Cambios

MANO DE OBRA Y FUERZA EMPLEADA EN LA AGRICULTURA

408 bytes eliminados, 09:13 22 jun 2018
sin resumen de edición
En esta misma localidad navarra, según los informantes, hoy día, en un par de fechas, mediante el tractor y los diferentes medios mecánicos, se labra, se abona, se desmenuzan los terrones y se asienta la tierra. La siembra se hace a máquina, preparada para hacer los hoyos a la distancia uniforme de 70 cm, depositando el grano en cada uno, cubriéndolo y haciendo seis surcos cada vez. No hace falta escardar porque se ha preparado la tierra con sulfatos que impiden el brote de las malas hierbas. La recogida y la separación del pie y las hojas se hace con medios mecánicos. La máquina desgranadora separa el grano del pinocho y lo recoge en sacos.
<div align= "center"><nowiki>* * * =</nowiki></div>&nbsp;
Como modelo paradigmático de la implicación de la fuerza humana en la labranza, mostramos en primer lugar la extensa descripción recogida en el Valle de Carranza (B):
Para que la diferenciación sexual del trabajo se manifestase con nitidez en una casa, debía haber una familia extensa con un número adecuado de miembros. Entonces se apreciaba una diferencia más o menos clara entre las dedicaciones del hombre y de la mujer.
En líneas generales las mujeres se ocupaban de las labores cotidianas de la casa, de la asistencia a los niños, ancianos y enfermos, y del cuidado de los pequeños animales como gallinas y conejos, así como de dar de mamar a los becerros y becerras cuando se extendió la costumbre de criarlos con leche artificial, y de dar de comer a perros y gatos. Asimismo se hacía cargo casi exclusivamente de los cultivos de la huerta pero no de la preparación de la tierra(abonado y ''maquinado'' (abonado y ) que era más bien una labor masculina.
Un factor a tener en cuenta es la enfermedad. Si es ocasional e intensa, libera del trabajo al que la padece si en la casa hay quien le sustituya o si cuenta con vecinos que le ayuden. Cuestión diferente son las enfermedades crónicas que no sean excesivamente restrictivas. Entonces la persona sigue trabajando pero desempeña tareas acordes con esa limitación física.
Pero esta estrategia generaba mucho trabajo, lo que exigía la implicación de todos los miembros de la casa y que además su número fuese más bien numeroso. En una familia típica y extensa que por ejemplo se localizase en un pueblo alto, próximo a los montes comunales, se podía apreciar una cierta especialización en el trabajo y no solo la condicionada por el sexo que se ha señalado, sino que cada hombre atendía preferentemente a una o varias especies del ganado que mantenían. Estos trabajos obedecían a los gustos y habilidades de cada uno y eran intercambiables, lo que permitía suplir el trabajo del familiar en caso de que este no pudiese llevarlo a cabo. Sin embargo en labores que requiriesen abundante mano de obra, como las siembras o las cosechas, todos los miembros del grupo familiar se volcaban en los mismos.
El mejor aprovechamiento de los recursos exigía un trabajo coordinado y organizado, a menudo bajo la dirección del cabeza de familia. Dada la precariedad de estas economías, nadie podía reclamar un salario a cambio de su trabajo, bien al contrario, el hijo o hija que trabajase fuera de casa, entregaba el dinero obtenido a cambio del mismo por lo general a la madre mientras permaneciese soltero y a la mujer una vez casado, ya que eran ellas las que gestiona-  {| style="border-spacing:0;width:16.272cm;"|-|| || |-|| || [[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image004.gifImagen2.png|top]]|-|}Fig. 332. Arando. Valderejo (A), 1929. ban gestionaban la economía familiar. Esta fragilidad era la razón por la que no se recurría al trabajo asalariado, que podía ser suplido por la colaboración vecinal. Igualmente los hermanos y tíos emancipados que trabajasen como asalariados en áreas urbanas colaboraban en los trabajos de la casa sobre todo en los períodos en los que se requería más mano de obra, como en la recolección de la hierba. A cambio obtenían alimentos producidos en la casa. Esta siempre representaba para todos una garantía de supervivencia en casos de crisis siguiendo el principio de que la tierra siempre permitía la obtención de la comida necesaria.
La tierra que poseía cada casa era más bien escasa por lo que la capacidad para mantener una población numerosa ha sido limitada, razón por la cual, y teniendo en cuenta que el Valle de Carranza ha sido eminentemente agrario, se ha producido tradicionalmente una fuerte emigración bien a áreas urbanas cercanas como la Margen Izquierda del río Nervión a cubrir puestos de trabajo vinculados a la siderurgia, o más lejanas como Madrid y diferentes países de Centro y Suramérica, especialmente México.
