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Inventario y exposicion del arreo

16 bytes añadidos, 08:48 13 jun 2019
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En algunas casas de Arrasate (G) una persona elegida al efecto, generalmente la costurera que había acompañado a ejecutar la labor del arreo, exhibía y enumeraba en voz alta las prendas de seis en seis, o del uno hasta la cifra que se alcanzara con cada tipo de prenda, empezando normalmente por las sábanas, almohadas, manteles y servilletas. Por ejemplo: "Camisas seis y la que lleva puesta siete", "¿Ya lleva puesta?", "¡Que enseñe!".
 
[[File:6.234 Arreoa erakusten. Bidegoian (G) 1957.jpg|center|600px|Arreoa erakusten. Bidegoian (G), 1957. Fuente: Ana Larrarte, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Gatzaga (G) se extendían sobre la era un par de mantas y la costurera, que era quien había preparado el arreo, iba tomando las prendas del baúl que llegaba en el carro de bueyes y las mostraba a los asistentes contándolas e incluso proclamando su valor en metálico. Estas prendas iban pasando de mano en mano entre las mujeres y finalmente eran depositadas sobre las mantas. Nunca faltaba una falda o vestido "premamá" cuya parte delantera era más larga que la trasera. Una vez terminada la exposición la costurera dirigía a los padres del mayorazgo la pregunta "''Konforme zauze?''" (¿Estáis conformes?), y tras ser introducidos los bienes en el interior de la casa comenzaba el banquete, que apenas difería del celebrado el día de la boda. Durante este acto nunca faltaba el chistoso de turno:
En Donoztiri (BN) al entrar en casa los recién casados se les mostraba el dormitorio que habrían de ocupar<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “Rasgos de la vida popular de Dohozti” in OO.CC. Tomo V. Bilbao, 1974, p. 59.</ref>. En Nabarniz (B) se solía enseñar al cónyuge adventicio la cámara nupcial, ''zelakoa dan eta zelan dauen kuartua ikusten zan''. Si la adventicia era la muchacha, su madre visitaba la casa del futuro esposo con anterioridad a la boda, ''neskian ama juaten zan ezkondu orduko'', puesto que era impensable que la novia lo hiciera antes de casarse.
 
 
 
 
 
 
La costumbre de mostrar el arreo de forma ritualizada quedó reducida con el paso del tiempo a enseñar el ajuar y la habitación del nuevo matrimonio sin ningún tipo de ceremonia. Las personas encargadas de ello solían ser la propia novia, su madre y en ocasiones alguna vecina y las interesadas las amigas de la novia o en su caso las invitadas. Se les mostraba con anterioridad a la boda o el mismo día de la ceremonia.
En Obanos (N) la novia mostraba a las amigas el ajuar no el día de la boda sino ''el ''de la petición de mano. En Izal (N) ella misma era la encargada de enseñar el ajuar a alguna amiga íntima antes de la boda.
En Elgoibar (G) los días previos al enlace la madre de la novia solía enseñar a los amigos, familiares y vecinos el ajuar y la cámara nupcial. Esto lo solían hacer las familias más pudientes del pueblo.
En algunos caseríos de Arrasate (G) la madre de la novia también se encargaba de hacer el inventario y mostrar la cámara nupcial a los asistentes a la boda. Este acto solía verificarse antes del comienzo del banquete.
En Goizueta (N) en tiempos pasados una mujer de la casa o de la familia de la novia, se encargaba de enseñar el arreo de la recién casada, sobre todo la ropa blanca, ''zurimenta. ''. Se juzgaba la laboriosidad como uno de los dones más preciados, de modo que había gran diferencia en la ropa blanca del arreo de unas novias a otras; junto con la misma quedaban de manifiesto las virtudes de la desposada.  En Urduliz (B) el arreo se mostraba a todo el que quisiera verlo, para ello se dedicaba una  habitación de la casa que se llenaba de bancos en los que se exponía. No había una mujer en concreto que se ocupara de ello. En los años   <sup>49 </sup>Idem, "Rasgos de la vida popular de Dohozti", cit., p. 59. 595  RITOS DEL NACIMIENTO AL MATRIMONIO EN VASCONIA sesenta, en cambio, era la misma novia la que lo enseñaba a quien llegara a su casa a llevarle el regalo de boda.
En Lezama Urduliz (B) antes solía acudir el arreo se mostraba a todo el que quisiera verlo, para ello se dedicaba una habitación de la vecinacasa que se llenaba de bancos en los que se exponía. No había una mujer en concreto que se ocupara de ello. En los años sesenta, ''auzoaen cambio, ''y tenía era la misma novia la obligación que lo enseñaba a quien llegara a su casa a llevarle el regalo de enseñar a las boda.
En Lezama (B) antes solía acudir la vecina, ''auzoa'', y tenía la obligación de enseñar a las visitas y al resto de los vecinos que venían a ver a los novios la habitación y todo el arreo aportado por el cónyuge adventicio.
En Lemoiz (B) era una mujer de la localidad, que ayudaba en la cocina, la que mostraba a las invitadas la habitación nupcial y el arreo de la desposada.
En Lekunberri (N) hace años se mostraba el arreo el día del ''refresco ''o despedida de soltera. Recuerdan que a veces este acto daba lugar a cotilleos porque cada regalo expuesto figuraba con el nombre del donante.
En Apodaca (A) cuando la boda era en el pueblo, los regalos se dejaban encima de una mesa cubierta con un mantel para que la gente los viese.
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