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Remedios empiricos14

830 bytes añadidos, 06:51 26 jun 2019
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En Amézaga de Zuya (A) dicen que es bueno verter aceite muy caliente sobre la mordedura para evitar su infección. En Lekunberri (N) se desinfectaba con aceite frito con ajo, bien caliente, aplicándolo gota a gota.
 
== Remedios vegetales ==
Los ajos, tan recurridos en la medicina popular, también se han utilizado para sanar las mordeduras de las serpientes.
En Berganzo (A) además de aplicar torniquetes y hacer sangrar la herida, después se aplicaban ajos y vinagre. En Apellániz (A) se considera bueno untar la mordedura con ajo. En Dima (B) se llevaba al herido al arroyo y limpiándole allí la herida se le frotaba con ajo<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid: 1935, p. 438.</ref>.
Además se ha recurrido a otras especies vegetales en el tratamiento de estos envenenamientos.
En Astigarraga (G) en ocasiones se ponía sobre la herida pomada casera o emplasto de verbenas para que sacase el veneno. Esta cura había que repetirla todos los días.
En Hondarribia (G) se aplicaba un emplasto a base de jabón natural, aceite, ajo y verbena. Tras abrir la herida y succionar el veneno con la boca, se limpiaba bien con agua o cocción de ''pasmo-belarra ''y se cubría con un paño limpio. Se conoce una planta roja llamada ''zaingorria ''también muy recomendable.
En Liginaga (Z) se cubría la mordedura con corteza de fresno, ''lexarra''. En Zerain (G) se trataba con un emplasto preparado con la segunda corteza del aliso, ''altza''<ref></ref><ref>Ignacio Mª BARRIOLA, ''La medicina popular en el País Vasco'', San Sebastián: 1952, p. 124.</ref>. En Apellániz (A) se restregaba con ''achunes'', ortigas.
En Busturia (B) cuando se producía una mordedura de perro o de serpiente se hacía un preparado a base de lejía, agua y sal, al que se añadía ajo y cola de caballo, ''azeri-buztana''.
Mugarza señala que en algunos pueblos del País Vasco se usó la ruda (''Ruta graveolens'') como antídoto contra las picaduras de culebras y víboras. Recoge cómo sus frutos se bendecían por San Juan y se conocían unas dosis determinadas que producían efecto durante un año. También añade que en Carranza (B) se solían coger las hojas y bayas y se solían comer cuando alguien sentía temor de haber sido mordido por alguna culebra o araña. La dosis consistía en ingerir tres puñados de hojas y frutos crudos de ruda, durante tres días<ref>Juan MUGARZA. ''Tradiciones, mitos y leyendas en el País Vasco''. Tomo II. Bilbao: 1981, pp. 241-242.</ref>.
Mugarza señala que en algunos pueblos del País Vasco se usó la ruda (''Ruta graveolens'') como antídoto contra las picaduras de culebras y víboras. Recoge cómo sus frutos se bendecían por San Juan y se conocían unas dosis determinadas que producían efecto durante un año. También añade que en Carranza (B) se solían coger las hojas y bayas y se solían comer cuando alguien sentía temor de haber sido mordido por alguna culebra o araña. La dosis consistía en ingerir tres puñados de hojas y frutos crudos de ruda, durante tres días<ref></ref>. En Arrona (G) también le atribuían especial virtud a la baya de ruda de cinco puntas, que comida por San Juan preservaba de estas mordeduras<ref>Julio CARO BAROJA. ''La estación de amor: (fiestas populares de mayo a San Juan). ''Madrid: 1979, p. 221.</ref>.
En Orozko (B) para las picaduras de culebra se majaban bien ''berberana'', verbena; ''berakatzak'', ajos, y ''iodo-bedarra ''después de haber añadido un poco de agua. El líquido obtenido se bebía dos veces al día y las hierbas majadas se aplicaban sobre la mordedura, pero no de forma directa sino sobre un trapo blanco, que podía estar viejo y desgastado pero nunca debía ser de color. El brebaje que se ingería producía vómitos que ayudaban a eliminar el veneno y las hierbas sobre la herida hacían que el veneno saliese al exterior. A éstas se les añadía apio para que la fórmula fuese más eficaz.
