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Ritos con plantas y frutos

1917 bytes añadidos, 13:48 27 may 2019
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En nuestra actual encuesta de Durango figura la siguiente fórmula registrada medio siglo más tarde. La persona que va a realizar el rito recoge los juncos, ''ziriak'', y los corta de forma que pueda aplicar un trozo a cada verruga. Comienza santiguándose, “''Aitearen, Semearen...''” y con el junco hace dos cruces sobre la verruga mientras recita la fórmula “''Zantiretu, zan urratu, zana bere lekuan sartu''” (vena salida, vena rota, vena vuelva a su sitio). Con la punta del junco frota la verruga, después extendida la yerba en horizontal y apretando con los dos dedos índice reza un ''aitagurea'', ''agurmaria ''y ''aintza ''(padrenuestro, avemaría y gloria). A continuación hace el recuento de los juncos y de las verrugas para comprobar que coinciden en número y entierra aquéllos en un lugar que no debe saber el que tiene las verrugas. Al pudrirse los juncos lo harán también las verrugas.
[[File:5.53 Ihiak juncos.jpg|center|400px|Ihiak, juncos. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.]] En Otxandiano (B) recogió Azkue un remedio parecido. Se ponía un junco, ''ziria'', sobre las verrugas y haciendo tres cruces se decía: “''Bat, bat eta erdi, bapez ta erdi''” (uno, uno y medio, ninguno y medio). Luego se le daban los juncos al averrugado, quien tenía que llevarlos con los ojos cerrados a un lugar cenagoso y sepultarlos allí. A medida que se pu- drían pudrían los juncos, desaparecían las verrugas. En Zumaia (G) se ataba al averrugado un junco traído de un juncal y al atárselo se decía:”''iia bat, enorra bi, ii onek kenduko dik enor ori''” (el junco uno, la verruga dos, este junco te ha de quitar esa verruga). En Zeanuri (B), alguien con un palillo, ''zotza'', hacía cruces alrededor de la verruga diciendo: “''zazpi, sei, bost, lau, iru, bi, bat''” (siete, seis... uno). Después el que hubiera hecho la operación escondía el palillo donde nadie supiera y desaparecía la verruga<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, pp. 240-242.</ref>.
En Igorre (B) se hacían cruces con juncos, ''ziriak'', para cada verruga. Se cogía esta cruz con las dos manos y se la movía sobre la verruga, diciendo: “''au bat, au bapez; au bat, au bapez''” (esto uno, esto nada; esto uno, esto nada). Para ello se ponía la cruz a un lado cuando se decía ''bat ''y al decir ''bapez'', al otro lado. Después se dejaba la cruz de junco para que se secara y al secarse, desaparecía la verruga. Si se cometía un error, ''uts egin'', al recitar la fórmula, había que repetirla<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 243.</ref>.
En Llodio (A), quien tuviera verrugas debía de colocar debajo de una piedra otras tantas bayas de enebro, apartando de ellas la vista cuanto le fuera posible al efectuar la operación. Después se alejaba de allí pronunciando la misma fórmula que en Amézaga; según fueran corrompiéndose las bayas, se curarían las verrugas<ref>José Miguel de BARANDIARAN. ''Mitología Vasca''. Madrid: 1960, p. 36.</ref>.
 
[[File:5.54 Enebro.jpg|center|500px|Enebro. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.]]
En Pipaón (A) se utilizaban endrinas que se escondían envueltas con un pañuelo en un lugar por donde ya no se volvía a pasar, recitando la fórmula:
Un informante de esta localidad recuerda otro procedimiento que consiste en coger una rama o ''verduga ''y repetir veintitantas veces la fórmula “sécate verruga” y luego ponerla debajo de una piedra o enterrarla; todo ello sin que el afectado se enterara.
 
[[File:5.55 Cipres.jpg|center|500px|Ciprés. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.]]
En Sangüesa (N) poniendo en el bolsillo tantas bolitas o gálbulas de ciprés como verrugas desaparecían éstas y en Muskiz (B) se ha recogido que se cuentan las verrugas y al de unos días sin más desaparecen.
