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En Zuberoa, en el decenio de los veinte cada majada, ''kaiolar'', poseía su perro de pastor, ''artzanhora''. Lo más frecuente era tener un gran perro blanco de los Pirineos, que, una vez finalizada la temporada de montaña, quedaba confiado a una granja del Alto Soule. La tenencia de tales perros estaba justificada en tiempos pasados por la presencia de fieras: lobos hasta el siglo XIX y osos hasta los años sesenta. La desaparición de éstas y el elevado coste de la alimentación de perros tan grandes han contribuido a que casi desaparezca esta raza. Ya no hay perro de majadas, cada pastor lleva el suyo particular<ref>Jean PEILLEN; Dominique PEILLEN. «L’élevage ovin dans le Pays de Soule» in ''Bulletin du Musée Basque''. Nº 28 (1965) pp. 57-58.</ref>.
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<li style="display: inline-block;"> [[File:3.216 Mastin con collar de puas para protegerse del lobo. Ayala (A) 1995.jpg|center|400px|Mastín con collar de púas para protegerse del lobo. Ayala (A), 1995. Fuente: Félix Murga, Grupos Etniker Euskalerria.]] </li>
<li style="display: inline-block;"> [[File:3.217 Carlanca de mastin. Burgui Valle de Roncal (N) 1996.jpg|center|282px|Carlanca de mastín. Burgui, Valle de Roncal (N), 1996. Fuente: Félix Murga, Grupos Etniker Euskalerria.]] </li>
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En Carranza (B) algunos acostumbran tenerlos por parejas entre las ovejas ya que según aseguran, ante el ataque de los depredadores el macho sale a enfrentarse con ellos mientras que la hembra vigila y cuida el rebaño.