Cambios

Encender o reavivar el fuego

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== Reavivar el fuego, sua izarkitu ==
Un uso generalizado antiguamente para encender el fuego ha sido reavivar a la mañana siguiente las brasas, ''ilatiak'', del fuego bajo que habían sido recogidas y envueltas con ceniza la víspera. Se removían con las tenazas, se ponían algunas leñas finas encima, se soplaba con el fuelle si era preciso y el fuego volvía a prender (Abadiño-B; Elgoibar, Oñati, Zerain-G; Aintzioa y Orondritz, Eugi, EzkurraNEzkurra-N).
Lo que se pretende con todos los métodos de encendido es hacer una base de ascuas encendidas lo que permite que el fuego no se apague y acepte cualquier combustible externo.
En Andoain (G) colocaban ramas delgadas llamadas ''zotzak ''o ''txotxak''; o palos de árgoma denominados ''otarrak''. En Orexa (G) se utilizaba leña menuda, ''zotzak eta arbak''; en Itziar (G) también se echa ramaje, ''txotxak'', al fuego. En Ataun (G) ramillas, ''zaprasta''. En Bedarona (B) se colocaban astillas finas, ''egur meiek'', y luego leños más gruesos. Cuando no había suficiente brasa, se añadían las piñas que se habían tenido en el horno a lo largo de la noche para que se abrieran, con lo que se conseguía que prendieran enseguida. Hoy en día se hace lo mismo para encender la chapa.
[[File:FIGURA2.png294 Reavivando el fuego. Bedarona (B) 2005.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA450px|Reavivando el fuego. Bedarona (B), 2005. Fuente: Esther Korta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Elgoibar (G), a la mañana, sobre el rescoldo se ponía de nuevo leña. Cuando se encendía la cocina económica se colocaba en la base algo de helecho o hierba seca, encima unas astillas y luego madera o carbón, aunque generalmente era leña lo que se utilizaba, sobre todo quienes disponían de buena leña en casa. A los trabajadores de la Fábrica San Pedro, al mes les daban un saco de carbón.
En Sangüesa (N) en el hogaril se cebaba el fuego con mixtos aplicando la llama a un ''bolo ''de hojas secas de olivo, o de otros árboles, o de paja, pues escaseaba el papel, colocado debajo de las ramas o la leña. En el campo y cuando se encendía con el mechero de mecha se aplicaba la lumbre a las hojas secas y se soplaba hasta que se originaba la llama.
En Mélida (N), antiguamente, la madera utilizada para iniciar el fuego era de romero, sarmientos y ''teda'', pino de mucha resina, que normalmente se cogía en el campo. Para calentar el horno se recurría al sisallo y romero, procedente de arbustos y matorrales de las Bardenas. En Lezaun (N) el haz de leña que se utilizaba para calentar el horno se llamaba ''hornija ''y era madera más delgada que la del fogón.  En Murchante (N) el fuego del hogar y la cocina económica se encendían con sarmientos, muy abundantes en esta localidad vitícola y en alguna ocasión con madera de chopo, procedente de las choperas locales. Con un abanico de madera, tipo oriental, extendían la llama. Los calentadores se encendían con ''erraz'', que era el hueso de oliva triturado. Lo obtenían el mismo día que se les daba la cosecha de aceite. Señalan los informantes que “con una palada de la badileta era suficiente”. Este combustible lo preferían a la carbonilla porque ésta desprende un gas que produce dolores de cabeza.
En Obanos (N) para encender el fuego como es debido, primero se parten sarmientos o ramas finas bien secas y con un papel se prende por debajo. Las primeras llamas son grandes y sobre ellas se colocan un par de troncos, luego sólo hay que mantener el fuego echando más troncos. También se usaban como combustible las ''pinochas ''secas del maíz. En las cocinas económicas que no tiraban bien se metía un pequeño papel encendido por el tiro, que es un orificio de forma rectangular situado en la parte más baja que comunica con la chimenea, dicen que se trata de romper la columna de aire frío.
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