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Cautelas observadas

22 bytes añadidos, 14:54 13 nov 2018
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En Carranza (B) una creencia bastante extendida era la de no cortar nunca las uñas de manos y pies a los niños muy pequeños ya que de hacerlo se quedaban sordos. Parece ser que posteriormente esta costumbre se limitó a las uñas de los pies. También se consideraba perjudicial colocarlos frente a un espejo de modo que se reflejase en él. Asi mismo se decía que no se les debía sostener apoyados de pie porque se les arqueaban las piernas. Tampoco tenerlos -mucho tiempo en brazos porque se les desviaba la espina o columna vertical.
En Améscoa (N) si el bebé era una niña le tiraban de las teticas para que tuviera leche cuando le hiciera falta<ref>Luciano LAPUENTE, . "Estudio etnográfico de Améscoa"in CEEN, cit., VIII (1971) p. 142.</ref>.
En los días siguientes al nacimiento se debía prestar especial atención al ombligo para evitar que se infectase o para curarlo en caso de que ya se hubiese infectado. En Carranza (B) si presentaba mal aspecto se le curaba con polvos de talco. Pero como no siempre se dispuso de los mismos había quien empleaba en su lugar el polvo que desprende la madera ''apolillada ''o carcomida o bien cenizas de tabaco. Una informante recuerda que aprovechando que su marido era fumador y utilizando un trapito agujereado que posaba sobre el ombligo, depositaba allí la ceniza y después la cubría con un paño.
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