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Evolucion de la siega y trilla de cereales

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''El destino de los cereales. ''La trilla duraba desde julio-agosto hasta septiembre. La cebada quedaba para casa, solo una pequeña parte de la cosecha se vendía. Se destinaba para alimento de los animales, incluso se molía para los cerdos, conejos y gallinas. La avena se recolectaba en el tiempo de la cebada (meses de junio y julio), se guardaba en casa y servía para alimento del ganado. Tras la recolección de la cebada se iniciaba la del trigo y el centeno. Este último cereal se sembraba poco, se molía para comida de los cerdos y su paja servía para hacer ''vencejos ''con los cuales atar luego los haces y las gavillas.
El trigo se llevó siempre a los silos del Servicio Nacional de Cereales. Una pequeña parte de la cosecha se quedaba para simiente. También se molía para hacer harina con la cual elaborar el pan. Ha sido utilizado tradicionalmente como moneda de pago para ciertos oficios y profesiones. Así se pagaba el salario del maestro y del médico. Al médico del pueblo, por ejemplo, los vecinos de Moreda le pagaban a mitad del siglo XX un saco de sesenta kilos de trigo por casa. La ofrenda de añal y candela hecha a los difuntos por sus familiares en la iglesia consistía en [[Soportes_de_las_luces|encender una vela ]] y poner un cestaño de trigo sobre la sepultura<ref>Véase ETNIKER EUSKALERRIA. ''Ritos funerarios en Vasconia. ''Bilbao: 1995, pp. 435 y ss.</ref>.
''El Arca de la Misericordia. ''Fue una caja de previsión agrícola en donde los vecinos cogían prestado el trigo que necesitaban para sembrar sus campos. El Arca de la Misericordia de Moreda fue fundada como institución benéfica en la iglesia parroquial de Santa María en 1592 con 55 robos de trigo para repartir entre los vecinos necesitados. Esta cantidad inicial se fue aumentando con mandas y donaciones de los moredanos. Perduró hasta principios del siglo XIX.
Si venía mal verano, los haces los ponían en montones plegados, a esto se le llamaba ''malate, ''o en montones tiesos con la cabeza para arriba. Por la pieza se pasaba el rastro para recoger las ''llantas y ''las espigas caídas; después se ponían en un montón y se ataban.
Cuando iban a acarrear el cereal, al carro se le ponían las ''barreras y barrerillas, ''para ello se le quitaban los ''tableros y ''algunos colocaban cuatro banzos para que quedasen las ruedas dentro de las ''barreras. ''Estas tenían cuatro ''picas. ''Con una horquilla de madera o de hierro se echaban los haces al carro y el que estaba subido en él los iba plegando bien. Cuando salían de las ''barreras ''ponían las espigas hacia dentro y en las ''picas ''clavaban los haces. Cuando el carro estaba cargado se pasaba la soga de un lado a otro apretando la carga fuertemente. Esta operación se debía realizar correctamente pues si se aflojaba, se podía caer la mies en los baches. El carro cargado se llevaba a la era, se descargaba y se dejaba en un montón o ''malate ''para hacer otro viaje. Si el ''[[La_casa_de_la_Montaña_(Bernedo)|portegado]]''<ref>Véase ETNIKER EUSKALERRIA. ''Casa y familia en Vasconia''. Bilbao: 2011, p. 187.</ref> era grande, el último carro se dejaba cargado; esto de dejarlo en ''malate ''y cargado era porque así no cogía rocío por la noche, lo que permitía empezar a trillar antes. Cuando empezaron a trillar con trilladora llevaban la mies directamente con el carro y de este la echaban a la máquina quitándole previamente las cuerdas.
Se ayudaban entre varios vecinos y con el tiempo alquilaron una máquina que traían de fuera. La primera trilladora que se compró la adquirieron entre dos vecinos y era de la marca ''Ruston, ''de ''Múgica y Arellano; ''se alimentaba por arriba. En el año 1959 el pueblo compró dos trilladoras de ''Ajuria ''con elevador movidas con un tractor Ferguson y un ''Ebro.''
La labor de aventar consistía en coger con unos bieldos la paja y lanzarla al aire para que el viento la arrastrase junto con el polvo y cayese a plomo el grano; por ello era necesario que soplara el aire, el mejor el cierzo por ser bastante constante en intensidad.
Cuando no había viento se empleaba la máquina llamada ''aventadora ''ya que había que cribarlo para quitarle las pajas pequeñas y las ''ramillas. ''Cuando el trigo ya estaba limpio se introducía en sacos y se barría la era para dejarla limpia para el siguiente día. Los sacos se cargaban en carros y se transportaban a la casa. Una vez allí el grano se debía guardar en los ''"[[Desvan_o_sobrao_ganbara|alerines<ref>Véase ETNIKER EUSKALERRIA. ''Casa y familia en Vasconia''. Bilbao: 2011, p. 673.</ref> '']]" del alto, por lo que los sacos se subían a la espalda hasta la última planta de la vivienda. Al grano no se le echaba ningún tipo de conservante al estar muy seco, si se metía húmedo se procuraba dejarlo extendido y darle unas vueltas de vez en cuando.
Una vez terminada la recolección "se daba un bando" por el cual se permitía realizar la labor de espigar, que consistía en recoger las cabezas de grano que se caían al segar. Cuando se terminaba totalmente podían entrar los ganados de la localidad; a veces algunos labradores dejaban unos haces en las fincas para que no pudieran entrar los rebaños. A las personas que acudían a espigar antes del bando se les ponía multas<ref>En la viña al espigueo se le denominaba racimar y también se practicaba en las patatas.</ref>.
El trillo fue suplantado con el tiempo por rodetes arrastrados por caballerías y ya más adelante por las trilladoras mecánicas.
En Viana para san Pedro, 29 de junio, segaban las cebadas y después el trigo. Antaño la siega y la trilla duraban todo el verano. La primera se realizaba con hoz lisa, llamada gallega, sin dientes, por su uso masivo por las cuadrillas de segadores gallegos. También se utilizaron hoces con dientes algo más cortas que las anteriores. El segador para proteger la mano izquierda con la que agarraba la mies de un posible corte, la introducía en una ''zoqueta ''de madera semejante a una cazoleta y terminada en punta en donde entraban los dedos de la mano excepto el pulgar y que se ataba a la muñeca por medio de una cuerda. Estas hoces gallegas se afilaban con una piedra alargada y las compraban fuera de la localidad, generalmente en Logroño; las zoquetas se traían de Santa Cruz de Campezo, Alava. Como ya se ha indicado, era corriente contratar a cuadrillas de gallegos para esta operación. Un buen segador podía segar hasta tres ''[[UNIDADES_DE_MEDIDA|robadas]]''<ref>En Viana una ''robada ''equivalía a 898 m<sup>2</sup>. Véase el capítulo dedicado a las unidades de medida.</ref> diarias.
La mies segada y tendida en el suelo se recogía en gavillas que eran atadas con un ''vencejo ''de centeno o también con ''liajo ''de esparto: con varias gavillas hacían un haz. Los haces se colocaban en ''fascales, ''fajinas, inclinados formando ángulo y con otro horizontal como remate. Esta disposición a manera de caseta servía para proteger de la lluvia las cabezas o espigas del cereal, pues las fajinas permanecían en el campo hasta que se acababa la siega, durante más o menos un mes.
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