En Valdegovía (A); Hondarribia, Oñati (G); Sangüesa y Lekaroz (N) se partía una manzana por la mitad, se comía una parte y se enterraba la otra: cuando ésta se pudría las verrugas desaparecían<ref>APD. Cuad. 2, ficha 204. Puede consultarse también José Antonio de DONOSTIA. “Quelques notes au sujet des médecins et médecines populaires au Pays Basque” in ''Gure Herria'', XXXIII (1961) p. 27.</ref>.
En Abadiano, Bedarona, Bermeo, Busturia, Gorozika (B) y Arrasate (G) frotan las verrugas con corteza de tocino que lo entierran durante un tiempo, lo sacan, vuelven a frotar y lo vuelven a enterrar y siguen así hasta que el tocino se pudre. En Arraioz (N), se ponía una corteza de tocino en la rendija de una tapia y durante nueve viernes a la noche se le daba vuelta. Si desaparecía para el último viernes, desaparecía también la verruga<ref>APD. Cuad. 2, ficha 219.</ref>. En Goizueta (N), Bernedo (A) y Astigarraga (G) se practicaba el mismo remedio con un trozo de carne fresca que debía dejarse que se descompu- sieradescompusiera.
== Ajos. Cebollas ==
En Amézaga de Zuya (A) un curandero de la localidad pregunta el nombre y la fecha de nacimiento a quien se le acerca a que le quite las verrugas y le frota cada verruga con un grano de arroz, luego los esconde y reza una oración.
En Muskiz (B) y Obanos (N) se cuentan las verrugas y se entierran el mismo número de piedrecitas en un lugar desconocido por el interesado. En Obanos, en los años cincuenta, era creencia infantil que quien encontrase las piedras y las tocase, cogería las verrugas. En Apodaca (A) había que enterrar tres piedras. En Ollo (N) se ponían en una bolsita tantas piedrecitas como verrugas se tuvieran, dejándola en un lugar cualquiera. Quien recogiera la bolsa cargaría con todas las verrugas, quedando limpio el paciente. El que contaba las verrugas a otro, cargaba con las de éste<ref>APD. Cuad. 7, ficha 762.</ref>. La creencia de que se transfieren las verrugas del que las tiene al que se las cuenta también se ha constatado en Apellániz (A). El P. Donostia recogió una práctica similar a la descrita. Se tomaban en la mano tantas piedrecillas como verrugas se tuviera y había que restregarse en ellas las verrugas. Luego se ponían las piedrecillas en un papel y se las dejaba en un cruce de caminos. El que las cogiera se quedaba con las verrugas<ref>APD. Cuad. 11, ficha 996.</ref>. En el Valle de Erro (N) se colocaban tres piedras en hilera en un camino y la primera persona que las pisara contraía las verrugas.
== Hojas de boj y de olivo ==
En Eugi (N) para que desaparecieran tanto las verrugas, ''kalitxak'', como también los diviesos, ''pitxikak'', se servían del siguiente procedimiento: se reunían tres ramas de boj procedentes de sendas localidades, Urtasun, Zilbeti y el propio Eugi y se colocaba una piedra grande sobre ellas. Cuando se pudrieran las ramas desaparecerían las verrugas, o los diviesos en su caso. Esto mismo se hacía en el Valle de Erro (N). En Romanzado y Urraul Bajo (N) había que coger tantas hojas de boj como verrugas se tuvieran y colocarlas debajo de una piedra, en terrenos de otro pueblo, cerca de la muga. También en Navascués<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 241.</ref> (N) y en nuestras encuestas de Sangüesa y Tiebas (N) se ha recogido la costumbre de pasar bojes por las verrugas y colocarlas luego debajo de una piedra; en Sangüesa precisan que la rama de boj verde había que traerla de “contrarreino”, esto es, de Aragón o de otra provincia, y había que enterrarla entre piedra y piedra; conforme se secaba el boj, iba desapareciendo la verruga.
