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Ritos con plantas y frutos

1768 bytes añadidos, 13:48 27 may 2019
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En nuestra actual encuesta de Durango figura la siguiente fórmula registrada medio siglo más tarde. La persona que va a realizar el rito recoge los juncos, ''ziriak'', y los corta de forma que pueda aplicar un trozo a cada verruga. Comienza santiguándose, “''Aitearen, Semearen...''” y con el junco hace dos cruces sobre la verruga mientras recita la fórmula “''Zantiretu, zan urratu, zana bere lekuan sartu''” (vena salida, vena rota, vena vuelva a su sitio). Con la punta del junco frota la verruga, después extendida la yerba en horizontal y apretando con los dos dedos índice reza un ''aitagurea'', ''agurmaria ''y ''aintza ''(padrenuestro, avemaría y gloria). A continuación hace el recuento de los juncos y de las verrugas para comprobar que coinciden en número y entierra aquéllos en un lugar que no debe saber el que tiene las verrugas. Al pudrirse los juncos lo harán también las verrugas.
[[File:5.53 Ihiak juncos.jpg|center|400px|Ihiak, juncos. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.]] En Otxandiano (B) recogió Azkue un remedio parecido. Se ponía un junco, ''ziria'', sobre las verrugas y haciendo tres cruces se decía: “''Bat, bat eta erdi, bapez ta erdi''” (uno, uno y medio, ninguno y medio). Luego se le daban los juncos al averrugado, quien tenía que llevarlos con los ojos cerrados a un lugar cenagoso y sepultarlos allí. A medida que se pu- drían pudrían los juncos, desaparecían las verrugas. En Zumaia (G) se ataba al averrugado un junco traído de un juncal y al atárselo se decía:”''iia bat, enorra bi, ii onek kenduko dik enor ori''” (el junco uno, la verruga dos, este junco te ha de quitar esa verruga). En Zeanuri (B), alguien con un palillo, ''zotza'', hacía cruces alrededor de la verruga diciendo: “''zazpi, sei, bost, lau, iru, bi, bat''” (siete, seis... uno). Después el que hubiera hecho la operación escondía el palillo donde nadie supiera y desaparecía la verruga<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, pp. 240-242.</ref>.
En Igorre (B) se hacían cruces con juncos, ''ziriak'', para cada verruga. Se cogía esta cruz con las dos manos y se la movía sobre la verruga, diciendo: “''au bat, au bapez; au bat, au bapez''” (esto uno, esto nada; esto uno, esto nada). Para ello se ponía la cruz a un lado cuando se decía ''bat ''y al decir ''bapez'', al otro lado. Después se dejaba la cruz de junco para que se secara y al secarse, desaparecía la verruga. Si se cometía un error, ''uts egin'', al recitar la fórmula, había que repetirla<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 243.</ref>.
En Llodio (A), quien tuviera verrugas debía de colocar debajo de una piedra otras tantas bayas de enebro, apartando de ellas la vista cuanto le fuera posible al efectuar la operación. Después se alejaba de allí pronunciando la misma fórmula que en Amézaga; según fueran corrompiéndose las bayas, se curarían las verrugas<ref>José Miguel de BARANDIARAN. ''Mitología Vasca''. Madrid: 1960, p. 36.</ref>.
 
[[File:5.54 Enebro.jpg|center|500px|Enebro. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.]]
En Pipaón (A) se utilizaban endrinas que se escondían envueltas con un pañuelo en un lugar por donde ya no se volvía a pasar, recitando la fórmula:
Un informante de esta localidad recuerda otro procedimiento que consiste en coger una rama o ''verduga ''y repetir veintitantas veces la fórmula “sécate verruga” y luego ponerla debajo de una piedra o enterrarla; todo ello sin que el afectado se enterara.
 
[[File:5.55 Cipres.jpg|center|500px|Ciprés. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.]]
