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Querellas y reconciliacion. Haserreak eta konponketak

No hay cambio en el tamaño, 07:25 27 jun 2019
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En Abezia, Agurain, Apodaca, Ribera Alta (A); Bermeo, Zeanuri (B); Beasain, Berastegi, Zerain (G); Allo, Sangüesa, Urzainki y Valtierra (N) recuerdan que con frecuencia se recurría como figura mediadora al sacerdote o sacerdotes de la parroquia, o a algún fraile, que podía además ser familiar de los afectados. En Sangüesa señalan que el recurso al sacerdote era en apelación al fallar la mediación de los intervinientes anteriores.
[[File:2.514 Laudo de amigables componedores. Gernika-Lumo (B) 1905.jpg|center|600px450px|Laudo de amigables componedores. Gernika-Lumo (B), 1905. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
A continuación se expone pormenorizadamente la descripción recogida en Zeanuri (B) donde en tiempos pasados las querellas entre parientes y entre vecinos se resolvían recurriendo al juez de paz de la localidad. Cada parte llevaba un vecino considerado “hombre bueno” que tenía como misión temperar los ánimos y procurar que las cosas terminaran amigablemente. A principios del siglo XX eran más frecuentes que hoy día las querellas judiciales, incluso entre parientes. Después de una disputa verbal se apartaban testigos y se demandaba ante el juez, ''auzie ezarri''. Normalmente estas querellas no trascendían del juzgado de paz y las razones que aportaban los hombres buenos eran de carácter muy práctico. Con frecuencia, acababan pagando a medias los gastos y celebrando una merienda en una taberna. En ocasiones especiales y en situaciones muy enconadas se recurría a la mediación de algún sacerdote prestigioso o de los frailes predicadores con ocasión de las misiones populares. También se apelaba a la mediación de algún pariente de edad, tío o tío abuelo que tuviera ascendiente moral sobre los familiares en litigio siempre que no tuviera interés directo en el caso.
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