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Ventanas. Leihoak leihatilak

2057 bytes añadidos, 08:34 20 jun 2019
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El número de ventanas y su tamaño también variaba dependiendo de en qué planta se ubicasen, así eran escasas y pequeñas en la cuadra y en el camarote mientras que eran más abundantes y de mayor tamaño en las dependencias utilizadas por los moradores. Por otro lado las ventanas suelen ser más grandes en la fachada principal y más pequeñas en las paredes laterales.
 
[[File:2.184 Saetera lehiatila. Abadiño (B) 2005.jpg|center|500px|Saetera, lehiatila. Abadiño (B), 2005. Fuente: Rosa M.ª Ardanza, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Parece ser general que cuanto más antigua es la casa menores son las dimensiones de todas sus ventanas. Como quiera que en las reformas que han experimentado las casas se han agrandado las ventanas de la o las plantas utilizadas como vivienda, las del camarote han quedado como testigo de las reducidas dimensiones de estos huecos en tiempos pasados, siempre y cuando esta planta no se haya habilitado también como vivienda.
Las ventanas por lo común se abren hacia dentro de la estancia y los laterales muestran un chaflán de tal modo que las dimensiones del hueco en la pared interior son superiores a las exteriores.
 
[[File:2.185 Pequeña ventana de camarote. Mendata (B) 2011.jpg|center|600px|Pequeña ventana de camarote. Mendata (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
== Álava ==
En el Valle de Zuia el clima es frío y lluvioso por lo que las ventanas son más bien pequeñas. El tamaño de las mismas así como su forma permiten determinar la antigüedad del edificio. Los que cuentan con más años presentan un número escaso de ventanas y su tamaño es reducido. Dos de las razones por las que ocurría esto eran la defensa contra el frío y frente a las personas. Con el transcurso del tiempo se fueron ampliando y abriendo nuevos huecos. Los ensamblajes son de madera en su totalidad, pero lo que aporta personalidad a una ventana son los recercos, normalmente de piedra de sillería con labra a veces muy buena. En las ventanas que no llevan recerco de piedra, el marco superior hace la vez de dintel y está colocado casi siempre en el exterior del muro. Los elementos que forman parte del ensamblaje de la ventana son el dintel, las peanas o marcos y los travesaños. En un principio las hojas eran de madera, cerrando el paso a la luz por la parte interior; con el transcurso del tiempo se fueron haciendo más livianas ya que la madera fue sustituida por cristal.
 
[[File:2.186 Ventana de recercos muy elaborados. Retes de Tudela (A) 2002.jpg|center|450px|Ventana de recercos muy elaborados. Retes de Tudela (A), 2002. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Apodaca el marco exterior de las ventanas es de piedra, en varias con una losa grande en la parte superior; en otras es una pieza de roble. Las de la planta baja presentan una reja empotrada en la piedra o en el marco. Las antiguas carecen de contraventanas. La mayoría son de dos hojas con ''librillo ''o contraventana interior.
En Busturia las ventanas, ya de cristal, cuentan con contraventana o persiana. Las del camarote sólo se cierran con una tapa de madera y se abren hacia adentro.
 
