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Rezo del rosario al anochecer

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En numerosas localidades sobre todo de la Vasconia peninsular, al anochecer tenía lugar en la casa mortuoria un acto religioso más señalado cual era el rezo de un rosario al que asistían los familiares del difunto, todos los vecinos y las personas allegadas a la familia. La raigambre de esta práctica así como su extensión invita a pensar que este acto era considerado como parte del ceremonial funerario doméstico.
De hecho era el rito central del velatorio y contaba generalmente con una participación numerosa llenando los asistentes las diversas dependencias de la casa. En las encuestas de Gipuzkoa se señala que antaño se rezaba en este acto el rosario completo de quince misterios (Aduna, Andoain, Amezketa, Ataun, Bidania, Berastegi, Elgoibar, Elosua, Hondarribia, Oiartzun, Zegama, Zerain-G) .
En Durango (B) y Monreal (N) en estas ocasiones se rezaban siempre los misterios dolorosos del rosario. Por lo general se indica que tanto en esta ocasión como durante el velatorio ha sido el rezo del rosario la oración más recurrida, ''otoitz preziatuena ''(Goizueta-N) . Fue costumbre bastante extendida concluir el velatorio nocturno, ''gaubela, ''al amanecer rezando un rosario juntamente con los familiares (Elgoibar, Elosua, Getaria, Hondarribia, Zerain-G) .
De ordinario tanto en las visitas durante el día como en la vigilia nocturna la dirección de las oraciones estaba encomendada a personas que se distinguieran por su soltura en rezar, siendo siempre las mismas las que actuaban en todos los velatorios (Artajona, Goizueta, Mélida, Murchante, Sangüesa-N, Berastegi, Hondarribia, Oiartzun, Urnieta, Zerain-G, Bermeo, Portugalete-B) .
En Bermeo (B), hasta la década de los sesenta, era una mujer, ''errezadorie, ''la que, por encargo de la familia, se ocupaba de organizar el velatorio y de dirigir el rosario que rezaban los grupos de visitantes que acudían ante el cadáver. En Oiartzun (G) a la persona que cumplía esta misma función se le denominaba antaño ''errezulari. ''En Urnieta (G) recibían el nombre de ''errosario esantzailliak. ''En Berastegi (G) y en Goizueta (N) era la serora quien dirigía estos rezos y en algunas casas de Durango (B) una religiosa que luego asistía al velatorio nocturno. En aquellas casas donde había un familiar sacerdote, religioso o religiosa eran estas personas las que estaban al cargo de los rezos que se hacían ante el difunto (Apodaca-A, Zeanuri-B y Artajona-N) .
Este rito doméstico con todos los elementos que lo componían fue recogido en las encuestas llevadas a cabo en los años veinte.
En Arano (N) se reunían en la casa mortuoria todos los vecinos y rezaban tres rosarios (Rosario de 15 misterios) . La persona que dirigía este rezo percibía por ello una peseta. Acabado el mismo volvían a sus casas salvo algunas personas de más confianza de la familia que se quedaban en la casa del finado toda la noche<ref>AEF, III (1923) p. 127.</ref>.
En Galarreta (A) , por la noche, iban varias o todas las personas de cada familia del pueblo, sin exceptuar una, a la casa mortuoria y rezaban el rosario en sufragio del alma del finado en presencia del cadáver. Después del rezo la familia del difunto obsequiaba a todos con pan y vino y a continuación volvían a sus casas a excepción de algunas personas que permanecían allí durante la noche guardando el cadáver y ayudando en sus quehaceres a los de la casa<ref>AEF, III (1923) pp. 55-56.</ref>.
En Hondarribia (G) rezaban un rosario al anochecer y otro hacia la madrugada, ''goizaldera. ''Casi siempre quedaban a velar al cadáver, ''bela, ''personas jóvenes que no pasaban de los 30 años<ref>AEF, III (1923) p. 91.</ref>.
De manera similar se procedía por aquellos años en las localidades de Soscaño-Carranza, Kortezubi, Meñaka, Orozko, (B) , Aduna, Ataun, Deba, Bidania, Oiartzun, Zegama, (G) , Otxagabia, Ziga-Baztan (N) . El acto central del velatorio consistía en el rezo del rosario por un crecido grupo formado por familiares y vecinos. En varios lugares se remarcaba la participación de todos los vecinos que participaban en este acto. Con todo, en Andoain (G) ya se apuntaba la disminución de la asistencia vecinal que en otro tiempo fue muy crecida: ''Leenago edozein, orain la iñor ez''<ref>AEF, III (1923) pp. 99-100.</ref>.
Las encuestas realizadas en la década de los noventa constatan que esta práctica estuvo vigente hasta tiempos más recientes, e incluso hoy en día, con algunas modificaciones que señalaremos, perdura en ciertas localidades.
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