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Obtencion de las sanguijuelas izainak uzanak

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Por el contrario, en Moreda (A) el médico las solía traer de las boticas de Viana o de Logroño. En Elosua (G) y Lekunberri (N) también se compraban en la farmacia. En Telleriarte (G) recuerdan que solía haber en cualquier pozo pero normalmente se traían de la botica en un recipiente con agua.
 
[[File:5.68 Sanguijuelas izainak.jpg|center|500px|Sanguijuelas, izainak. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.]]
Cuenta el que era practicante en San Martín de Unx (N) a finales de los años setenta, que su padre, a quien sucedió en el cargo, y su abuelo estaban obligados contractualmente con el ayuntamiento en el sentido de que debían disponer de sanguijuelas en su establecimiento para aplicarlas a los enfermos que necesitaran que se les extrajera sangre. El informante recuerda haberlas visto e incluso él mismo llegó a capturarlas en una balsa de Miranda de Arga en la que se metían con las piernas desnudas para que se les ''agarrasen ''enseguida. Acto seguido salían del agua y con la uña, sin dejarles chupar sangre, las separaban de las piernas y las introducían en un gran frasco de cristal con agua en el que se transportaban a San Martín. El agua del frasco se cambiaba a diario con el fin de que no se ''perjudicaran ''los cincuenta o sesenta animales que contenía el recipiente. Algunas sanguijuelas se tenían aparte, criando en un cajón de madera con bolas de arcilla, donde ponían sus nidos. Era preciso rociar el cajón con agua todos los días al objeto de que los animales tuvieran la humedad necesaria. El ''ministrante ''de San Martín facilitaba sanguijuelas a sus colegas de Lerga, Ujué y otros pueblos cercanos. Dice que estas sanguijuelas, que llama ''medicinales'', se diferenciaban de las ''burriqueras ''en el hecho de que mientras éstas succionaban sangre y la expulsaban, continuando ''agarradas'', las ''medicinales'', una vez llenas, se desprendían por sí mismas. En el pueblo se dispuso de sanguijuelas hasta los años cuarenta.
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