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En el Valle de Carranza (B) se ha recogido un modelo de [[Reparto_de_responsabilidades_entre_los_padres|trabajo infantil ]] que es extensible al mundo rural en general en tiempos pasados<ref>Véanse también: "Asistencia a la escuela" y "Trabajos domésticos realizados por los niños" in ETNIKER EUSKALERRIA. ''Ritos del nacimiento al matrimonio en Vasconia''. Bilbao: 1998, pp. 253-263 y 295-309 respectivamente. "Reparto de responsabilidades de los padres en la educación de los niños" in ETNIKER EUSKALERRIA. ''Casa y familia en Vasconia''. Bilbao: 2011, pp. 854-857. "Zagales. Hijos de pastores" in ETNIKER EUSKALERRIA. ''Ganadería y pastoreo en Vasconia''. Bilbao: 2000, pp. 570-572.</ref>.
Si bien se procuró enviar a los niños a [[Asistencia_a_la_escuela|la escuela]], muchos consideraban suficiente con que aprendiesen los rudimentos de la lectura, firmar y las cuatro reglas aritméticas. En cuanto alcanzaban una cierta edad y llegaba el buen tiempo y con él la mayor carga de trabajo, se le daba preferencia a este y aumentaban las [[Trabajos_domesticos_realizados_por_los_niños|faltas escolares]].
En consecuencia, los niños comenzaban a trabajar tempranamente reservándose siempre para ellos [[Zagales._Hijos_de_pastores|actividades adecuadas]], de escasa fuerza y resistencia: a veces simplemente ir en busca de agua a la fuente o hacer recados del prado o de ''la pieza ''a la casa. Las niñas, a menudo, se ocupaban del cuidado de sus hermanos más pequeños. A medida que crecían, se fabricaban en casa herramientas acordes a su edad, por ejemplo, ''rastrillas, porros ''u ''horcas, ''que iban aumentando de tamaño a medida que lo hacían ellos.
Con el transcurso de las décadas, se produjo una cierta asunción de la necesidad de que acudieran a la escuela, quizá por el peso de la enseñanza obligatoria, lo que forzaba a que muchos niños tuvieran que madrugar para realizar tareas relacionadas con el ganado, o bien las llevaban a cabo tras regresar de la escuela, con lo que se les reducía el tiempo disponible para las tareas escolares. Hasta hace no mucho, en los cursos superiores de la enseñanza básica, se producía una desproporción entre niñas y niños que acudían a la escuela a favor de las primeras, ya que los segundos se incorporaban más tempranamente a las labores domésticas.