En Zeanuri (B) para curar la mordedura de culebra y también la de perro rabioso, se hacía beber al afectado agua de malvas. Luego ablandaban una hoja de tabaco en aguardiente fuerte y la aplicaban sobre la herida. Asimismo se desmenuzaba llantén en un mortero y del líquido extraído se le daba a beber una cucharadita<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 255.</ref>.
Un hombre de los alrededores de Amoroto (B) fue mordido por una serpiente. Conocedores de que un vecino de Markina (B) pos eía una piedra llamada ''sugarria ''(piedra culebrera), fueron a pedírsela, pero no lograron su propósito pues se la había donado a una hija casada en Eibar (G). Se dirigieron entonces a Bolibar (B) en busca de un práctico en estas lides, quien recogiendo de camino llantén y otras seis clases de hierbas fue a visitar al mordido a quien administró una cucharada de su cocimiento. Pero éste la vomitó así que para evitar que sucediera lo mismo con la segunda, después de dársela le tapó la boca con una mano mientras con la otra frotaba la herida. El remedio actuó eficazmente y la mordedura curó sin más complicaciones<ref>Ignacio Mª BARRIOLA, ''La medicina popular en el País Vasco'', San Sebastián: 1952, pp. 125-126. (Está recogido de D. Telesforo de Aranzadi).</ref>.
En Muxika (B), antiguamente, algunas personas en el caso de ser mordidas por una serpiente tomaban una decocción de las hojas más tiernas de nogal y fresno<ref>Recogido por José de ETXEBARRI: LEF. (ADEL).</ref>.
== Aplicación de la cloaca de una gallina ==
En tiempos pasados ante la picadura de una serpiente también se ponían en práctica otros remedios como el que se describe a continua-  ción continuación consistente en aplicar sobre la herida la cloaca de una gallina.
En Beasain (G) para succionar el veneno se tomaban unos pollos de los que se criaban en el caserío y se aplicaba su cloaca sobre la he ridaherida. Se decía que el culo del pollo tenía un continuo movimiento de succión por lo que extraía el veneno. El animal solía caer como muerto y entonces se colocaba otro y así suce- sivamente sucesivamente hasta seis o más. No morían, a las pocas horas de su desfallecimiento solían espabilarse y corretear de nuevo, sobre todo si se les mojaba con un poco de agua fría. Por último se aplicaba frío sobre el miembro afectado durante varios días, hasta que se viese que estaba curado.
En Oñati (G) un informante señala que se ponía el culo de una gallina sobre la mordedura para que al hacer de ventosa absorbiese el veneno. Si la gallina moría se reemplazaba con otra.
En Obecuri (A) también tenían la creencia de que si cuando picaba una culebra, se cogía una gallina y se aplicaba su cloaca a la picadura, moría la gallina y al mordido no le pasaba nada.
Azkue recogió en Larraun (N), Haltsu (L) yArratia (B) que cuando una víbora clavaba su “aguijón” a alguien, debía regresar inmediatamente a casa y tomar varias gallinas. Introducía su dedo herido en la cloaca de una de ellas, después en otra y luego en una tercera. Cuando llegaba a la cuarta el veneno de la víbora solía quedar en el trasero de la misma<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid: 1935, p. 442.</ref>.
Arratia (B) que cuando una víbora clavaba su “aguijón” a alguien, debía regresar inmediatamente a casa y tomar varias gallinas. Introducía su dedo herido en la cloaca de una de ellas, después en otra y luego en una tercera. Cuando llegaba a la cuarta el veneno de la víbora solía quedar en el trasero de la misma<ref></ref>. En Zerain (G) también se constató la aplicación sobre la herida de la porción anal de un pollo vivo<ref>Ignacio Mª BARRIOLA, ''La medicina popular en el País Vasco'', San Sebastián: 1952, p. 124.</ref>.
== Sajado, succión y aplicación de torniquete ==
Es opinión generalizada que ante la mordedura de una serpiente se debe acudir rápidamente a un médico o a un centro hospitalario, para que sean ellos quienes se ocupen del tratamiento.
 
 
 
 
 
 
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