Se entiende que la fuerza humana está estrechamente vinculada a la alimentación, de tal modo que determinados trabajos, muy exigentes, requieren el consumo de alimentos que se consideran energéticos. Hay varios dichos que constatan este vínculo: “Tripas llevan a piernas; Con chorizos y huevos se siega.”
Se aprecia también una relación con la esmerada alimentación que se proporcionaba a los bueyes. Se les daban comidas ''panojas''consideradas energéticas como habas o , mazorcas, y el forraje debía ser sobre todo hierba seca, no verde. Por eso se considera que la alimentación humana, en unos tiempos en que casi era vegetariana, debía tener un componente más energético como la carne y la grasa, sobre todo cuando se debían realizar trabajos penosos. Ya lo asegura el dicho, que aunque aplicado a los humanos recurre a la figura del buey: “Al buey viejo poca verdura.”
En tiempos pasados se reservaba parte de la matanza (carne del cerdo) para el período estival de la recolección de la hierba seca. Además se adquiría un pellejo de vino para acompañar estos trabajos. Durante todo el año se requería una fuente de grasa, más cuando se precisaba hacer un importante esfuerzo físico. La grasa convertía en más agradable la ingesta de la comida (el aceite de oliva era escaso y muy caro), pero además constituía una importante fuente energética. Una buena parte del año se obtenía a partir de la manteca y el tocino del cerdo, ya''chones ''que eran varios los que se sacrificaban en cada casa. Pero esta carne y sus derivados no llegaban más allá del verano, así que en la ''brada octuoctubrada''en cada casa. Pero esta carne y sus derivados no , en el otoño, antes de que a partir de noviembre se comenzase a matar una nueva tanda de cerdos, se producía una falta de estos alimentos que se suplían con el sacrificio de alguna oveja. Algunos informantes recuerdan haber hecho mantequilla cuando excepcionalmente no había otra fuente de grasa para cocinar.
<div align= "center"><nowiki>* * * =</nowiki></div>&nbsp;
En la encuesta de la localidad alavesa de Bernedo se describen las labores más frecuentes del mundo rural y los útiles de los que se servían para ello: escardar se hacia a mano con la azada. También con la azada rozaban la hierba y sacaban las patatas. La hoz y la guadaña servían para segar la mies; con la guadaña se segaba más cantidad, con la hoz quedaba mejor segado. Con ambas herramientas se cortaban la alfalfa y demás forrajes verdes. Con el rastrillo se recogía lo segado por la guadaña o se pasaba por la pieza después de segada, recogiendo lo que se desperdigaba. El rastro, de distinta configuración que el rastrillo, servía en la era para recoger y amontonar la parva. Las horcas y bieldos de madera completaban esa labor en la era. Las horcas servían además para cargar en el carro los haces o gavillotes. Además había bieldos de hierro para recoger la basura o las patatas en los almacenes. Acabada la recolección de cereales, se recogían en el monte las hojas caídas de los árboles y se bajaban a casa en carros para camas de los ganados. Otro tanto se hacía con los helechos para las camas de los cerdos. Otra tarea doméstica consistía en picar la foguera y bajarla a casa para cocer la comida y calentar la casa. También había que sacar tiempo para cocer carboneras en el monte. El carbón se cargaba en la caballería para llevarlo a los pueblos de Rioja intercambiándolo por pan, vino y aceite. La patata daba otros trabajos durante el invierno seleccionándola en las bordas para quitar las estropeadas o dárselas al ganado como pienso.
[[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image006.gif.png|thumb|left|top|{| style="border-spacing:0;width:16.272cm;" |- style="border:none;padding:0cm;" || Fig. 333. Trabajando con la grada de discos. Argandoña (A), 2003. |- |}]]En Berganzo (A) en las labores de labranza se utilizaban el aladro, el brabán y la rastra. Para la siembra se servían del cultivador y el marcador. En la recolección de los cereales se valían de la gavilladora, la guadañadora y la atadora. El carro con la caja forrada con tableros, estacas o barreras se utilizaba para transportar la cosecha a casa, al almacén o a la era para la trilla.
En Moreda (A) el agricultor aplica la fuerza de brazos y manos directamente sobre los siguientes aperos y herramientas: azada y zadones para cavar y edrar, tijeras para podar la vid, serruchos para podar olivos, tijeras y corquetes para cortar la uva, cestos para llevar la uva y olivas, las propias manos para sacar piedras o mover y transportar los sacos de abono.
En Abadiño (B) señalan que la mayor parte de las herramientas se utilizaban de forma ma-''laia igitaiaatxurra eskuareakorainea sardea''
 
 
 
 
nual: , la hoz; , el rastrillo; , el bieldo; , la azada; , la guadaña;
127 728
ediciones