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Tierra no bendecida

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Los que fallecían fuera de la comunión cristiana eran enterrados en tierra no bendita, generalmente parcelas anexas al mismo cementerio. En esta situación se hallaban los niños nacidos muertos o que fallecían antes de recibir el sacramento del bautismo así como los no creyentes y las personas que se quitaban la vida.
Se distinguían dos espacios diferenciados: el destinado a niños conocido como limbo y el destinado a los suicidas y apóstatas, si bien en muchas localidades se confundían en uno solo considerado como zona de tierra no bendecida o civil.  [[File:7.250 Cimetiere de l’Abbaye Notre-Dame de Belloc. Ahurti (L).jpg|center|500px|Cimetière de l’Abbaye Notre-Dame de Belloc. Ahurti (L). Fuente: Zodiaque. Nª 156. Paris, 1988. Foto Ezkila, Abadía de Belloc.]]
== El limbo ==
Hasta mediados de este siglo en todos los cementerios del país había una zona aneja al camposanto dedicada a los muertos sin bautismo.
Era conocida como ''limbo ''(Apodaca, Aramaio, Artziniega, Berganzo, Gamboa, Laguardia, Mendiola, Moreda, Narvaja, Pipaón, Salcedo, Salvatierra-A, Bermeo, Carranza, Portugalete, Trapagaran-B, Zerain-G, Aoiz, Goizueta, Izal, Izurdiaga, Lekunberri, Lezaun, Mélida, Monreal, Murchante, Obanos-N); y a veces sufría deformaciones como ''nimbo ''(Berganzo-A) o ''imbo ''(Laguardia-A). En euskera ''linboa ''(Durango, Lezama, Orozko, Zeanuri-B, Getaria-G, OragarreBNOragarre-BN, Sara-L). En Armendaritze (BN) ''komunak'', en el sentido de terreno comunal.
La práctica totalidad de los niños no bautizados enterrados en el limbo eran los nacidos muertos ya que el bautizo era casi inmediato y no pasaba un día sin que fueran asistidos por el cura. Si un niño corría peligro de muerte los mismos padres, abuelos o comadrona podían bautizarlo haciéndole la señal de la cruz mientras le decían: «Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo».
En la Guerra Civil la Ley de 10 de diciembre de 1938 volvió a establecer la diferencia entre cementerios católicos y civiles. Después de derogar la anterior, dice en el artículo segundo: «Las Autoridades Municipales restablecerán en el plazo de dos meses, a contar desde la vigencia de esta Ley, las antiguas tapias, que siempre separaron los cementerios civiles de los católicos».
En 1978, restablecida la democracia, se ordena de nuevo que los enterramientos se realicen sin discriminación alguna por razones de religión u otra causa. En la Ley de 3 de noviembre de ese año, en las disposiciones transitorias se establece que: «En el plazo de un año a partir de la vigencia de la presente Ley deberá procederse, en aquellos cementerios municipales donde hubiera lugares separados destinados a los que hasta ahora se denominaban cementerios civiles, a establecer la comunicación con el resto del cementerio».  [[File:7.248 Antiguo cementerio civil. Derio (B).png|center|600px|Antiguo cementerio civil. Derio (B). Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Recuerda un informante<ref>Información recogida de José María Echave, nacido en 1916.</ref> que siendo niño, en el año 1924, asistió en Ortuella (B), su localidad natal, al entierro civil de una niña de cinco años. Los asistentes se congregaron en el portal de la casa y la comitiva fue similar a la de un entierro cristiano. En cabeza del cortejo iba la caja portada en andas con los brazos estirados por cuatro mujeres jóvenes vestidas de rojo. Detrás de la caja el duelo masculino. Las mujeres de la familia no acudían en aquella época a los entierros. A continuación los hombres en doble fila y detrás la mujeres.
Tanto antes como después de la guerra civil de 1936 se ponían avisos por las calles y en la prensa convocando al acto. La convocatoria se hacía también, sobre todo antes de la guerra, por medio de pregones que iba voceando la ''avisadora''.
En algunas ocasiones especiales, como cuando el difunto era persona notoria, en cabeza de la comitiva por delante del féretro iba el estandarte, generalmente la bandera roja socialista. Pero después de la guerra se suprimieron los desfiles de la comitiva por las calles y las esque- las esquelas convocaban directamente en el cementerio.
En Muskiz (B) se recuerdan varios entierros civiles. Los cadáveres se inhumaban en un cerrado del cementerio de unos 20 m. con puerta independiente de forma que no fuese necesario pasarlos por el camposanto. Este recinto siempre estaba lleno de faros, pues se usaba tan poco que no se limpiaba. Hacia 1980 para la celebración de una ceremonia civil en la que se esperaba la asistencia de mucha gente, tiraron el muro de separación y hoy este recinto forma parte del cementerio. Sólo se diferencia en que las tumbas carecen de cruces y símbolos religiosos. La conducción del cadáver al cementerio es prácticamente la única ceremonia en un entierro civil.
En Durango (B) se recuerdan algunos entierros civiles de republicanos y socialistas durante la República (1935-1936). Se dice que tales entierros fueron más comunes en la localidad próxima de Eibar (G). En tiempos más recientes han sido muy contados los entierros de carácter estrictamente civil. Uno de ellos tuvo lugar a finales de los años ochenta y se celebró con gran notoriedad. El féretro, al que se le había quitado el crucifijo, fue llevado desde el hospital en coche fúnebre y recibido en la plaza de la villa, desde cuyo quiosco de música se hizo primeramente un panegírico al que siguió la audición de dos piezas musicales que habían sido en vida del agrado de la persona fallecida. Después los asistentes caminaron tras el furgón fúnebre hasta la entrada del cementerio. Allí, un ''dantzari ''bailó un ''aurresku ''ante el féretro que seguidamente fue introducido en el panteón familiar.
En Orozko (B) no se recuerda que hayahabido haya habido más que un entierro civil. Con motivo del mismo se efectuaron unas honras similares a las religiosas y se comenta que las mujeres acudieron al cortejo fúnebre con sus mantillas y rezaron el rosario en el recorrido.  [[File:7.249 Crematorio. Derio (B) 1995.jpg|center|500px|Crematorio. Derio (B), 1995. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En el cementerio de Elgoibar (G) había un sitio reservado a los no creyentes que solía estar un poco apartado del resto. Sin embargo hoy en día éstos se entierran en nichos. En la localidad se han hecho pocos entierros civiles. El cadáver se lleva directamente al cementerio en una caja sin cruz y allí, a veces, una persona diserta sobre la vida del difunto y sin más se procede a la inhumación.
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