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Vasconia peninsular. Andabideak

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En Anzuola (G) el camino de conducción se denominaba ''gorpuzbidea, ''camino del cuerpo, o ''guruzbidea, ''camino de la cruz, y existía la creencia de que allá por donde pasaba la cruz o el féretro en un entierro se convertía en camino público. El paso de la cruz creaba servidumbre, ''gurutzea pasatu ezkero bidea zor diñ ''(pasando la cruz, se le debe el camino). A la recíproca, el tramo primitivo abandonado perdía el carácter de ''guruzbidea''<ref>Luis MURUGARREN. ''Anzuola, Uzarraga y Elosua''. San Sebastián, 1975, pp. 101 y 103.</ref>.
 
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En Gatzaga (G) el camino de conducción se llamaba ''kurtzebirie, ''camino de la cruz, y cada casa o caserío tenía el suyo que era aquél por el que antiguamente fue llevado el primer difunto de ella. El camino por el que hubiera pasado la cruz alzada se convertía en público, ''zordanbirie. ''Generalmente era un camino vecinal, un camino carretil, <sub>''ll </sub>burdibirie, y ''no una simple senda, ''bidexiorra''<ref>Pedro Mª ARANEGUI. ''Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX''. San Sebastián, 1986, pp. 413-414.</ref>.
En Beasain (G) cada caserío tenía su propio camino fijo, aunque al acercarse al pueblo se uniera con otro o con el camino vecinal. Se les conocía con los nombres de ''elizbidea, guruzbidea ''o ''gorpuzbidea. ''También en Bidegoian (G) cada casa o caserío tenía su propio camino de conducción del cadáver o ''gorpuzbidea''.
 
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En Oiartzun (G), en otros tiempos, hubo caminos fijos de conducción del cadáver, denominados ''gorpuzbiriak. ''Por ellos se llevaba el viático y discurría la comitiva nupcial. Si el cadáver se conducía por otro camino, se decía que por el mero hecho del paso quedaba convertido en camino vecinal<ref>AEF, III (1923) pp. 79 y 88.</ref>.
En Meñaka (B) el camino de conducción se llamaba ''kurtzeko bidea, ''camino de la cruz. Si el cortejo, saliéndose de él, pasaba por terreno privado, el dueño de éste perdía todo derecho sobre aquella franja de su propiedad que hubiese atravesado el cadáver y quedaba transformado en camino público. Ya en los años veinte decían los informantes que estos caminos habían caído en desuso hacía varios años, desde que se hizo la carretera. En Zegama (G), por esta misma época, también había caminos señalados para la conducción denominados ''kurtzabidek, ''caminos de la cruz<ref>AEF, III (1923) pp. 33 y 109.</ref>.
En Ala Aia (G) el camino de conducción se llama ''gorpuzbidea. ''Servía también para llevar a los recién nacidos a bautizarse. El paso del cadáver o de la cruz que lo acompañaba creaba servidumbre si atravesaba por un terreno<ref>Luis MURUGARREN. ''Universidad de Aya''. San Sebastián, 1974, pp. 83-85.</ref>.
En Hondarribia (G) cada caserío tenía su camino propio para la conducción del cadáver llamado ''erribidea, ''camino vecinal. Se trataba de caminos fijos, establecidos e inamovibles. Según el testimonio de una informante, si la ruta era desviada, para que el nuevo itinerario por donde había transitado el cortejo se convirtiera en público, era necesario que pasaran por el lugar varias conducciones.
 
 
 
 
 
 
 
En Urnieta (G) cada casa tenía un camino de conducción denominado ''korpuzbiria, ''que generalmente era un camino del pueblo, ''erribiria. ''El féretro dejó de llevarse a hombros de los anderos en los años sesenta y a partir de entonces cayeron en desuso los citados caminos. En Berastegi (G) no se conoce actualmente la existencia de caminos específicos para la conducción del cadáver y la comitiva fúnebre discurría por el camino público o ''erribidea. ''
En Amezketa (G) el camino para la conducción se denomina ''korpuzbidea ''o ''erribidea. ''El paso del cortejo fúnebre creaba servidumbre y el sendero o camino por donde transitaba la comitiva se convertía en camino vecinal.
En Zugarramurdi (N) había caminos consagrados para efectuar la conducción de los difuntos a la iglesia y a la sepultura. Cada ''etxea ''«casa matriz» y cada ''borda ''tenía el suyo, si bien una parte del recorrido era común a todas <ref name="ftn11">José Miguel de BARAND1ARANBARANDIARAN. «De “De la población de Zugarramurdi y de sus tradiciones» tradiciones” in OO.CC. Tomo XXI. Bilbao, 1983, p. 331. </ref>.
En Oñate (G) los caminos particulares de cada caserío a la iglesia eran conocidos como ''kurtzebidea, elizbidea, korpuzbidea y mezabidea. ''El paso tanto del viático como de la cruz de la conducción debía hacerse por el trazado íntegro e invariable de dicho camino por razón de que «variándose a antojo, puede quedar perjudicado el vecindario». El ''kurtzebidea, ''en los años veinte, debía medir siete pies y medio, o ser lo suficientemente ancho para que pudiera pasar por él un carro. Era un camino muy respetado por los de la localidad lo que dio lugar al aforismo ''kurtzebidetik joan''<ref name="ftn12">''José A. de LIZARRALDE. «Villa “Villa de (Dilate» Oñate” in AEF, VII (1927) pp. 100-101. ''</ref> ''</sup>(no andarse por atajos).
En Carranza '''(B) '''existieron caminos fijos para la conducción del cadáver si bien muchos quedaron relegados al mejorar notablemente las vías de comunicación usuales entre los diversos barrios del Valle. Manuel López Gil, a principios del siglo, recogió que la conducción del cadáver en el barrio de Soscaño se hacía por los llamados «caminos de anteiglesia» <ref name="ftn13">AEF, III (1923) p. 2. </ref>. El paso circunstancial del féretro por fincas o terrenos particulares en situaciones excepcionales, como nieves o climatología adversa, no creaba servidumbre. Generalmente nadie lo impedía, si bien algunos lo hacían para evitar que se creara el camino.
En Muskiz (B) los caminos mortuorios eran conocidos como «caminos de misa». Fueron utilizados hasta los años veinte ''y ''hoy están en desuso, sustituidos por las carreteras y otros caminos más cómodos. Antaño servían para unir los barrios apartados con la iglesia y el cementerio. Cuando tenía lugar un entierro civil surgían problemas ya que no se dejaba pasar el cadáver por caminos particulares, lo que obligaba a transportarlo de noche o forzaba la celebración de la ceremonia religiosa.
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