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[[File:2.431 Hoz zerra en el palo del almiar meta-palua (representacion). Gautegiz-Arteaga (B) 2011.JPG|frame|Hoz, zerra, en el palo del almiar, meta-palua, (representación). Gautegiz-Arteaga (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
En Aia (G) antiguamente colocaban en el portal el hacha y la guadaña mirando hacia arriba para que el rayo no penetrara en la casa. En esta misma localidad también ponían un hacha en la ventana, por la parte de fuera y con el filo hacia arriba. Además, en la chimenea, colgando del llar, se colocaba una caldera con agua para que el rayo no entrara por allí<ref>LEF. Recogido por Jon Iruretagoyena.</ref>. En Olaeta (A), recogió Azkue a comienzos del siglo XX la costumbre contraria, los días de trueno se ponía la caldera de cobre pendiente del llar, ''gelaratsua'', para que si venía el rayo cayera allí mismo<ref>Resurrección M.ª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid: 1935, p. 174.</ref>.
En Aoiz (N), algunos informantes recuerdan que sobre el tejado de su casa tenían las “piedras de rayo” (hachas pulimentadas) para proteger la casa de la tormenta.
Como resume Barandiaran esta creencia que consideraba el rayo como una piedra lanzada por la nube tormentosa con su práctica correspondiente, estuvo extendida en toda el área de Vasconia hasta tiempos recientes.
Arriba se ha señalado que hoy día más bien se cree lo contrario, es decir que los objetos metálicos atraen el rayo, pero ya en tiempos pasados hay testimonios en ese sentido. Azkue recogió a comienzos del siglo XX que en Gernika (B) los días de trueno era menester echar la siega y la hoz, por ser de acero, pues si no atraían hacia ellas el rayo. También en Zeanuri (B) al volver del monte solían traer la hoz detrás escondida por temor al rayo<ref>Resurrección M.ª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid: 1935, p. 173.</ref>.
En Gautegiz-Arteaga (B) un informante recuerda que ya en los años cuarenta y cincuenta existía el convencimiento de que los instrumentos metálicos atraían el rayo y para evitarlo se retiraban las herramientas, “''tiretu ez deijjen oñeztarrijjeri''”. Si se encontraban trabajando en el campo, también se abandonaban las herramientas metálicas para que el rayo no las atrajese. Otro tanto se ha constatado en Ajuria y en Nabarniz (B) donde aseguran también que las herramientas metálicas atraen al rayo, ''tiretu egiten dau''.
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