas propiedades importantes, o términos redondos, como las del monasterio benedictino de Santa María de Nájera en Viana, junto al Ebro, y en ellas “se puso un mojón con letras góticas que decía Nájera”.
Interés particular ofrece el ''mojón centrical ''o ''artamugarria ''que se colocaba en medio del sel, ''korta ''o ''saroia ''que era un espacio en el monte donde el ganado podía pastar libremente, si bien luego [[Apendice_Seles_en_Vasconia|los seles ]] pasaron a ser propiedades privadas dentro de un entorno de uso comunal. Sobre este asunto escribió el historiador Iturriza y ha sido objeto de estudio por nuestra parte en otro volumen de este Atlas etnográfico. Como se ha descrito que se hacía en la colocación de mojones en las fincas también bajo ese mojón central se ponían un trozo de teja y cenizas de carbón vegetal<ref>Sobre este tema véase: ETNIKER EUSKALERRIA. “Seles en Vasconia” in ''Ganadería y pastoreo en Vasconia''. Bilbao: 2000, pp. 439-442.</ref>.
Un aspecto importante en relación con los mojones es la remoción de los mismos. Nuestras encuestas de campo han consignado que su trasplante fraudulento tiene la consideración de falta muy grave y puede ser [[Querellas_y_reconciliacion._Haserreak_eta_konponketak|considerado fuente de litigios]]. A modo de ejemplo se aporta el testimonio de Abezia (A) donde los informantes han señalado que las discusiones a la hora de fijar los límites de propiedad son muy frecuentes porque siempre hay personas que buscan apropiarse de lo que no les pertenece cambiando la ubicación de los mojones, modificando los surcos, etc. En algunas localidades encuestadas señalan que para cambiar de lugar los mojones aprovechaban los días de niebla, sobre todo en terrenos pertenecientes a casas donde vivía gente mayor. De estos casos se ha hecho eco la conciencia popular, castigando severamente a sus autores<ref>Este tema se trata incidentalmente en: ETNIKER EUSKALERRIA. “Querellas y reconciliación. Haserreak eta konponketak” in ''Casa y familia en Vasconia''. Bilbao: 2011, p. 932.</ref>.
A este propósito, a comienzos de 1920, Barandiaran recogió dos leyendas sobre aparecidos:
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