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En el decenio de los cincuenta, durante el pe riodo de elaboración de dos tandas de quesos, matutina y vespertina, el pastor observaba el si- guiente siguiente calendario: se levantaba hacia las cinco de la mañana, ordeñaba las ovejas y agregaba el cuajo a la leche. Conducía el rebaño al pasto y se disponía a fabricar quesos hasta las nueve y media. A esta hora almorzaba, antaño talos con suero y si no había suero, talo con un poco de queso. A continuación se acostaba hasta las cuatro de la tarde, momento en que ponía a cocer el puchero y realizaba pequeños trabajos. Comía a las siete de la tarde, antiguamente habas condimentadas con tocino o manteca y talos con suero o queso, según la época. Recogía el rebaño, realizaba el segundo ordeño a las ovejas, aplicaba el cuajo a la leche y a las nueve y media de la noche se ponía a hacer la segunda tanda de queso hasta la una de la madrugada.