[[File:2.187 Contraventanas al exterior. Arratzu (B) 2011.jpg|center|450px|Contraventanas al exterior. Arratzu (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Bedarona las ventanas de antaño eran más pequeñas que las actuales. En cuanto a las estancias que las presentaban o no: en la cocina había dos ventanas, una daba a la pared lateral y la otra era frontal; en las habitaciones, ''kuartuek'', al lado de la cocina había una o dos con o sin ventana y en el primer piso dos, tres o cuatro, unas con ventana y otras sin ella; la sala no tenía; ''koltzie'', tampoco, sólo una rendija abierta en la piedra que cumplía esta función; ''zestue'', otra rendija en la piedra; el camarote, ''kamarie'', una o dos ventanas en la fachada y el lucero del techo; ''kortie'', sin ventanas; y el desván, ''sabaia'', también carecía de ellas y sólo contaba con una rendija en la pared. Las ventanas de la cocina y de las habitaciones eran rectangulares, de madera, con dos hojas y cuatro cristales. Se abrían hacia adentro, tenían tapas de madera en la parte interior y se cerraban con ''txaramela''. Hoy en día se han modificado y agrandado, pero las personas de más edad recuerdan que antaño eran muy pequeñas; por ejemplo la cocina era bastante oscura. Las del camarote son cuadradas o triangulares y muy pequeñas, sin cristales. Las cuadradas tienen una tapa de madera que se abre hacia dentro y se cierra con ''txaramela''; las triangulares no tienen nada y el propio hueco deja pasar un poco de luz. Estas ventanas están una al lado de la otra en la fachada de los caseríos de una sola vivienda, en los caseríos de dos están separadas.
En Gautegiz-Arteaga las ventanas tenían contraventanas por dentro, ''tapak barrutik'', y cortinas. Las pequeñas ventanas triangulares por donde transitaban las palomas, que había en el pajar, ''sabaia'', o en el camarote, ''goiko kamarea'', se denominan ''kuku-bentanak''. En Nabarniz siempre ha habido cortinas. Las aberturas (aspilleras o troneras) que mostraban las paredes orientadas al norte en la cuadra, ''bentana zorrotzak'', se tapaban para evitar la entrada de frío con manojos de hierba seca o helechos.
 
[[File:2.188 Kukubentanak ventanas palomeras. Lumo (B) 2011.jpg|center|600px|Kukubentanak, ventanas palomeras. Lumo (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Abadiño los caseríos tienen ventanas pequeñas con tapas, normalmente interiores, para poder oscurecer la habitación, aunque actualmente hay mucha gente que coloca las tapaderas por fuera. Suelen ser de dos hojas y se abren por la mitad. Cada hoja queda dividida en dos o tres cristales aunque a veces tienen huecos con cristal y otros ciegos. Las ventanas y saeteras, ''saieterak'', de la cuadra y el pajar suelen dejarse sin cubrir o se emplean sólo tapas de madera.
En el Valle de Carranza los huecos más importantes se localizan en el primer piso, tanto en la fachada principal como en parte de los muros. Es general que exista una puerta de salida al balcón acompañada a ambos lados de sendas ventanas. También las hay en la cocina y en el resto de los cuartos, salvo en el caso de las casas adosadas donde las habitaciones situadas en las medianías no presentan hueco alguno. En la planta baja las ventanas existentes son de forma rectangular o cuadrada y por lo general de tamaño inferior a las situadas en el primer piso. En el ''sobrao ''no falta nunca la puerta de salida al balcón que, en muchos casos, se complementa con una ventana a cada lado de la misma, siendo los únicos huecos en esta planta bajo la cubierta. El recercado más común en las ventanas ha sido el de piedra. Igualmente se ha empleado la madera, de modo que se encuentran casos en los que el perímetro es totalmente de este material, si bien lo más general es que sólo lo sea el dintel mientras que agujas y ''batiente ''son de piedra. A partir de la primera década del siglo XX se comenzó a utilizar el ladrillo con esta función.
 
[[File:2.189a Distintos recercos en un mismo caserio. Mendata (B) 2011.jpg|center|500px|Distintos recercos en un mismo caserío. Mendata (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
 
[[File:2.189b Distintos recercos en un mismo caserio. Mendata (B) 2011.jpg|center|500px|Distintos recercos en un mismo caserío. Mendata (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
 
