La hora en que tiene lugar cada una de las comidas varía enormemente de una época a otra del año así como en las diferentes actividades económicas.

En Carranza (B) cuando se iba a segar a dallo (guadaña) de madrugada, la primera colación se tomaba de cuatro a seis (hoy en día mas tarde); el almuerzo hacia las nueve; la comida a las dos; la merienda alrededor de las seis y la cena de nueve a diez, adelantándose en invierno a las ocho y media. Hasta los años cuarenta los labradores desayunaban de ocho a ocho y media, comían de doce a una, merendaban a las cinco y cenaban de ocho a nueve.

En Trapagaran (B) el desayuno de ocho y media a nueve, la comida de doce a dos y la cena de ocho a diez. Antiguamente el desayuno a las ocho, la comida a las doce en punto y la cena de siete y media a ocho. En Galdames (B) el desayuno de siete a ocho, la comida a las doce y media o una, la merienda de cinco y media a seis y la cena sobre las nueve. En Barakaldo, Portugalete y otras localidades de la margen izquierda de la ría del Nervión dependía del horario de las fábricas.

En el puerto viejo de Algorta (B) se desayunaba a las seis de la mañana, la comida era a las doce y la cena a las siete. En los caseríos de Getxo (B) se desayunaba a las ocho, tomaban el amaiketako a las diez, la comida entre las doce y media y una y la cena a las nueve.

En San Miguel de Basauri (B), actualmente, se desayuna entre las siete y las nueve, se come de una y media a dos, se merienda de cinco y media a seis y se cena de nueve a diez.

En Zeanuri (B) hace cincuenta-sesenta años se comía invariablemente a las doce del mediodia. Esta hora era señalada por la campana parroquial y también por las de las ermitas de los siete barrios o cofradías del municipio: bazkaitordue da, amabiek yo daurie (es la hora de comer, han dado las doce). El desayuno se toma hacia las ocho, el amarretako a media mañana, la comida hoy en dia entre la una y las dos, la merienda a la mitad de la tarde y la cena a las siete en invierno y a las nueve y media en verano.

En Amorebieta (B) se dice que en un caserío contaban con una criada a la que hacian trabajar mucho y alimentaban insuficientemente. En son de burla solía cantar:

Naiz dala odie,
naiz dala negue
goixeko zortziretan
armozu ordue.
Sea verano
o sea invierno,
la hora del desayuno
es a las ocho de la mañana