En Salazar (N) había que cubrir las verrugas con hojas de boj, ''ezpela'', en un lugar desde donde se veían las tres ermitas de Muskilda, la Magdalena y Arburua; en vez de esta última ermita podía ser la de Ujué. Cuando las hojas se secaran también lo harían las verrugas<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 240.</ref>. En Izal (N) se curaban las verrugas cogiendo bojes y dejándolos debajo de una piedra, mirando hacia la ermita de Arburua. Una vez colocados, no había que ir a verlos.
[[File:5.56 Boj ezpela.jpg|center|500px|Boj, ezpela. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.]]
En Allo (N) se emplean hojas de olivo y la operación debía de llevarse a cabo el día de San Juan Bautista. La mayoría de los informantes señalan que era indistinta la hora siempre que fuese dentro del día; algunos consideran que debía hacerse al mediodía y otros a medianoche. Había que enterrar tantas hojas de olivo como verrugas tuviera el individuo al tiempo que se recitaba:
         En Muskiz (B) y Obanos (N) se cuentan las verrugas y se entierran el mismo número de piedrecitas en un lugar desconocido por el interesado. En Obanos, en los años cincuenta, era creencia infantil que quien encontrase las piedras y las tocase, cogería las verrugas. En Apodaca (A) había que enterrar tres piedras. En Ollo (N) se ponían en una bolsita tantas piedrecitas como verrugas se tuvieran, dejándola en un lugar cualquiera. Quien recogiera la bolsa cargaría con todas las verrugas, quedando limpio el paciente. El que contaba las verrugas a otro, cargaba con las de éste[[#ftn41|[41]]]. La creencia de que se transfieren las verrugas del que las tiene :''Verrugas al que se las cuenta también se ha constatado en Apellániz (A)verrugar. El P. Donostia recogió una práctica similar a la descrita. Se tomaban en la mano tantas piedrecillas como verrugas se tuviera y había que restregarse en  ellas las verrugas. Luego se ponían las piedrecillas en un papel y se las dejaba en un cruce de caminos. El que las cogiera se quedaba con las verrugas45. En el Valle de Erro (N) se colocaban tres piedras en hilera en un camino y la primera persona que las pisara contraía las verrugas. === Hojas de boj y de olivo === En Eugi (N) para que desaparecieran tanto las verrugas, ''kalitxak:'', como también los diviesos, ''pitxikak'', Que se servían del siguiente procedimiento: se reunían tres ramas de boj procedentes de sendas localidades, Urtasun, Zilbeti y el propio Eugi y se colocaba una piedra grande sobre ellas. Cuando se pudrieran las ramas desaparecerían las verrugas, o los diviesos en su caso. Esto mismo se hacía en el Valle de Erro (N). En Romanzado y Urraul Bajo (N) había que coger tantas hojas de boj como   {| style="border-spacing:0;width:15.716cm;"|-|| || |-|| || [[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image013.gifImagen22.png|top]]|-|}sequen estas verrugas se tuvieran y colocarlas debajo de una piedra, en terrenos de otro pueblo, cerca de la muga. También en Navascués[[#ftn42|[42]]] (N) y en nuestras encuestas de Sangüesa y Tiebas (N) se ha recogido la costumbre de pasar bojes por las verrugas y colocarlas luego debajo de una piedra; en Sangüesa precisan que la rama de boj verde había que traerla de “contrarreino”, esto es, de Aragón o de otra provincia, y había que enterrarla entre piedra y piedra; conforme se secaba el boj, iba desapareciendo la verruga. En Salazar (N) había que cubrir las verrugas con hojas de boj, ''ezpela'', en un lugar desde donde se veían las tres ermitas de Muskilda, la Magdalena y Arburua; en vez de esta última ermita podía ser la de Ujué. Cuando las hojas se secaran también lo harían las verrugas47. En Izal (N) se curaban las verrugas cogiendo bojes y dejándolos debajo de una piedra, mirando hacia la ermita de Arburua. Una vez colocados, no había que ir a verlos. En Allo (N) se emplean hojas de olivo y la  operación debía de llevarse a cabo el día de San Juan Bautista. La mayoría de los informantes señalan que era indistinta la hora siempre que fuese dentro del día; algunos consideran que debía hacerse al mediodía y otros a medianoche. Había que enterrar tantas hojas de olivo como verrugas tuviera el individuo al tiempo que se recitaba: ''Verrugas al verrugar. Que se sequen estas verrugas como las hojas de este olivar.''
