Cambios

Gipuzkoa

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Los cerdos, en número de uno o dos, se crían en casa para engordarlos. Hay caseríos que llegan a tener hasta cinco. Las crías se venden o se guardan para su engorde. Las cabras y las ovejas no han sido animales muy comunes, sobre todo las ovejas. Ahora los hay que tienen algunos de estos animales para mantener limpio el terreno. Las cabras se utilizan para limpiar las zarzas y para la venta de un par de cabritos al año. Se suelen tener unas cuatro o seis por casa y no en todas, principalmente en aquellas situadas en la parte más alta y rocosa de la localidad. Las gallinas ponedoras y los pollos son por el contrario animales corrientes en todos los domicilios. Unos pocos caseríos cuentan con conejos, gansos y conejos de Indias. Las palomas no son animales habituales en Astigarraga y tampoco las abejas. Finalmente todos los caseríos cuentan con perros y gatos que suelen ser muy numerosos. Entre los perros son más apreciadas las hembras «porque son más finas y menos fáciles de engañar por extraños». El perro cuida la casa y en algunos casos está enseñado para hacerse cargo de la conducción del ganado.
 
En Hondarribia en tiempos pasados la única raza de vacas que se criaba era la suiza. Aún hoy en día se conservan ejemplares ya que muchos caseros se han resistido a sustituirla.
[[File:3.12 Yeguas en Berastegi (G) 1977.jpg|frame|Yeguas en Berastegi (G), 1977. Fuente: Iñaki Linazasoro, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
En Hondarribia en tiempos pasados la única raza de vacas que se criaba era la suiza. Aún hoy en día se conservan ejemplares ya que muchos caseros se han resistido a sustituirla. Se utilizaba tanto para leche como para carne. También se ha criado para carne limusina; ''pirinaica'', llamada igualmente ''gorri ''o ''del país'', de la cual quedan muy pocas cabezas y blonda; y para leche pinta, frisona u holandesa. Antaño las vacas se empleaban para trabajar además de para producir leche. Luego llegó la época de la especialización y esta localidad adquirió fama nacional por sus vacas suizas de raza selecta. Esta vaca era bastante alta y larga pero por falta de buenos machos fue degenerando. La gente fue abandonando entonces su crianza y optaron por la raza frisona. Pero tampoco gustó porque se trataba de animales de salud más delicada y con mayor facilidad de padecer descomposición (cólicos). Esta raza producía más leche, pero de menor calidad y tenía además un genio muy alterado. Como consecuencia de todo ello, algunos, por amor propio, siguieron con las antiguas suizas y los hay que aún las mantienen. Los productores de leche han optado por la suiza o la frisona y los que se dedican a la carne por la limusina y la blonda. Estas últimas tienen la ventaja de que mientras que la antigua suiza no se sacaba al monte todo el año porque no soportaba las condiciones climatológicas adversas, éstas pueden pasar prácticamente todos los días fuera y sólo en inviernos muy duros hay que complementarles la alimentación. En el censo de ganado vacuno de 1991 había en Hondarribia  91 explotaciones con 980 cabezas: 267 reses de carne, 441 de leche y 272 de abasto. Algunos caseríos también crían algún ejemplar de vacuno para consumo casero. Sacrifican al animal en el matadero de San Sebastián y allí, por una cuota, se lo guardan en sus frigoríficos para ir consumiéndolo según las necesidades.
En esta localidad se cría oveja ''latxa ''de la variedad ''mutur-zuri''. Actualmente sólo unos cuatro o cinco caseríos tienen rebaños en el Jaizkibel. El resto lo tienen en casa o en sus prados. En el año 1991 había 11 caseríos que tenían en total 1.162 ovejas, el mayor con 340 y el menor con 11, siendo la media de algo más de 100 cabezas por explotación. En 1995 son 14 las explotaciones con 1.004 cabezas.
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