En Sangüesa (N) poniendo en el bolsillo tantas bolitas o gálbulas de ciprés como verrugas desaparecían éstas y en Muskiz (B) se ha recogido que se cuentan las verrugas y al de unos días sin más desaparecen.
En Valdegovía (A); Hondarribia, Oñati (G); Sangüesa y Lekaroz (N) se partía una manzana por la mitad, se comía una parte y se enterraba la otra: cuando ésta se pudría las verrugas desaparecían<ref>APD. Cuad. 2, ficha 204. Puede consultarse también José Antonio de DONOSTIA. “Quelques notes au sujet des médecins et médecines populaires au Pays Basque” in ''Gure Herria'', XXXIII (1961) p. 27.</ref>.
En Abadiano, Bedarona, Bermeo, Busturia, Gorozika (B) y Arrasate (G) frotan las verrugas con corteza de tocino que lo entierran durante un tiempo, lo sacan, vuelven a frotar y lo vuelven a enterrar y siguen así hasta que el tocino se pudre. En Arraioz (N), se ponía una corteza de tocino en la rendija de una tapia y durante nueve viernes a la noche se le daba vuelta. Si desaparecía para el último viernes, desaparecía también la verruga<ref>APD. Cuad. 2, ficha 219.</ref>. En Goizueta (N), Bernedo (A) y Astigarraga (G) se practicaba el mismo remedio con un trozo de carne fresca que debía dejarse que se descompu- sieradescompusiera.
== Ajos. Cebollas ==
En Salazar (N) había que cubrir las verrugas con hojas de boj, ''ezpela'', en un lugar desde donde se veían las tres ermitas de Muskilda, la Magdalena y Arburua; en vez de esta última ermita podía ser la de Ujué. Cuando las hojas se secaran también lo harían las verrugas<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 240.</ref>. En Izal (N) se curaban las verrugas cogiendo bojes y dejándolos debajo de una piedra, mirando hacia la ermita de Arburua. Una vez colocados, no había que ir a verlos.
 
[[File:5.56 Boj ezpela.jpg|center|500px|Boj, ezpela. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.]]
En Allo (N) se emplean hojas de olivo y la operación debía de llevarse a cabo el día de San Juan Bautista. La mayoría de los informantes señalan que era indistinta la hora siempre que fuese dentro del día; algunos consideran que debía hacerse al mediodía y otros a medianoche. Había que enterrar tantas hojas de olivo como verrugas tuviera el individuo al tiempo que se recitaba:
Para que fuera eficaz el rito debía mantenerse en el mayor de los secretos; las verrugas desaparecían cuando el sujeto olvidaba dónde escondió las hojas. También en Améscoa y Viana (N) se ha recogido la costumbre de restregarse cada verruga con una hoja de olivo y esconder éstas donde nadie sepa dónde están, no ir a mirarlas y que nadie las encuentre.
 
[[File:5.57 Olivo.jpg|center|500px|Olivo. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.]]
En Liginaga (Z) para curar las verrugas, ''marrünkak'', quien las tuviera debía ir a cobijarse debajo de un aliso, ''alza'', próximo a un río. Allí debía contarse las verrugas y a continuación arrancar al árbol igual número de hojas y colocarlas en el agua del río debajo de una piedra. Hecho eso, se curaban luego las verrugas.
 
[[File:5.58 Aliso haltza.jpg|center|500px|Aliso, haltza. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.]]
== Limacos, lapas y sapos ==
En Amézaga de Zuya (A) se untan las verrugas con un caracol que luego se atraviesa con un alfiler; cuando el animal se seca, la verruga desaparece. En Viana (N) se restriegan con babas de caracol, enterrándose luego éste y en Muskiz (B) se machaca un caracol y con él se unta la verruga.
En Bedarona (B) cuando se tenían verrugas en la mano se traían lapas grandes del acantilado del mar, se pasaba una por cada verruga varias veces, después se ataba con un trapo y se dejaba que muriera la lapa clavándole un palito; cuando se pudriera la lapa desaparecería la verruga.