Para que fuera eficaz el rito debía mantenerse en el mayor de los secretos; las verrugas desaparecían cuando el sujeto olvidaba dónde escondió las hojas. También en Améscoa y Viana (N) se ha recogido la costumbre de restregarse cada verruga con una hoja de olivo y esconder éstas donde nadie sepa dónde están, no ir a mirarlas y que nadie las encuentre.
En Liginaga (Z) para curar las verrugas, ''marrünkak'', quien las tuviera debía ir a cobijarse debajo de un aliso, ''alza'', próximo a un río. Allí debía contarse las verrugas y a continua- ción arrancar al árbol igual número de hojas y colocarlas en el agua del río debajo de una pie- [[ImageFile:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image0155.gifImagen2457 Olivo.pngjpg|center|top]] Fig. 58. Aliso, ''haltza''. dra. Hecho eso, se curaban luego las verrugas.  === Limacos, lapas y sapos === En Arakil (N) se castraba, ''osatu'', un limaco con el que se frotaban las verrugas; luego se le metía en un agujero de pared donde al secarse se quitaban las verrugas. En Bermeo (B) se frotaban las verrugas con una babosa, ''barea'', que luego se clavaba detrás de la puerta de casa; a medida que se iba secando, se secaban las verrugas. No había que limpiar en varios días la zona que se había untado con el limaco y éste debía permanecer en el mismo lugar hasta que se secara. En Garayo (A) se untaban las verrugas con limaco, colocando luego éste clavado en la punta de un palo en un zarzal[[#ftn43500px|[43]]]Olivo. Igual procedimiento se ha constatado en Apellániz y Lagrán (A).  En Azkaine (L) se cogían nueve limacos y se ensartaban en un palo; frotaban la verruga con cada uno de ellos y luego colocaban el palo en un cruce de caminos. Hacían lo pro-  pio durante nueve mañanas, frotando la verruga con cada uno Fuente: Archivo particular Familia de los limacosIñaki Zorrakin Altube. Éste era al parecer un procedimiento muy común en Vasconia continental[[#ftn44|[44]]]. En Zerain (G) frotaban las verrugas con un limaco negro, ''bara beltza'', que se enterraba vivo, y cuando se pudría surtiría el efecto deseado. En Tiebas (N) se machacaba un limaco que se pasaba por las verrugas y luego se ponía debajo de una piedra; también en Amézaga de Zuya (A) y Arraioz (N) untaban las verrugas con limaco y en Izal y Valle de Erro (N) con ''barangas ''(babas) de limaco. En Alcoz (N) había que untarse tres viernes seguidos con un limaco o con un ajo50. En Amézaga de Zuya (A) se untan las verrugas con un caracol que luego se atraviesa con un alfiler; cuando el animal se seca, la verruga desaparece. En Viana (N) se restriegan con babas de caracol, enterrándose luego éste y en Muskiz (B) se machaca un caracol y con él se unta la verruga.  En Bedarona (B) cuando se tenían verrugas
En Liginaga (Z) para curar las verrugas, ''marrünkak'', quien las tuviera debía ir a cobijarse debajo de un aliso, ''alza'', próximo a un río. Allí debía contarse las verrugas y a continuación arrancar al árbol igual número de hojas y colocarlas en el agua del río debajo de una piedra. Hecho eso, se curaban luego las verrugas.
en la mano se traían lapas grandes del acantilado del mar[[File:5.58 Aliso haltza.jpg|center|500px|Aliso, se pasaba una por cada verruga varias veces, después se ataba con un trapo y se dejaba que muriera la lapa clavándole un palito; cuando se pudriera la lapa desaparecería la verrugahaltza. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.]]
