Sahumerios y vahos

En Apellániz (A) se aliviaban estas molestias con inhalaciones de un cocimiento de yedra hasta que cayesen muertos los gusanos que causaban el dolor de muelas[1].

En Agurain y en Amézaga de Zuya (A) contra los males de dientes se recibe humo de saúco (Sambucus nigra). En Bajauri (A) se recurre igualmente a vahos de sabuco y en Izal (N) a los vapores que desprendía el mismo al quemarlo en unas brasas. En Sara (L) tomaban también el vapor, lainoa, del cocimiento de las ramas de saúco, aindura.

En Mendiola (A) recomiendan igualmente aspirar humo de este arbusto para lo cual depositan en un recipiente las cenizas o ascuas que resultan de quemar flores de sabuco y con un embudo inhalan el humo que desprenden, llevándolo hasta la pieza afectada.

En Azkaine (L) aconsejaban tomar vahos de zanahorias silvestres, pastenagre-lañazak[2].

En Zerain (G) recurren a tomar vahos de una cocción de romero y saúco. También a cocer una parte del ramo de San Juan y a aspirar los vahos producidos.

El humo del tabaco se considera asimismo recomendable para este cometido. En Gorozika (B), Mendiola (A) y Aoiz (N) aconsejan mantener dentro de la boca el humo de un cigarro. En Elosua (G) fumar un cigarro por la noche para poder dormir. En Lezaun (N) calmar este dolor fumando y en Azkaine (L) fumar una pipa.

En Elosua (G) se pone al rojo una piedra caliza, se calienta vino, se echa la piedra al mismo y se respira el vapor que desprende. También se cuece erizo de castaña y se toman los vahos.

En Oñati (G) se hacían vahos de leche hirviéndola con la piedra aitz-arria. Para ello se calentaba la piedra en el fuego y después se echaba a la leche.

En Sara (L) se curaban estos dolores con vahos de leche o de agua hirviente.


 
  1. La creencia, ampliamente difundida, de que el dolor de muelas es causado por un gusano es recogida y estudiada por William G. BLACK. Medicina popular. Barcelona: 1982, pp. 43-45.
  2. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de Pierre LARZABAL. “Eskualduna miriku” in Gure Herria, XIV (1934) pp. 404-413.