En Beasain (G), debajo de la cama del averrugado, ponen un sapo muerto metido en un bote, cuando se pudra y despida mal olor, las verrugas desaparecerán. En Astigarraga (G) se ha recogido igual costumbre sólo que introducen el sapo vivo en una lata. En Laurgain (Aia-G) si una persona averrugada acierta a pasar, sin que ella lo advierta, delante de un sapo atrapado debajo de una piedra, para los ocho días le desaparecerán las verrugas<ref>Juan GARMENDIA LARRAÑAGA. ''Villa guipuzcoana de Aia: la huella humana en los barrios de Altzola y Laurgain''. Donostia-San Sebastián: 1991, p. 81.</ref>.
== Monedas limosneras ==
En Beasain (G) lo mismo que en Aia, Amezketa<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 241.</ref>, Beizama, Berastegi, Bidania<ref>Recogido por Erramun MENDIZABAL: LEF. (ADEL).</ref>, Bidegoian y Elosua (G), se frota la verruga, ''igurtzi garatxua'', con una moneda, (antiguamente una de cobre de 10 cts., más tarde una peseta rubia o una moneda de duro) y se lleva o se envía como limosna a alguna ermita. Los de Amezketa, Beasain, Beizama y Bidania la enviaban a la de Santa Cruz de Errezil; los de Berastegi a la de San Antón de esta localidad; los de Bidegoian y Aia a la de San Antonio de Errezil o San Gregorio de Albiztur; los de Elosua a la de Santa Engracia de Ubera (Bergara); los de Laurgain a la de Santa Cruz de Elkano (Aia)<ref>Juan GARMENDIA LARRAÑAGA. ''Villa guipuzcoana de Aia: la huella humana en los barrios de Altzola y Laurgain''. Donostia-San Sebastián: 1991, p. 81.</ref>. Algunos informantes de Berastegi precisan que es conveniente frotar cada verruga con una moneda distinta. En Abadiano (B) había quien realizaba y realiza hoy día la labor de quitar las verrugas gratuitamente, pero antaño algunas curanderas exigían que se echara un ''txakur andi ''o ''perra gorda ''(=10 cts. de peseta) de limosna por cada verruga.
En Oñati, Elosua y Zerain (G) se ha registrado que depositan la moneda con la que se han frotado las verrugas en la ermita del Santo Cristo que se encuentra camino del santuario de Arantzazu, donde rezan un credo. Los de Zerain también depositan una limosna con esta intención en el altar del Santo Cristo de la iglesia de Santa María de Tolosa. A la ermita de San Lorenzo de Elgoibar (G) se dirigen algunos vecinos, incluso gente de otros municipios, para quitarse las verrugas; se las frotan con una moneda, rezan un Pater Noster y depositan la moneda en el cepillo de la ermita.
En Apellániz (A), Beasain, Elosua, Orexa<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 241.</ref> y Telleriarte (G) una segunda manera de proceder consiste en pasar una moneda por la verruga y dársela como limosna al primer mendigo, ''eskalea'', que llame a la puerta de casa; la verruga desaparece a los ocho días. En Zerain (G) besan la moneda antes de darla en limosna y hay que dar tres monedas a otros tantos mendigos para lograr el remedio. En Ataun (G) las verrugas se quitaban dando a los mendigos el mismo número de monedas que verrugas se tuvieran.
En Azkaine (L), se recogió en los años treinta, un método similar para quitar las pupas que salen en los labios o herpes labial; se daba una limosna al pobre que viniera a la puerta de casa y se le entregaba otra para que la depositara en la ermita de Santa Catalina que se encuentra entre las localidades de Sara y Senpere o en la de San Ignacio, entre Azkaine y Sara<ref>APD. Cuad. 11, ficha 1.028.</ref>.