En Beasain (G)== Limacos, debajo de la cama del averrugado, ponen un sapo muerto metido en un bote, cuando se pudra lapas y despida mal olor, las verrugas desaparecerán. En Astigarraga (G) se ha recogido igual costumbre sólo que introducen el sapo vivo en una lata. En Laurgain (Aia-G) si una persona averrugada acierta a pasar, sin que ella lo advierta, delante de un sapo atrapado debajo de una piedra, para los ocho días le desaparecerán las verrugas[[#ftn45|[45]]]. sapos ==
=== Monedas limosneras ===En Arakil (N) se castraba, ''osatu'', un limaco con el que se frotaban las verrugas; luego se le metía en un agujero de pared donde al secarse se quitaban las verrugas. En Bermeo (B) se frotaban las verrugas con una babosa, ''barea'', que luego se clavaba detrás de la puerta de casa; a medida que se iba secando, se secaban las verrugas. No había que limpiar en varios días la zona que se había untado con el limaco y éste debía permanecer en el mismo lugar hasta que se secara. En Garayo (A) se untaban las verrugas con limaco, colocando luego éste clavado en la punta de un palo en un zarzal<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “Paletnografía vasca” in ''Euskalerriaren Alde'', X. San Sebastián: [s.n.], 1920, p. 402.</ref>. Igual procedimiento se ha constatado en Apellániz y Lagrán (A).
En Beasain Azkaine (GL) se cogían nueve limacos y se ensartaban en un palo; frotaban la verruga con cada uno de ellos y luego colocaban el palo en un cruce de caminos. Hacían lo mismo que propio durante nueve mañanas, frotando la verruga con cada uno de los limacos. Éste era al parecer un procedimiento muy común en AiaVasconia continental<ref>DIEUDONNÉ. “Medécine populaire au Pays Basque” in ''Gure Herria''. Tomo XXVI. Bayonne: 1954, Amezketa[[#ftn46|[46]]], Beizama, Berastegi, Bidania[[#ftn47|[47]]], Bidegoian y Elosua p. 197.</ref>. En Zerain (G), se frota la verrugafrotaban las verrugas con un limaco negro, ''igurtzi garatxuabara beltza'', con una monedaque se enterraba vivo, y cuando se pudría surtiría el efecto deseado. En Tiebas (antiguamente una de cobre de 10 cts., más tarde una peseta rubia o una moneda de duroN) y se lleva o machacaba un limaco que se envía como limosna a alguna ermita. Los de Amezketa, Beasain, Beizama pasaba por las verrugas y Bidania la enviaban a la luego se ponía debajo de Santa Cruz de Erreziluna piedra; los también en Amézaga de Berastegi a la de San Antón de esta localidad; los de Bidegoian Zuya (A) y Arraioz (N) untaban las verrugas con limaco y en Izal y Aia a la de San Antonio de Errezil o San Gregorio Valle de Albiztur; los de Elosua a la de Santa Engracia de Ubera Erro (BergaraN); los de Laurgain a la de Santa Cruz de Elkano con ''barangas ''(Aiababas)[[#ftn48|[48]]]. Algunos informantes de Berastegi precisan que es conveniente frotar cada verruga con una moneda distintalimaco. En Abadiano Alcoz (BN) había quien realizaba y realiza hoy día la labor de quitar las verrugas gratuitamente, pero antaño algunas curanderas exigían que se echara untarse tres viernes seguidos con un ''txakur andi ''limaco o ''perra gorda ''(=10 ctscon un ajo<ref>APD. Cuad. 5, ficha 559. de peseta) de limosna por cada verruga</ref>.
En Oñati, Elosua y Zerain Amézaga de Zuya (GA) se ha registrado untan las verrugas con un caracol que depositan la moneda luego se atraviesa con un alfiler; cuando el animal se seca, la que verruga desaparece. En Viana (N) se han frotado las verrugas restriegan con babas de caracol, enterrándose luego éste y en Muskiz (B) se machaca un caracol y con él se unta la ermita del Santo Cristo que se encuentra camino del santuarioverruga.
En Bedarona (B) cuando se tenían verrugas en la mano se traían lapas grandes del acantilado del mar, se pasaba una por cada verruga varias veces, después se ataba con un trapo y se dejaba que muriera la lapa clavándole un palito; cuando se pudriera la lapa desaparecería la verruga.