[[File:2.189c Distintos recercos en un mismo caserio. Mendata (B) 2011.jpg|center|500px|Distintos recercos en un mismo caserío. Mendata (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Zeanuri en la segunda década del siglo XX en las casas antiguas y modernas había indistintamente ventanas de dos piezas y de una; éstas provistas de orificios con tabletas correderas. En el desván, ''kamara'', de las casas viejas además de varias ventanas, cuando las había, existía un gran hueco en la parte más elevada del piñón; su forma era triangular con un poste en medio. En las construcciones recientes por aquella época ese hueco era generalmente de forma cuadrada.
En Zerain los huecos son normalmente rectangulares, pequeños y distribuidos buscando una cierta simetría. Aunque hoy en día aparece el cristal, una observación somera permite apreciar que la ventana ha sido reformada de manera que éste ocupe el lugar de los paneles de madera y que con ellos se ha confeccionado la contraventana. En camarotes y locales auxiliares quedan ejemplos de la antigua disposición: una ventana con una hoja de madera ciega, que en su centro tiene un hueco de 20x10 cm que se cierra con un ventanillo, bien de bisagra o de corredera, por el que pasa un poco de luz con el mínimo de frío y que se conoce con el nombre de ''leiotilla''. Para la ventilación de las cuadras se abren en las paredes de piedra unos huecos alargados que por su forma reciben el nombre de ''saeterak ''y que en las épocas de frío se cerraban con un manojo de hierba seca o paja.
 
