Causas

En Amézaga de Zuya (A) se atribuye a una herida mal curada que se infecta. Se dice de quienes padecen diabetes que son más proclives a sufrirla porque las heridas no les cierran, es decir, no cicatrizan ni encarnan.

En Telleriarte (G) se cree que esta enfermedad se manifiesta en las heridas producidas por clavos, iltze-zulatuetatik, como consecuencia de rasguños o heridas causadas por los animales y por los recalentamientos que produce el calzado, oiñetakoen erregositutik. Si se coge a tiempo se piensa que tiene cura pero si se deja transcurrir demasiado el único remedio es la amputación.

Dicen en Amorebieta (B) que si se reaccionaba a tiempo se podía curar pero que si no conllevaba la amputación. Si llegaba a propagarse no tenía remedio. Cuentan el caso de un hombre que murió de gangrena a consecuencia de una herida ocasionada por el zapato, que descuidó.

En Moreda (A) dicen que pueden originar procesos gangrenosos la mala circulación de la sangre en las personas mayores o heridas causadas por pinchos, maderas, herramientas, clavos o aperos que estén oxidados o infectados. Una informante cuenta que en una ocasión una vecina contrajo gangrena a causa de la picadura que una gallina le propinó en la pierna.

En Orozko (B) se pensaba que se debía a la mala circulación. Solían empezar por una herida que no se curaba y se daba sobre todo en las piernas. El que el pulgar u otros dedos del pie se ennegrecieran era un síntoma alarmante. La parte afectada empezaba a oler mal y a descomponerse.

En Hondarribia (G) y Murchante (N) se atribuye también a la mala circulación y se considera que no tiene remedio. En Gorozika (B) piensan que no se puede curar y que progresa hasta que causa la muerte del enfermo.

En Allo (N) se considera muy peligrosa porque dicen que si “toma parte en la sangre ya no tiene remedio” y hay que amputar el miembro afectado.