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Procedimientos de esquileo

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Ha estado extendida la costumbre de encerrar a las ovejas en un lugar reducido al objeto de que suden y además tenerlas en ayunas para de esta forma facilitar el esquileo. Previamente a realizar dicha operación se han solido atar las patas del animal para que se moviera lo menos posible<ref>En Arruazu (N) atar las patas a las ovejas para esquilarlas se designa con la voz ''uzkatu''. Vide José Miguel de BARANDIARAN. «Hitz batzuek eta beren esan-nahiak, gehienak Ataunen erabil- tzen erabiltzen ditugunak eta hiztegietan, batez ere Azkuenean, ageri ez diranak» in ''Piarres Lafitte-ri Omenaldia''. Bilbao, 1983, p. 203.</ref>. Se han conocido distintos métodos que guardan similitud entre sí<ref>En épocas pasadas fue común el editar «cartillas» que sirvieran de ayuda y orientación a agricultores y ganaderos. En una de éstas puede consultarse, entre otros aspectos, la forma más corriente de esquilar en los años cincuenta. Fermín de SAJA. ''La cartilla del productor de ganado lanar. ''Pamplona, 1957, 3ª ed., pp. 107-108.</ref>.
En Urkabustaiz (A) las ovejas permanecían encerradas y se iban sacando de una en una para esquilarlas. La operación se realizaba en casa y los informantes guardan memoria de que se trataba de un trabajo cansado y muy duro. Se conocían distintos métodos de cortarles la lana.
Finalizada la labor, se extendía el vellón o manta, se recogía por los extremos y se enrollaba hasta la mitad. Se repetía la operación desde el otro lado. Luego con las lanas más largas se ataba y se metía en un saco.
[[File:FIGURA3.png322 Sujecion de la oveja para el esquileo. Zamudio (B).jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA600px|Sujeción de la oveja para el esquileo. Zamudio (B). Fuente: Amagoia Gezuraga, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Valderejo (A) se conocían dos formas de cortar la lana. La primera consistía en que el esquilador diestro sujetara la oveja con la mano izquierda cogiéndola de las patas delanteras, colocándola en posición de decúbito supino. La otra estribaba en realizar la tarea poniendo al animal sobre una plataforma elevada, atándole las patas. En Zuya (A), en los años cincuenta, era el propio pastor, sin ayuda de nadie, quien cortaba la lana a sus ovejas, atándole las patas al animal.
En los montes de Triano y en el Valle de Carranza (B) se inicia el corte por la panza, introduciendo la cabeza del animal entre las piernas del esquilador. A continuación se le atan las cuatro patas, la oveja es tumbada de costado y en esta posición se comienza a cortar la lana desde el pescuezo siguiendo por los lados. Luego se le da la vuelta y se esquila lo que resta de la parte sobre la que estaba recostado el animal. La cantidad de lana que se esquila a cada oveja se conoce popularmente con el nombre de ''manta ''y su peso varía pues siempre hay algunas que la pierden o la tienen más rala, fina y liviana. La lana da más y es más fuerte cuanto más prieto es el ''vellón. ''Por término medio viene a ser hoy día de dos kilos cuando antaño era difícil que excediera de un kilo y medio. En Ernio (G), sin embargo, se ha recogido el dato de que también antigüamente se llegaba a obtener una media de dos kilos de lana por oveja.
[[File:FIGURA3.png323 Forma de sujetar a la oveja en Lezo (N) 1985.jpg|RTENOTITLE_FIGURAcenter|500px|Forma de sujetar a la oveja en Lezo (N), 1985. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Arluzea-Markinez (A) en la época en que el trabajo lo hacían los esquiladores profesionales, orillaban a la oveja el cuello y la tripa con tijera y cortaban el resto a máquina manualmente. Hoy día los ganaderos usan máquinas eléctricas y apenas tijeras. Hay pastores muy especiales que esquilan de tripa a espinazo para que no se aprecien tanto los golpes de la tijera, la mayoría lo hacen de brazuelo a zanca.