En Beasain (G), debajo de Arantzazula cama del averrugado, donde rezan ponen un sapo muerto metido en un credobote, cuando se pudra y despida mal olor, las verrugas desaparecerán. Los de Zerain también depositan En Astigarraga (G) se ha recogido igual costumbre sólo que introducen el sapo vivo en una limosna con esta intención en el altar del Santo Cristo de la iglesia de Santa María de Tolosalata. A la ermita de San Lorenzo de Elgoibar En Laurgain (Aia-G) se dirigen algunos vecinossi una persona averrugada acierta a pasar, sin que ella lo advierta, incluso gente delante de un sapo atrapado debajo de otros municipiosuna piedra, para quitarse los ocho días le desaparecerán las verrugas; se las frotan con una moneda, rezan un Pater Noster y depositan <ref>Juan GARMENDIA LARRAÑAGA. ''Villa guipuzcoana de Aia: la moneda huella humana en el cepillo los barrios de la ermitaAltzola y Laurgain''. Donostia-San Sebastián: 1991, p. 81.</ref>.
En Apellániz (A), Beasain, Elosua, Orexa[[#ftn49|[49]]] y Telleriarte (G) una segunda manera de proceder consiste en pasar una moneda por la verruga y dársela como limosna al primer mendigo, ''eskalea'', que llame a la puerta de casa; la verruga desaparece a los ocho días. En Zerain (G) besan la moneda antes de darla en limosna y hay que dar tres monedas a otros tantos mendigos para lograr el remedio. En Ataun (G) las verrugas se quitaban dando a los mendigos el mismo número de monedas que verrugas se tuvieran.== Monedas limosneras ==
En Azkaine Beasain (LG) lo mismo que en Aia, Amezketa<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 241.</ref>, Beizama, Berastegi, Bidania<ref>Recogido por Erramun MENDIZABAL: LEF. (ADEL).</ref>, Bidegoian y Elosua (G), se recogió en los años treintafrota la verruga, ''igurtzi garatxua'', con una moneda, (antiguamente una de cobre de 10 cts., un método similar para quitar las pupas que salen en los labios más tarde una peseta rubia o una moneda de duro) y se lleva o herpes labial; se daba una envía como limosna al pobre que viniera a la puerta alguna ermita. Los de casa Amezketa, Beasain, Beizama y se le entregaba otra para que Bidania la depositara en enviaban a la ermita de Santa Catalina que se encuentra entre las localidades Cruz de Errezil; los de Berastegi a la de San Antón de esta localidad; los de Sara Bidegoian y Senpere Aia a la de San Antonio de Errezil o San Gregorio de Albiztur; los de Elosua a la de Santa Engracia de Ubera (Bergara); los de Laurgain a la de Santa Cruz de Elkano (Aia)<ref>Juan GARMENDIA LARRAÑAGA. ''Villa guipuzcoana de Aia: la huella humana en la los barrios de Altzola y Laurgain''. Donostia-San IgnacioSebastián: 1991, entre Azkaine p. 81.</ref>. Algunos informantes de Berastegi precisan que es conveniente frotar cada verruga con una moneda distinta. En Abadiano (B) había quien realizaba yrealiza hoy día la labor de quitar las verrugas gratuitamente, pero antaño algunas curanderas exigían que se echara un ''txakur andi ''o ''perra gorda ''(=10 cts. de peseta) de limosna por cada verruga.
Sara[[#ftn50|[50]]]En Oñati, Elosua y Zerain (G) se ha registrado que depositan la moneda con la que se han frotado las verrugas en la ermita del Santo Cristo que se encuentra camino del santuario de Arantzazu, donde rezan un credo. Los de Zerain también depositan una limosna con esta intención en el altar del Santo Cristo de la iglesia de Santa María de Tolosa. A la ermita de San Lorenzo de Elgoibar (G) se dirigen algunos vecinos, incluso gente de otros municipios, para quitarse las verrugas; se las frotan con una moneda, rezan un Pater Noster y depositan la moneda en el cepillo de la ermita.
