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La comida de entierro en diversas localidades

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Estas oraciones las recitaba un sacerdote si estaba presente y en su defecto el pariente varón más cercano al difunto. Mi abuelo de casa las recitó en la comida de funeral de un cuñado suyo y él fue el primero que murió y bien pronto, por cierto, a causa de una pulmonía. Lo mismo le ocurrió a mi padre; murió el marido de una hermana suya que además era vecino y mi padre hizo lo imposible por ayudar a su hermana. Ofreció todas las oraciones acostumbradas sin omitir el padrenuestro final por el alma del que hubiera de morir primero de entre los presentes y también resultó ser él el primero en morir. Aquel día era un 14 de noviembre y murió el 14 de diciembre. Estas oraciones se hacen según la costumbre de este pueblo).
 
 
 
 
 
 
 
 
== Berastegi (G) ==
En Berastegi, antaño, cuando los funerales se celebraban a media mañana y no había las facilidades de comunicación actuales, los parientes que desde otros pueblos llegaban a tomar parte en el funeral, eran invitados a comer por la familia del finado. Junto a estos familiares forasteros acudían también los familiares que vivían en los caseríos del pueblo.
La mayoría de estos ágapes se efectuaban en la fonda del pueblo y los presidía el viudo, hijo, hermano o principal deudo. Antes de comer, todos puestos en pie, rezaban un Padrenuestro, ''Aita gurea, '', por el alma del finado. El menú era corriente: sopa, potaje, casi siempre de garbanzos y carne; postre, café y copa. La cuenta corría íntegramente a cargo de la familia del difunto.
Existía una segunda comida, la de los clérigos que procedentes de las parroquias circundantes de Elduaien, Berrobi, Belaunza, Ibarra y Leaburu llegaban a Berastegi a celebrar una de las misas de «a tiempo». Estos sacerdotes, junto con el párroco y el coadjutor, comían en la casa rectoral. El plato obligado era pollo asado, ''ollasko errea. ''. En ocasiones, el «simonero» mayor, esto es, el jefe de los monaguillos parroquiales, también tomaba asiento en esta mesa.
== Elosua (G) ==
El día del entierro, tenía lugar una comida, ''entierro-bazkaixa, ''en la casa mortuoria. A ella se invitaba a los familiares del pueblo y a los parientes que habían acudido de fuera, ''erri ta kanpoko senidiak, ''así como a los vecinos del barrio y al sacristán. Este, que presidía la mesa, antes de comer rezaba el ''Pater Noster ''por el difunto.
La comida consistía en ''saldia ''(sopa), ''azia odolostiakin ta garbantzua ''(garbanzos con berza y  morcilla), ''okela piperrakin edo tomatiakin ''(carne con pimientos o tomate), arroz con leche o cua- jadacuajada, ''gatzatua. ''Vino, café y licores.
A los nueve días del entierro tenía lugar «el día de las honras», ''ondra-eguna. ''A ellas acudían también los parientes que eran obsequiados con su correspondiente comida, ''ondra-bazkaixa, ''en la casa del difunto.
La comida de entierro desapareció hacia 1965 cuando los funerales comenzaron a celebrarse por la tarde.
== Abadiano (B) ==
Por lo que recuerdan los informantes, la comida de entierro, ''entierro-bezkeijje, '', tenía lugar en una taberna del pueblo.
En ella tomaban parte aquellos parientes y vecinos a quienes correspondía sacar la misa, ''mezako zirenak, '', además de los portadores del fé- retroféretro, ''anderuak, '', y el porteador de la cruz, ''kurutzerue. ''.
Tras el funeral, uno o dos vecinos se situaban en la puerta de la sacristía para comunicar a los que acudían allí a depositar el estipendio para la misa, el lugar donde se iba a celebrar la comida.
El menú consistía normalmente en un cocido de garbanzos servido con berza; carne con tomate o bacalao y fruta. No estaba prohibido consumir carne.
Tanto al comenzar como al terminar la comida se rezaba alguna oración, generalmente un ''Pater Noster. ''. Era más frecuente hacer el rezo al inicio del banquete.
La mayoría de las familias organizaban la comida de entierro pero había quienes prescindían de ella; en estos casos, preparaban una comida para los porteadores del féretro y de la cruz.
Actualmente, los funerales se celebran por la tarde, de forma que la gente pueda acudir después del trabajo. En ocasiones tienen lugar al mediodía de los domingos y días festivos. En estos casos, así como en la misa de salida que se celebra al domingo siguiente al entierro, la familia invita a los parientes a tomar un refrigerio en una taberna del pueblo. Esta costumbre es reciente y no es general.
== Zeanuri (B) ==
Durante la primera mitad de este siglo, la comida de entierro, ''intierruko bazkarie, '', tenía lugar en la casa mortuoria después de la conducción del cadáver y de los funerales que ocupaban toda la mañana. Tras la misa de entierro se celebraban otras dos misas de honra con sus respectivos Nocturnos previos. La comida estaba destinada a los parientes del pueblo o de otros pueblos que habían acudido hasta la casa mortuoria al acto de levantamiento del cadáver y formaban el grupo familiar, ''senitartea, ''en la comida fúnebre. Estos parientes juntamente con los vecinos más próximos eran los únicos que asistían a las dos misas de honra.
Una o dos vecinas con algún familiar preparaban la comida que consistía generalmente en sopa, cocido de garbanzos con berza, carne de gallina o pollo y arroz con leche. Se bebía vino. Era similar a las comidas festivas sin que llegara a ser como la de una boda.
No participaban en ella los llevadores de la cruz y del féretro, ''andariek. ''. La familia solía encargar para éstos en una taberna próxima a la iglesia un refrigerio de higos o queso con pan y vino.  El que presidía la mesa, la bendecía haciendo los rezos habituales, añadiendo ''«Gaur joan danen alde», ''por el que se nos ha ido hoy, ''Aita ''
El que presidía la mesa, la bendecía haciendo los rezos habituales, añadiendo «''Gaur joan danen alde''», por el que se nos ha ido hoy, ''Aita guria'', ''Agur Maria '' y ''Requiem. ''.
A partir de los años cincuenta, y aún antes, algunas familias comenzaron a encargar esta co- mida comida en alguna de las fondas o tabernas del pueblo.
La costumbre general de las comidas de entierro desapareció a mediados de la década de los sesenta. Uno de los informantes recuerda que a la muerte de su padre en 1963, los parientes se reunieron a comer en la casa natal de Arraldi; en cambio a la muerte de su madre cuatro años más tarde, en 1967, la casa no celebró ninguna comida.
Actualmente, los entierros y funerales tienen lugar generalmente por la tarde. A los parientes que acuden después del funeral a la casa mortuoria la familia les obsequia con un refrigerio.
== Ribera Alta (A) ==
La comida de entierro se celebraba en la casa del difunto y no se le daba ningún nombre especial. Es uno de los aspectos que, sobre el tema de la muerte, más recuerdan los encuestados. El dicho «el muerto al hoyo y el vivo al bollo» expresa con claridad la realidad de la época.
Antes de comenzar a comer se hacían las mismas plegarias que habitualmente se rezaban en familia pero no se concluía la comida con oraciones.
== Salvatierra (A) ==
Después del funeral tenía lugar en la casa mortuoria una comida sencilla. En ella participaban los de la casa y los familiares venidos de fuera para asistir al entierro. En casos contados se invitaba a la amortajadora.
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