En Zuberoa lo hacían sujetando al animal entre las piernas de quien realizaba la tarea. Una vez peladas, las ovejas se incorporaban y se sacudían con violencia. Como la puerta del establo solía estar abierta, corrían al prado a reunirse con las demás, ya esquiladas. Luego se las introducía en la ''borda ''para que pudieran disfrutar de la hierba del segundo corte.
En Orozko (B) sacaban a la oveja del corral y uno de los pastores, pasando su mano izquierda por debajo de las patas delanteras, hacía que el animal se apoyara sobre sus cuartos traseros y mantuviera el lomo erguido contra él, que permanecía de pie. Con las tijeras le daba un corte debajo de la papada, ''papa- rreanpaparrean, ''continuando a lo largo de la tripa. A continuación le ataban las cuatro patas en cruz con cuerdas, ''traillak, ''generalmente fabricadas por ellos mismos. Después tumbaban a la oveja de costado y otro pastor cortaba el resto comenzando por el cogote hasta la altura de los hombros para seguir a lo largo hasta conseguir sacar toda la lana en una sola capa, que venía a pesar de dos a cuatro kilos. Lo trasquilado se introducía en grandes sacos para la venta, a excepción de algunas piezas que se las reservaban para sí, por su gran calidad o por ser negras, en cuyo caso las usaban para hacer cordones, ''traillak. ''De ordinario no se cortaba el flequillo o mechón de lana que cae sobre la testuz de la oveja pero había pastores que lo hacían, esmerándose en la labor para no afear al animal. Gustaba a los pastores que sus ovejas tuvieran un vellón grande y frondoso.
En el mismo Valle de Orozko se ha recogido que durante la esquila les revisaban las pezuñas, recortándoselas cuando era necesario y extrayéndoles las piedras que tuvieran incrustadas. A partir de los años setenta cuando se les corta la lana se hace que las ovejas pasen por unas bañeras con sulfato de cobre, lejía y sal. También se ha acostumbrado aplicarles sulfato en las patas. Para quitarles las garrapatas, ''kaparrak, ''se les echaba desinfectante zotal.
En esta misma localidad vizcaina se ha recogido el dato de que antiguamente una oveja daba de promedio un kilo y medio de lana<ref>También en Soum de Lèche, conforme se recogió en los años cincuenta, se obtenía la misma cantidad de lana por cabeza. Según los pastores la escasez de agua en los pastos de altura hacía que el rendimiento de lana fuera inferior al que debía ser.</ref>, mientras que hoy día (1997) da más de tres kilos y medio, hasta cuatro en ocasiones''. ''Este incremento se debe a los cuidados que se prestan al rebaño, a una mejor alimentación, etc. En la producción de lana, como en otros muchos aspectos, los resultados del pastoreo se han duplicado en comparación a tiempos pasados.
[[File:FIGURA3.png324 Colocacion de la oveja para ser esquilada en Bera (N) 1997.jpg|RTENOTITLE_FIGURAcenter|500px|Colocación de la oveja para ser esquilada en Bera (N), 1997. Fuente: Rondán Jimeno, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Ultzama (N) esquilaban primero el vientre y continuaban por las patas que previamente habían atado para que el animal permaneciera inmóvil. Luego cortaban la lana del resto del cuerpo comenzando por la parte de abajo y finalizando en la cabeza. Si la oveja era hermosa se sacaba el vellón en dos pedazos y si no se cortaba en una pieza. La lana se dejaba depositada sobre unos grandes lienzos o ensacada. En Etxebarre (Z) lo esquilado se dejaba amontonada en un rincón hasta que viniera el comerciante comprador con unos grandes sacos, ''sakhak'', en los que se introducía la carga''. ''A veces se guardaba algo para uso personal.
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