[[File:2.190 Ventanas y cierres del caserio Jauregi. Zerain (G).jpg|center|450px|Ventanas y cierres del caserío Jauregi. Zerain (G). Fuente: Archivo particular Nikola Madariaga.]]
En Astigarraga las ventanas más antiguas son las que quedan en los departamentos de trabajo, como el establo, zaguán, ''ganbara'', ''leorpia'', mientras que las de las zonas de habitación se han ido renovando. Suelen ser rectangulares, más altas que anchas, con marco de madera y el vano cerrado no con cristal sino con madera formada por tres tablas longitudinales atravesadas por dos travesaños que se unen al marco con bisagras. Los armazones de las ventanas de algunos caseríos están sujetos por grandes bloques de sillería. Los pestillos son del tipo ''maratila''. Los caseríos más antiguos presentan ventanas ojivales, algunas de las cuales están situadas en los establos y otras en los pisos superiores.
En Beasain las ventanas son de forma rectangular en sentido vertical, siendo las de los huecos destinados a establos, desvanes y cobertizos las que conservan su antigua configuración. Los marcos exteriores suelen ser a menudo de piedra labrada. Las primeras ventanas en modernizarse fueron las de las vivien-   Figviviendas con la implantación del cristal traslúcido. 190Antiguamente estaban compuestas por dos o tres tablas que, unidas por dos travesaños, formaban un panel rectangular unido al marco de la ventana por dos grandes bisagras de hierro forjado. Ventanas y cierres En el centro del caserío Jauregi. Zerain (G)panel disponía de un pequeño hueco rectangular con arco superior, que a su vez se cerraba con una tapa corredera o practicable, por el que se permitía pasar algo de luz sin que entrara excesivo frío en invierno.
das con la implantación del cristal traslúcido. Antiguamente estaban compuestas por dos o tres tablas que, unidas por dos travesaños, formaban un panel rectangular unido al marco de la ventana por dos grandes bisagras de hierro forjado. En el centro del panel disponía de un pequeño hueco rectangular con arco superior, que a su vez se cerraba con una tapa corredera o practicable, por el que se permitía pasar algo de luz sin que entrara excesivo frío en invierno. En Elosua las ventanas son en general pequeñas, alargadas, de dos hojas con cristales. ''Saeteria ''es el nombre que reciben las saeteras que aparecen en las cuadras y edificios complementarios.
En Oñati la cocina y las habitaciones tienen ventanas cuadradas o rectangulares en sentido vertical. Las de los establos son pequeñas y se llaman ''saterak ''o ''saeterak''. En el camarote son pequeñas, de una hoja, o sencillamente no las hay.
En Izal los huecos más antiguos son reducidos, simplemente adintelados o con ménsulas sencillas. Se da un abundante uso de las ventanas “amaineladas”, con arcos apuntados o conopiales, a los que se ha suprimido el parteluz para facilitar su uso. Los alféizares son de piedra lisa o moldurados. Las ventanas se cierran con marcos y hojas de madera, en las más sencillas enrasadas con la mampostería, en otro caso tras las mochetas de piedra labrada. Disponían dentro de la hoja de otra más pequeña cuya apertura facilitaba la entrada de luz sin dar paso al frío exterior.
[[ImageFile:2.png|thumb|left|{| style="border-spacing:0;margin:auto;width:10191 Huecos con recercos blanqueados en Casa Garcia. Izal (N) 1999.074cm;" jpg|- style="border:none;padding:0cm;" center|600px| Fig. 191. Huecos con recercos blanqueados en Casa García. Izal (N), 1999. |- |}Fuente: Roberto Urtasun, Grupos Etniker Euskalerria.]] En Lezaun las ventanas más antiguas son más bien cuadradas y conforme se van agrandando su tendencia es a ser rectangulares en sentido vertical. La parte superior del hueco se llama ''cabezal'', los costados ''mochetas ''y la parte inferior ''repisa ''o ''solarete''. Esta última es a veces de piedra moldurada y más corrientemente de sillería sin más; las mochetas de sillería y también de ladrillo macizo, especialmente en la planta habitada, que es donde los huecos han sufrido más modificaciones; el ''cabezal ''de piedra de sillería y más frecuentemente de roble. Esta parte exterior es de unos veinte centímetros de grosor y aquí es donde se colocaba la ventana. Las mochetas interiores eran sesgadas para que entrase más luz. La parte inferior de la ventana no tenía el grosor de la pared sino que terminaba a ras del marco para facilitar el acceso a la misma. De esta forma se creaba un hueco respecto a la dependencia y el suelo del mismo se levantaba unos 20 cm sobre el resto del cuarto. Las ventanas más antiguas carecían de cristales; éstas se han conservado en las dependencias del pajar o en los corrales. Eran de madera de roble y se cerraban frecuentemente con ''andavilla'', un trozo de madera unido al marco con un clavo y que giraba sobre él. En el centro de esta ventana había un hueco llamado ''ventanillo ''también de roble y con bisagras y ''andavilla''. Normalmente estaba abierto. Las de cristales son más modernas y se cierran con falleba. Había una persona en la localidad que se ocupaba de cortar los cristales y colocarlos con clavicos y ''betún'', masilla. En algunos pajares había una ventana o más propiamente una puerta, llamada ''el ventanal'', por la que se introducía la paja con ayuda de una escalera; esto, claro está, antes de la generalización de las trilladoras, que la subían mediante unos tubos.
En Améscoa las ventanas son pequeñas, no muy grandes las del piso y muy pequeñas las del desván y las cuadras. El armazón de las mismas es de roble, ancho, y los huecos cerrados con cristales más bien pequeños. Las hojas de las ventanas de la cuadra y el desván son casi ciegas, un tablero de roble con un agujero rectangular en el centro que se cierra con una tablica corredera.
En Barañain las ventanas son escasas y de pequeño tamaño. Esto ocurre solamente a las ventanas originales. En las casas de Yoldi, Ibarrola y Echevarría han cambiado algunas para agrandarlas e instalar un tipo de ventana-puerta que permita el acceso a los balcones que añadieron a partir de 1936. Las ventanas normales son muy pequeñas con una armadura de madera y cristal. Llevan dos hojas y abren hacia el interior. Están colocadas en el centro de la pared por lo que quedan nichos por fuera y por dentro que sirven como repisas. No han tenido cristales hasta principios del siglo XX. Aún quedan algunos ejemplos de ventanas sin cristales que son íntegramente de madera con un hueco pequeño en el medio. Éste se puede cerrar con una puertecita de madera cuando el tiempo lo requiere. Algunas veces estos huecos están protegidos por una pantalla de tela metálica por fuera. La mayoría de las ventanas tienen dinteles de sillares. Casi todas tienen persianas de tipo sencillo que se enrollan con cuerdas y que carecen de caja dentro de la casa. Algunas tienen contraventanas de madera en el interior en vez de persianas. Otro ejemplo de hueco destinado a la iluminación y ventilación es el situado en el desván inmediatamente debajo del tejado y consiste simplemente en una apertura irregular sin madera o cristal.
 
