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Hay localidades donde es más frecuente que sean muchachas que muchachos quienes se encarguen de introducir en el templo los ramos de flores y las coronas (Bermeo-B). En algunos lugares son normalmente los familiares del difunto quienes los llevan (Carranza-B), o familiares y compañeros de trabajo (Abadiano, Durango-B). También se ha constatado la presencia, como portadores junto a los familiares, de vecinos jóvenes de ambos sexos (Zerain-G).
De ordinario, estos adornos florales son encargados por grupos de personas o colectivos de familiares y compañeros de trabajo (MurchanteNMurchante-N) y cuando el muerto es joven, son llevadas por sus propios amigos (Sangüesa-N).
Es muy frecuente que de los ramos y coronas de flores cuelguen lazos con la dedicatoria de los oferentes (San Román de San Millán-A) o que se agregue una cinta con unas palabras de recuerdo en letras doradas con inscripciones del siguiente estilo: «Recuerdo de tu esposa e hijos»; «... de tus amigos»; «... de tus compañeros» (Durango, Portugalete-B y Obanos-N).