En Aia[[#ftn51|[51]]], Bidegoian, Elgoibar y Zerain Apellániz (GA), antañoBeasain, se cogía una moneda Elosua, Orexa<ref>Resurrección Mª de cobre de 10 céntimosAZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, se doblaba, se frotaba con ella las verrugas p. 241.</ref> y después se dejaba la pieza en un cruce de caminos. En Sara Telleriarte (LG) y una segunda manera de proceder consiste en Ermua (B) se curaban frotándolas con pasar una moneda por la verruga y depositando éstadársela como limosna al primer mendigo, metida en un sobre''eskalea'', en una encrucijada que llame a la puerta de caminoscasa; la verruga desaparece a los ocho días. Quien recogiera En Zerain (G) besan la moneda se cargaba con las verrugas antes de darla en limosna y hay que luego se le transmitían[[#ftn52|[52]]]dar tres monedas a otros tantos mendigos para lograr el remedio. También los informantes de Abadiano En Ataun (BG) han señalado que había que tener cuidado con las monedas encontradas en verrugas se quitaban dando a los cruces de caminos porque podían haber sido utilizadas para desprenderse mendigos el mismo número demonedas que verrugas se tuvieran.
En Azkaine (L), se recogió en los años treinta, un método similar para quitar las pupas que salen en los labios o herpes labial; se daba una limosna al pobre que viniera a la puerta de casa y se le entregaba otra para que la depositara en la ermita de Santa Catalina que se encuentra entre las localidades de Sara y Senpere o en la de San Ignacio, entre Azkaine y Sara<ref>APD. Cuad. 11, ficha 1.028.</ref>.
En Aia<ref>Juan IRURETAGOYENA. “Medicina popular. Zarauz. Aya. Remedios Supersticiosos” in ''Anuario de Eusko-Folklore''. Tomo I. Vitoria: 1921, p. 119.</ref>, Bidegoian, Elgoibar y Zerain (G), antaño, se cogía una moneda de cobre de 10 céntimos, se doblaba, se frotaba con ella las verrugas y después se dejaba la pieza en un cruce de caminos. En Sara (L) y en Ermua (B) se curaban frotándolas con una moneda y depositando ésta, metida en un sobre, en una encrucijada de caminos. Quien recogiera la moneda se cargaba con las verrugas que luego se le transmitían<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 240.</ref>. También los informantes de Abadiano (B) han señalado que había que tener cuidado con las monedas encontradas en los cruces de caminos porque podían haber sido utilizadas para desprenderse de verrugas y quien recogiera éstas podía quedarse también con aquéllas. En Astigarraga (G) se mojaban las verrugas con agua bendita durante tres viernes y luego se frotaban con una moneda que se lanzaba en un cruce de caminos. En Sangüesa (N) se frotaban la verruga con una moneda y hacían una cruz.
En Elgoibar (G), lo mismo que en Irun[[#ftn53|[53]]]<ref>Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental” in ''Anuario de Eusko-Folklore''. Tomo XI. Vitoria: 1931, p. 65.</ref> antiguamente, frotaban la verruga con una moneda de cobre que después era enterrada por otra persona en un lugar desconocido. En Elosua (G) la moneda de diez céntimos, con que se frotaban las verrugas luego la lanzaban al arroyo, donde nadie pudiera encontrarla. En Zerain (G) cogían una moneda y dos granos de sal y se envolvían en un trapo con el que después se frotaban las verrugas y lo lanzaban lo más lejos posible. En Bermeo (B) se frotaban con una moneda antigua, de cobre, que se lanzaba al aire lejos para que se perdiera. En Billabona (G) tras frotarlas con una moneda se tiraba ésta hacia atrás por encima de la cabeza.
En el barrio Bajauri de Treviño (A), en Aezkoa y en Esteribar[[#ftn54|[54]]] <ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 242.</ref> (N) los informantes señalan que las verrugas se quitaban respondiendo al “Orate fratres” del sacerdote en el ofertorio de la misa, con la expresión “fuera verrugates”. En Aoiz (N) el procedimiento es similar; se pasa la mano por la verruga mientras se pronuncia la fórmula “Orate fratres, fuera verrugates”.
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