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Peso y forma de los quesos de oveja

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Antaño los quesos eran pequeños tal como lo prueban los moldes de la época que se conservan. Los pastores de tiempos pasados han elaborado también en las majadas quesos de gran tamaño, pero pocas unidades diarias. Con el tiempo se fueron generalizando las piezas que oscilan entre una libra y un kilo de peso. En cuanto a [[Formas_y_tipos_de_queso|la forma]], han predominado los de forma cilíndrica sin excluir los más planos o los picudos<ref>ETNIKER EUSKALERRIA. ''Alimentación Doméstica en Vasconia. Atlas Etnográfico de Vasconia''. Bilbao, 1990, pp. 215-216.</ref>.
En el Valle de Carranza (B) el queso clásico era de tamaño medio, de medio kilo a un kilo de peso, de pasta no cocida y dura, producto de una coagulación mixta y un compactado medio. En la época en que los pastores hacían quesos eran de mayor tamaño que los actuales pues sobrepasaban el kilo de peso. Su forma era troncocónica o discoidal, y en su superficie podían presentar las huellas de las hierbas, generalmente juncos, sobre las que se colocaban para su oreo y maduración en las baldas de las queseras. El queso maduro presenta un color amarillo dorado. El queso curado carranzano está considerado dentro del tipo de queso de Idiazabal sin ahumar<ref>Paco DEHESA. «La oveja de raza carranzana» in ''Birigaña'', II (1996) p. 36.</ref>.
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