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Comunicacion de las invitaciones

333 bytes añadidos, 09:53 17 jun 2019
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A lo largo de este siglo se ha observado algún cambio en cuanto a los encargados de efectuar la elección de los invitados. En Bidegoian (G) y Garde (N) hasta los años sesenta eran los padres los que decidían a quiénes convidar a la boda, pero en los últimos años los novios han tomado cada vez mayor protagonismo a la hora de definir esta lista. En Abadiano (B) en tiempos pasados los encargados de hacer las invitaciones eran los padres de los novios y también éstos. En la actualidad se encargan los novios. En Viana (N) ocurría algo similar, los padres solían hacer las invitaciones de boda aunque de acuerdo con los novios. Hoy en día los novios tienen una independencia creciente a la hora de escoger los invitados. En Apodaca (A) antaño los padres se encargaban de hacer las invitaciones, hoy sólo las de la familia ya que los novios se encargan de las de los amigos.
 
[[File:6.188 Invitacion a la boda. Roncal (N) 1994.jpg|center|450px|Invitación a la boda. Roncal (N), 1994. Fuente: Gurutzi Arregi, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En la actualidad las decisiones de los padres siguen teniendo importancia a la hora de elegir los invitados. En Amézaga de Zuya (A) normalmente los padres tienen una importancia clave a la hora de las invitaciones. Muchas veces un buen número de ellas no son más que compromisos adquiridos por los mismos. Son por lo tanto los encargados de decidir quiénes serán los invitados. En Ribera Alta (A) y Bermeo (B) las invitaciones también las hacen los padres de los novios porque, como dicen en la población alavesa, son ellos los que pagan los gastos del banquete.
En Obanos (N) antiguamente la invitación se hacía en persona. Los padres de los novios, a veces acompañados de los interesados, iban a visitar a sus respectivos parientes a fin de hacerles partícipes del acontecimiento. Se les indicaba que estaban invitados todos los que quisieran pero que era deseo que no faltasen algunos en concreto, a menudo los tíos mayores. Si éstos no se animaban mandaban en representación suya a algún hijo soltero porque se decía que "de las bodas salen bodicas".
 
[[File:6.189 Invitacion a la boda. Donostia (G) 1991.jpg|center|600px|Invitación a la boda. Donostia (G), 1991. Fuente: Gurutzi Arregi, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Treviño (A) antaño los novios, y algunas veces los padrinos, eran los que se desplazaban a comunicar la noticia de la boda y a realizar las invitaciones oportunas, siempre oralmente. En Lezama (B) los padres de los novios se encargaban de indicar a los invitados la próxima celebración de los desposorios. En Artajona (N) varias semanas antes de su celebración, los familiares de los contrayentes efectuaban el anuncio de la boda casa por casa. En Izal (N) las invitaciones las hacían personalmente los novios aunque había casos en que eran los padres quienes se encargaban de cursarlas. En Monreal (N) los convites se hacían de palabra y solían ser los propios novios o sus familias quienes los comunicaban. En San Martín de Unx (N) antaño era la madre o un familiar del contrayente quien se dirigía a las casas del pueblo para invitar en persona a los amigos.
En Elgoibar (G) en los tiempos en que estaban invitados los familiares y todo el barrio no se cursaban invitaciones ya que todos sabían que estaban convidados. Más tarde se comenzó a invitar a los familiares yendo de casa en casa.
En Hazparne (L) las invitaciones las hacían los padres de ambos novios junto con éstos y era costumbre desplazarse a las casas de los interesados para convidarlos. En Allo (N) eran verbales y las cursaban los propios interesados yendo casa por casa. Este aviso tenía lugar antes de dar comienzo el turno de amonestaciones. En Amézaga de Zuya (A); Berastegi, Getaria (G) yAoiz y Aoiz (N) también se cursaban de palabra.
Según la encuesta del Ateneo, en Falces (N) las invitaciones las hacía de palabra el novio acompañado de su padrino. Entre la gente humilde esta costumbre estaba tan arraigada que si no eran invitados personalmente tanto si eran del pueblo como forasteros, se ofendían y no asistían a la boda. Entre los de clase alta cada novio invitaba a los suyos. En Monteagudo (N) las vísperas de la primera y tercera amonestaciones salían los novios separados y acompañados por solteros y solteras respectivamente a realizar las invitaciones. En el Valle de Burunda (N) ocho días antes de la boda, el novio y la novia hacían juntos y en persona las invitaciones aprovechando las primeras horas de la noche<ref>EAM, 1901 (Arch. CSIC. Barcelona) IIDc.</ref>.
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