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Separacion del alma y el cuerpo

347 bytes añadidos, 13:46 13 jun 2019
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En Goizueta (N) los ancianos oyeron que el alma que no estaba en paz se podía ver de noche en forma de una luz especial.
[[File:FIGURA7.png33 La muerte del justo. Litografia belga del s. XIX procedente de un caserio de Ibarruri (B).jpg|center|600px|RTENOTITLE_FIGURALa muerte del justo. Litografía belga del s. XIX procedente de un caserío de Ibarruri (B).]]
En Zerain (G) se creía que abandonaba el cuerpo como un humo blanco. Cuando había una ráfaga de viento y al momento se paraba, se decía que ya marchaba el alma.
En tiempos pasados fue costumbre en algunas localidades facilitar el tránsito del alma hacia el cielo levantando una teja para que pudiera abandonar la casa mortuoria por la oquedad o abriéndole la ventana de la habitación del finado. Con el transcurso del tiempo el rito de abrir la ventana quedó reducido a un mero formalismo carente de su significado original y, en los últimos años, se dice que se obra así por motivos higiénicos. En un capítulo anterior se recogió esta misma costumbre pero destinada a facilitar la muerte de aquellas personas que padecían agonías prolongadas.
Como recogió Azkue, cuando en DonibaneGarazi Donibane-Garazi (BN) moría alguien, uno de la casa solía subir al tejado para quitar una teja a fin de que por allí subiese el alma al cielo<ref>Resurreción M.<sup>a</sup> ª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza. ''Tomo I. Madrid, 1935, p. 231.</ref>. En Zerain (G) los que eran ancianos a mediados de este siglo recordaban haber oído que antaño se quitaba una teja. En Ituren (N), en una encuesta realizada en 1970, también recordaban esta práctica ''«animan gorabidea errezteko», ''para facilitar al alma la ascensión<ref>Anastasio ARRINDA. ''Euskalerria eta eriotza. ''Tolosa, 1974, p. 129.</ref>. Un informante de Oragarre (BN) recuerda divertido la existencia en el pueblo de una familia que creía que el alma del muerto salía por el tejado por lo cual levantaban una teja.
Una de las informantes de Orozko (B) recuerda haber oído que en alguna población, tal vez Zeanuri, existió la costumbre de quitar una teja para dejar paso al alma, pero en ningún caso la atribuye a su localidad natal.
En Monreal (N) se abría la ventana de par en par o se entornaba la puerta que daba al balcón de la habitación del enfermo que acababa de morir. Las razones que aducen los informantes no están muy claras; por un lado se dice que se actuaba así para airear la estancia, pero tampoco se descarta el que antaño se obrase de este modo para «simbolizar el abandono del alma del cuerpo en el momento de la muerte».
[[File:FIGURA7.png34 La muerte del pecador. Litografia belga del s. XIX procedente de un caserio de Ibarruri (B).jpg|center|600px|RTENOTITLE_FIGURALa muerte del pecador. Litografía belga del s. XIX procedente de un caserío de Ibarruri (B).]]
En Zerain (G) hoy en día en todas las casas permanece abierta la ventana de la habitación y no se cierra hasta que sacan el cadáver. La mayoría responde que se obra así para evitar los olores pero algunos aún recuerdan que se hacía para facilitar el camino del alma.
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