En Aia<ref>Juan IRURETAGOYENA. “Medicina popular. Zarauz. Aya. Remedios Supersticiosos” in ''Anuario de Eusko-Folklore''. Tomo I. Vitoria: 1921, p. 119.</ref>, Bidegoian, Elgoibar y Zerain (G), antaño, se cogía una moneda de cobre de 10 céntimos, se doblaba, se frotaba con ella las verrugas y después se dejaba la pieza en un cruce de caminos. En Sara (L) y en Ermua (B) se curaban frotándolas con una moneda y depositando ésta, metida en un sobre, en una encrucijada de caminos. Quien recogiera la moneda se cargaba con las verrugas que luego se le transmitían<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 240.</ref>. También los informantes de Abadiano (B) han señalado que había que tener cuidado con las monedas encontradas en los cruces de caminos porque podían haber sido utilizadas para desprenderse de verrugas y quien recogiera éstas podía quedarse también con aquéllas. En Astigarraga (G) se mojaban las verrugas con agua bendita durante tres viernes y luego se frotaban con una moneda que se lanzaba en un cruce de caminos. En Sangüesa (N) se frotaban la verruga con una moneda y hacían una cruz.
En Elgoibar (G), lo mismo que en Irun<ref>Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental” in ''Anuario de Eusko-Folklore''. Tomo XI. Vitoria: 1931, p. 65.</ref> antiguamente, frotaban la verruga con una moneda de cobre que después era enterrada por otra persona en un lugar desconocido. En Elosua (G) la moneda de diez céntimos, con que se frotaban las verrugas luego la lanzaban al arroyo, donde nadie pudiera encontrarla. En Zerain (G) cogían una moneda y dos granos de sal y se envolvían en un trapo con el que después se frotaban las verrugas y lo lanzaban lo más lejos posible. En Bermeo (B) se frotaban con una moneda antigua, de cobre, que se lanzaba al aire lejos para que se perdiera. En Billabona (G) tras frotarlas con una moneda se tiraba ésta hacia atrás por encima de la cabeza.
     En Bedarona (B) cuando se tenían verrugas  en la mano se traían lapas grandes del acantilado del mar, se pasaba una por cada verruga varias veces, después se ataba con un trapo y se dejaba que muriera la lapa clavándole un palito; cuando se pudriera la lapa desaparecería la verruga. En Beasain (G), debajo de la cama del averrugado, ponen un sapo muerto metido en un bote, cuando se pudra y despida mal olor, las verrugas desaparecerán. En Astigarraga (G) se ha recogido igual costumbre sólo que introducen el sapo vivo en una lata. En Laurgain (Aia-G) si una persona averrugada acierta a pasar, sin que ella lo advierta, delante barrio Bajauri de un sapo atrapado debajo de una piedra, para los ocho días le desaparecerán las verrugas[[#ftn45|[45]]].  === Monedas limosneras === En Beasain Treviño (G) lo mismo que en Aia, Amezketa[[#ftn46|[46]]], Beizama, Berastegi, Bidania[[#ftn47|[47]]], Bidegoian y Elosua (G), se frota la verruga, ''igurtzi garatxua'', con una moneda, (antiguamente una de cobre de 10 cts., más tarde una peseta rubia o una moneda de duro) y se lleva o se envía como limosna a alguna ermita. Los de Amezketa, Beasain, Beizama y Bidania la enviaban a la de Santa Cruz de Errezil; los de Berastegi a la de San Antón de esta localidad; los de Bidegoian y Aia a la de San Antonio de Errezil o San Gregorio de Albiztur; los de Elosua a la de Santa Engracia de Ubera (Bergara); los de Laurgain a la de Santa Cruz de Elkano (Aia)[[#ftn48|[48]]]. Algunos informantes de Berastegi precisan que es conveniente frotar cada verruga con una moneda distinta. En Abadiano (BA) había quien realizaba y realiza hoy día la labor de quitar las verrugas gratuitamente, pero antaño algunas curanderas exigían que se echara un ''txakur andi ''o ''perra