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Orden de los parientes en los cortejos funebres

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En general, en tiempos pasados, en la conducción del cadáver de la casa mortuoria a la iglesia y en el funeral se guardaba el orden de parentesco con el difunto de mayor a menor grado y dentro de él el orden de edad. A veces los familiares y vecinos abrían el duelo y otras veces lo cerraban. También ha habido distintos modos de marcha, en fila, en hilera, o en composiciones mixtas. Hoy en día el cortejo se forma a la puerta de la iglesia si bien también cuenta con un orden determinado: primero los familiares más allegados como el viudo o la viuda, los padres, hijos, parientes consanguíneos y luego los allegados, amigos y demás asistentes.
Como se ha señalado es un tema estudiado en [[La_composicion_del_cortejo_funebre|otro volumen]], pero aquí interesa tratar como indicador de los vínculos familiares que adquieren un protagonismo señalado en los ritos funerarios. A modo de ejemplo se describen los cortejos de varias localidades de los dintintos territorios.
En Zeanuri (B), antiguamente, el cortejo lo componían básicamente tres grupos de personas: ''etxekoak'', los de casa; ''senitartekoak'', la parentela; y ''auzokoak'', los vecinos. Los parientes, aún los más lejanos, estaban obligados a acudir a las honras que tenían lugar después del enterramiento y el funeral, y solían ser éstos, junto con los ''etxekoak ''y el primer vecino, los únicos asistentes a estas honras por el familiar difunto. Los parientes tenían obligación de acudir también al novenario, ''bederatziurrune'', y a los memoriales de aniversario.
Una vez en el interior de la iglesia, el duelo de familiares varones se coloca en los primeros bancos del lado de la Epístola por un orden que tiene cierto rigor. Preside el duelo el familiar más cercano: viudo, padre, hijo mayor. A continuación, los parientes más próximos: otros hijos y yernos, hermanos y cuñados. Luego, los otros parientes: tíos, sobrinos, primos, después los vecinos y familiares más lejanos. El mismo orden se guarda en el duelo de familiares femeninos en los primeros bancos del lado del Evangelio. La familiar más próxima: viuda, madre, nuera o hija de casa. Las otras hijas y nueras, hermanas y cuñadas. Tías, sobrinas y primas. Vecinas y parientes más lejanas. Terminado el funeral, en la conducción del cadáver hasta el cementerio se guarda el mismo orden que el cortejo fúnebre ha seguido para entrar en la iglesia.
[[File:FIGURA2.png501 Las tumbas llevan el nombre de la casa. Cementerio de Mañu (Bermeo-B) 2011.JPG|center|RTENOTITLE_FIGURA600px|Las tumbas llevan el nombre de la casa. Cementerio de Mañu (Bermeo-B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Abezia (A) el cortejo para trasladar el cadáver a la iglesia era el siguiente: primero la cruz, portada por el sacristán, seguida de los monaguillos con sendos ciriales; a continuación los hombres del pueblo, el ataúd, luego los familiares y otros asistentes. Dos mujeres familiares del fallecido llevaban la ofrenda de unos panecillos bollos, que dejaban sobre una mesa del presbiterio. Los hombres de honra, familiares del muerto, se colocaban en los bancos que están mirando a la caja. La mujer, hijos, nietos, etc., se situaban en fila en la sepultura familiar, de pie o en bancos. El resto de los asistentes se colocaba detrás y al fondo.
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