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Piedras contra la tormenta. Tximistarri

73 bytes eliminados, 10:53 23 jun 2020
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En varias localidades se ha recogido la práctica de recoger pequeñas piedras en la calle o en el camino, en el tiempo que volteaban las campanas que tocaban a Gloria el día de Sábado Santo. Estas piedritas se guardaban para lanzarlas desde las ventanas contra las nubes o bien a los cuatro vientos cuando llegara la tormenta y así evitar el pedrisco. Así lo hacían en Kuartango (A), en el Valle de Carranza (B) y en San Martín de Améscoa (N).
Del mismo modo que en el apartado anterior se ha constatado la creencia de protegerse del rayo, del que se pensaba que era una ceraunia, enfrentándole la propia hacha pulimentada, es verosímil pensar que en esta práctica destinada a hacer frente a la tormenta, y particularmente al granizo, que también es denominado tanto en castellano como en euskera piedra, ''arria'', la similitud se establece doblemente. Por la recolección de pequeñas piedras mientras r[[Conjuros._Campanas|repican las campanas ]] y por la semejanza de los tañidos con los truenos (véase más adelante la práctica de repicar las campanas para conjurar la amenaza de tormenta).
En Sangüesa (N) se recogían el día de Pascua de Resurrección treinta y tres piedras, los años de la edad de Cristo, y se guardaban en casa para lanzarlas hacia lo alto cuando había tormenta.
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