gorda ''(=10 cts. de peseta) de limosna por cada verruga. En Oñati, Elosua y Zerain (G) se ha registrado que depositan la moneda con la que se han frotado las verrugas en la ermita del Santo Cristo que se encuentra camino del santuario  de Arantzazu, donde rezan un credo. Los de Zerain también depositan una limosna con esta intención en el altar del Santo Cristo de la iglesia de Santa María de Tolosa. A la ermita de San Lorenzo de Elgoibar (G) se dirigen algunos vecinos, incluso gente de otros municipios, para quitarse las verrugas; se las frotan con una moneda, rezan un Pater Noster Aezkoa y depositan la moneda en el cepillo Esteribar<ref>Resurrección Mª de la ermitaAZKUE.  En Apellániz (A), Beasain, Elosua, Orexa[[#ftn49|[49]]] y Telleriarte (G) una segunda manera de proceder consiste en pasar una moneda por la verruga y dársela como limosna al primer mendigo, ''eskaleaEuskalerriaren Yakintza'', que llame a la puerta de casa; la verruga desaparece a los ocho días. En Zerain (G) besan la moneda antes de darla en limosna y hay que dar tres monedas a otros tantos mendigos para lograr el remedio. En Ataun (G) las verrugas se quitaban dando a los mendigos el mismo número de monedas que verrugas se tuvieranTomo IVEn Azkaine (L), se recogió en los años treintaMadrid: 1947, un método similar para quitar las pupas que salen en los labios o herpes labial; se daba una limosna al pobre que viniera a la puerta de casa y se le entregaba otra para que la depositara en la ermita de Santa Catalina que se encuentra entre las localidades de Sara y Senpere o en la de San Ignacio, entre Azkaine y Sara[[#ftn50|[50]]]pEn Aia[[#ftn51|[51]]], Bidegoian, Elgoibar y Zerain (G), antaño, se cogía una moneda de cobre de 10 céntimos, se doblaba, se frotaba con ella las verrugas y después se dejaba la pieza en un cruce de caminos242. En Sara (L) y en Ermua (B) se curaban frotándolas con una moneda y depositando ésta, metida en un sobre, en una encrucijada de caminos. Quien recogiera la moneda se cargaba con las verrugas que luego se le transmitían[[#ftn52|[52]]]. También los informantes de Abadiano (B) han señalado que había que tener cuidado con las monedas encontradas en los cruces de caminos porque podían haber sido utilizadas para desprenderse de  verrugas y quien recogiera éstas podía quedarse también con aquéllas. En Astigarraga (G) se mojaban las verrugas con agua bendita durante tres viernes y luego se frotaban con una moneda que se lanzaba en un cruce de caminos. En Sangüesa (N) se frotaban la verruga con una moneda y hacían una cruz. En Elgoibar (G), lo mismo que en Irun[[#ftn53|[53]]]antiguamente, frotaban la verruga con una moneda de cobre que después era enterrada por otra persona en un lugar desconocido. En Elosua (G) la moneda de diez céntimos, con que se frotaban las verrugas luego la lanzaban al arroyo, donde nadie pudiera encontrarla. En Zerain (G) cogían una moneda y dos granos de sal y se envolvían en un trapo con el que después se frotaban las verrugas y lo lanzaban lo más lejos posible. En Bermeo (B) se frotaban con una moneda antigua, de cobre, que se lanzaba al aire lejos para que se perdiera. En Billabona (G) tras frotarlas con una moneda se tiraba ésta hacia atrás por encima de la cabeza. En el barrio Bajauri de Treviño (A), en Aezkoa y en Esteribar[[#ftn54|[54]]] </ref> (N) los informantes señalan que las verrugas se quitaban respondiendo al “Orate fratres” del sacerdote en el ofertorio de la misa, con la expresión “fuera verrugates”. En Aoiz (N) el procedimiento es similar; se pasa la mano por la verruga mientras se pronuncia la fórmula “Orate fratres, fuera verrugates”.
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