Cambios

Navarra6

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La novia iba preparando con mucha antelación el ajuar: las sábanas, manteles, servilletas, pañuelos, trapos de cocina, su ropa personal. Algunas de estas telas se bordaban con excelentes labores y con las letras iniciales de los nombres del marido y de la mujer entrelazadas. Los muebles se ponían a medias y los de una pareja ni muy pobre ni muy rica estaban formados por una cama, un lavabo con su cubo, jarra y espejo, un armario (más antiguamente un arcón), seis sillas, una mesa de cocina y poco más
 
[[File:6.179 Ropa de arreo. Navarra.jpg|center|600px|Ropa de arreo. Navarra. Fuente: Vázquez de Prada, Mercedes. “Casamiento y familia” in Etnografía de Navarra. Tomo II. Pamplona, Diario de Navarra, 1996.]]
En Valcarlos la dote estaba formada por el arreo y una cantidad en metálico que se estipulaba según las posibilidades de la casa. Otras veces la cantidad se fijaba en el testamento. La sujeción de un hijo a casa duraba mientras viviera en familia. Cuando se instalaba por cuenta propia sin haber contraído matrimonio ni haber recibido su dote, se le consideraba emancipado, pero conservaba el derecho de poder regresar al seno de la familia y debía ser aceptado en la casa de sus padres. La verdadera emancipación de un hijo la constituía la dote que se le asignaba con motivo del matrimonio<ref>José Mª SATRUSTEGUI. “Estudio del grupo doméstico de Valcarlos” in CEEN, II (1969) pp. 192-193 y 195.</ref>.
En Aria los hijos, excepción hecha del heredero, participaban en la dote proporcional al valor de los bienes, sin que ello fuera motivo que impidiera la continuidad del patrimonio familiar. La dote era más bien un símbolo y se otorgaba siempre que siendo soltero se trabajara para la casa. Si uno la abandonaba en busca de una ganancia superior perdía su derecho a ella<ref>Miren de YNCHAUSTI. “Etnografía de Aria (Valle de Aezcoa)” in CEEN, IX (1971) p. 361.</ref>.
     == Consecuencias de la ruptura ==
La ruptura del noviazgo una vez que se había dado el paso del acuerdo matrimonial era muy dificil y así se ha recogido en algunas localidades donde no se ha constatado ningún caso (Monreal, Obanos).
En Garde como las capitulaciones y la dote se cumplimentaban una vez realizado el matrimonio, no se planteaba el problema de indemnización por no verificación del casamiento. Si alguna de las parejas hubiera anticipado dinero con una determinada finalidad, esa cantidad se recuperaba.
En Lekunberri si no se celebraba el matrimonio se anulaba lo estipulado en la escritura pero no existía indemnización alguna. Otro tanto se ha recogido en San Martín de Unx donde todo lo convenido quedaba sin efecto sin que se exigieran indemnizaciones. Tampoco en Izal se reclamaban perjuicios en los casos de ruptura del noviazgo. En Lezaun  CAPITULACIONES MATRIMONIALES como los acuerdos eran verbales, en caso de no celebrarse el matrimonio no se exigía ninguna indemnización.
En Izurdiaga cada parte restituía a la otra lo recibido de ella. Hoy día (años noventa) lo normal es que los novios monten la casa con el dinero que ahorran de su trabajo y con la ayuda que les prestan sus padres.
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