 
 
Fig. 192. Ventana de doble hoja con ventanillos. Allo (N).
En Sangüesa los huecos de las ventanas gozan por lo general de cierta regularidad en la fachada, tienen forma rectangular, se colocan verticalmente y las de la planta alta suelen ser de menor tamaño. Algunas llevan repisas de piedra con labores decorativas. Las fachadas de las casas anteriores al siglo XVI solamente disponían de ventanas, pues no se utilizaban los balcones sobresalidos o miraderos. Algunas ventanas antiguas son de pequeñas dimensiones y los ventanos de madera ocupan gran parte de la superficie para reducir el empleo de cristal. En cambio, otras ventanas de casas palaciegas son amplias y muy decoradas con arcos góticos pareados y mixtilíneos y con maineles en el centro. Eran bastante corrientes los ventanos con casetones.
En Allo las ventanas más frecuentes son cuadradas o rectangulares, más altas que anchas, y más pequeñas cuanto más antigua sea la casa. Con frecuencia, de ellas sale el alféizar moldurado. En la planta segunda, que generalmente corresponde a los graneros, tan sólo aparecen pequeñas ventanas o saeteras a escasa distancia del alero. En general todos los vanos decrecen en tamaño conforme se gana en altura, si bien en los últimos años se ha procurado hacerlos mayores para aumentar la luz natural en el interior de las casas. El armazón de las ventanas es también de madera y varía según dónde estén emplazadas: las de la planta baja y el segundo piso son generalmente de una sola hoja y las del piso primero, correspondiente a la vivienda, suelen tener dos. Por otro lado las de la planta baja son casi siempre ciegas. En el piso primero las ventanas, y los balcones cuando los hay, llevan en cada una de sus hojas un ventanillo más pequeño que gira en el interior sobre dos goznes o librillos metálicos. Al exterior suelen llevar cristales. Algunas ventanas y balcones de este tipo se protegen exteriormente con contraventanas de madera o con persianas enrollables. Por último, las ventanas de los graneros altos se cierran con puertas de una hoja que llevan en el centro un ventanillo más pequeño, generalmente deslizante en sentido horizontal.
 
[[File:2.192 Ventana de doble hoja con ventanillos. Allo (N).jpg|center|600px|Ventana de doble hoja con ventanillos. Allo (N). Fuente: José Ramón Macua, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Obanos las ventanas son fundamentalmente rectangulares y cuadradas. En el piso destinado a vivienda predominan las rectangulares, más altas que anchas. En la planta baja las encontramos casi cuadradas y pequeñas, y otras rectangulares. Suelen corresponder a las cuadras y a antiguos lagares o talleres. De hecho, en muchas casas, a nivel del suelo, hay una pequeña ventana que sirve para la ventilación de la bodega. Y en el último piso la mayor parte de las casas tienen vanos casi cuadrados con barrotes de hierro y en general sin cristales. Una contraventana de madera con un pequeño ventanillo cuadrado ilumina el interior de las habitaciones. En la mayoría de las casas, bien en la fachada principal o en alguna secundaria, aparece una ventana de tamaño mayor al habitual para introducir la paja en el pajar.
En Mélida las ventanas presentaban en general dimensiones pequeñas y se hacían de doble hoja. Las contraventanas, de madera y situadas en el interior, se atrancaban con una barra de hierro o de madera. Al exterior, solían tener unos topes de madera, simplemente unos listones de poca anchura, cuya finalidad era evitar que cayeran las macetas de flores que se colocaban en las ventanas que daban al corral, como la de la cocina o la de algunas habitaciones. En verano colgaban en las ventanas cortinas fabricadas con sacos de yute a los que se sacaban flecos. También se ponían visillos y estores confeccionados en las mismas casas, con bordados de vainica y ganchillo; se fijaban mediante unas barras de hierro que llevaban anillas.
En Murchante las ventanas, de forma rectangular o cuadrada, eran bastante pequeñas, prácticamente unos ventanucos. Las casas más humildes carecían de balcones y sólo tenían ventanas, una en cada dependencia y alguna en la cuadra. Presentaban dos hojas de madera y cristal sujetas al marco con pernios o librillos y en el interior su correspondiente ''ventano ''o contraventana. Ventanas y contraventanas se cerraban con fallebas, aunque hubo alguna de las últimas cerrada con un pestillo de madera.  En Romanzado y Urraúl Bajo es frecuente encontrar en una misma casa ventanas de desigual luz, siendo más pequeñas en aquellas piezas de mayor utilización, como la cocina, o en lugares que convenga tener abrigados. Antes de la generalización de los cristales, las ventanas se cerraban con una o con dos hojas de madera en las que se abría, para dar paso a la luz, un pequeño ventanillo con su hoja de cierre. Todavía puede encontrarse alguna. En viejas construcciones aún se conserva alguna ventana con parteluz.
En Urraúl Alto las ventanas eran pequeñas y todavía algunas lo son, aunque los huecos desde un tiempo atrás son mayores. Esta pequeñez de antaño quizá estuvo motivada por el poco conocimiento del cristal o la dificultad para conseguirlo. Ello hacía que las ventanas estuvieran cerradas por dos hojas de madera abriéndose un ventanillo en cada una de ellas o sólo en una.
En Aoiz las ventanas de las casas más antiguas son geminadas, con arcos conopiales o de medio punto. Las ventanas geminadas se sitúan siempre en el segundo nivel sobre el portalón de acceso. No presentan parteluz, que ha sido destruido.
 
