Cambios

Crecimiento de las poblaciones actuales

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En la citada población de Durango (B) la estructura de villa descrita antes se mantuvo con un crecimiento escaso hasta finales de la década de los cincuenta del siglo XX en que el crecimiento urbanístico desbordó los límites originales. Debido a la condición de centro industrial, comercial y administrativo, fue recibiendo sucesivas migraciones de su propio entorno y de otras regiones del Estado. En la época anterior a 1936, esa inmigración era reducida y provenía de regiones próximas a Bizkaia como La Rioja, Burgos, Cantabria o Galicia. A partir de finales de los años cincuenta se convierte en masiva y llega tanto del entorno rural aledaño como de regiones alejadas: Palencia, León, Extremadura y Andalucía. A raíz de esta avalancha se crean los barrios de San Fausto, Esteban Bilbao y Juan de Iciar con edificaciones de casas para obreros. En los años setenta el desarrollo urbanístico se extiende a las huertas de Landako cercanas al río Ibaizabal que proveían de frutas y hortalizas a la Villa, a los palacios y chalets ajardinados, situados en las calles de Fray Juan de Zumarraga, Mikeldi y a las antiguas casas de Magdalena. Ocupadas las primeras y demolidos los segundos dan paso a la construcción de grandes bloques de viviendas en nuevas calles y barrios. También se crean nuevas viviendas en Tabira y en las proximidades del cementerio (en este caso chalets y pisos adosados). A principios del siglo XXI la nueva inmigración proviene del extranjero: de países africanos, sobre todo magrebíes, y sudamericanos.
[[File:2.25 Chalets adosados en Kortezubi (B) 2011.jpg|center|600px|Chalets adosados en Kortezubi (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
Este proceso de concentración en ciudades tiene un carácter global y al día de hoy se muestra imparable. En el territorio que nos ocupa tuvo una notable influencia en la población rural, como ya se ha visto en los apartados anteriores. Retiró los excedentes demográficos de los pueblos, que hallaron un nuevo modo de vida en el entorno de las áreas industriales, facilitó el acceso de los inquilinos a las casas y tierras que ocupaban y, paradójicamente, contribuyó al bienestar de quienes permanecieron en las zonas rurales debido a la creciente demanda de alimentos por parte de las poblaciones urbanas cada vez mayores y con mayor poder adquisitivo, sobre todo de productos ganaderos como leche, carne y huevos.
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