Cambios

Casa matriz o del patron

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''Etxea, ''la casa, es el nombre que por antonomasia reciben las casas matrices o que no han sido fundadas por otras. La casa que ha sido fundada por otra, en algunas zonas del país, se llama ''borda<''<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “De la población de Zugarramurdi y de sus tradiciones” in OO.CC. Tomo XXI. Bilbao, 1983, p. 322.</ref>. ''En este apartado hemos incluido el lugar en que se efectuaba el levantamiento del cadáver de los fallecidos en las bordas y de los criados o personas al servicio de una casa. En muchas localidades no se ha conocido la costumbre de llevar el cadáver a la casa matriz o del patrón del difunto para ser allí levantado por el clero parroquial. En algunos lugares se ha argumentado, como razón de la inexistencia de esta práctica, el que la gente era pequeña propietaria siendo por tanto los ocupantes de los caseríos sus propios dueños y que apenas han existido inquilinos, ''maizterrak. ''
En Zugarramurdi (N), por los años cuarenta, los difuntos de cada ''borda ''eran conducidos el día del entierro a su correspondiente ''etxea ''o casa matriz adonde acudía el cura de la parroquia a efectuar el levantamiento del cadáver, para a continuación, llevarlo hasta la iglesia<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “De la población de Zugarramurdi y de sus tradiciones” in OO.CC. Tomo XXI. Bilbao, 1983, p. 331.</ref>.
En Hondarribia (G) en tiempos pasados, el cuerpo de una persona fallecida en un caserío arrendado alejado de la parroquia era trasladado a la casa del propietario situada en el núcleo urbano. Los informantes recuerdan que los que vivían en la popularmente conocida como «Casa Laborda», en el n.° 33 de la calle Mayor, que eran dueños de varios caseríos de la zona, acogían en el portal de su casa los féretros de las personas fallecidas en los caseríos de su propiedad. En dicho lugar se disponía el ataúd encima de una mesa colocada en el portal, cubierta al efecto con un paño negro. Allí se esperaba la llegada del clero de la parroquia. Acudían tres sacerdotes a cuya cabeza marchaban los monaguillos con la cruz y las velas. Una vez personados en la casa, se rezaba un reponso y la comitiva iniciaba su camino hacia la iglesia. Si el fallecido era un pescador, sus compañeros llevaban el féretro directamente desde su barrio de La Marina hasta la iglesia parroquial.
 
[[File:7.93 Karroetxe. Antigua parada del cortejo funebre. Ezkio (G).jpg|center|600px|Karroetxe. Antigua parada del cortejo fúnebre. Ezkio (G). Fuente: Joseba Zendoia, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Aria (N), hasta la década de los cuarenta, era costumbre llevar el cadáver a la casa matriz, adonde acudían los sacerdotes para proceder al levantamiento del mismo. También en Apodaca (A), el cuerpo se trasladaba a la casa matriz o del patrón cuando la persona hubiera fallecido en el hospital, fuera del pueblo.
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