[[Image:Picture 68721.png|top]]
 
Fig. 193. Detalle de ventana y contraventanas. Arraioz (Baztan-N), 1999.
Para la realización de los vanos se colocan los marcos de ventanas, balcones o puertas y se van poniendo las paredes alrededor, respetando el vano. En la parte superior del hueco se pone el ''cabezal'': vigas de madera o cemento que sujetan la pared construida sobre el hueco y que después se revocan con cemento.
En Aurizberri la ventana recibe el nombre de ''leoa''. Era general el uso de contraventanas que se abrían hacia fuera. Constaban de dos hojas que cuando estaban abiertas se sujetaban por medio de un travesaño de madera que les impedía cerrarse; al hacerlo se sujetaban las ventanas interiores por medio de un gancho de hierro.
En Lesaka las ventanas, ''leioa'', adoptaban formas muy diversas[[File: arcos góticos, conopiales, sencillos 2.193 Detalle de ventana y algunos ajimeces en casas que databan del siglo XVIcontraventanas. Arraioz (Baztan-N) 1999. Eran frecuentes las jpg|center|600px|Detalle de ventana y contraventanas. En los pisos bajos había aspilleras o saeterasArraioz (Baztan-N), ''zirritua'', que daban a los caminos<ref name="ftn4">Ibidem1999. Fuente: Marisa Picabea, pp. 86-87.</ref>Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Navarra se conoce una forma rudimentaria de hueco Lesaka las ventanas, ''leioa'', adoptaban formas muy diversas: arcos góticos, conopiales, sencillos y algunos ajimeces en casas que databan del siglo XVI. Eran frecuentes las paredescontraventanas. Consistía en una abertura más En los pisos bajos había aspilleras o menos irregular situada saeteras, ''zirritua'', que daban a la altura del desván en el muro del hastiallos caminos<ref>Julio CARO BAROJA. Esta forma se extendía al norte de “Algunas notas sobre la divisoria de aguas adentrándose un poco solamente casa en aquella parte donde la divisoria es más indecisa, como en la meseta villa de LarraunLesaka. Este hueco parecía la solución más inmediata y sencilla para la iluminación y ventilación del desván pues hasta se ahorraban materiales. El paso siguiente consistió en regularizar el hueco en forma de una o varias ventanas. Esta fue la solución más extendida en el resto La arquitectura de Navarra, donde también se daba la de agregar en el exterior del desván un balcón cuya función era la de secadero. Mas cuando el clima es extremadamente duro el desván se cerraba herméticamente como puede comprobarse en Burguete<ref name="ftn5">URABAYEN, ''La casa navarra'', op. cit.lesakarra” in AEF, IX (1929) pp. 122, 123, 127 y 13086-87.</ref>.
En Navarra se conoce una forma rudimentaria de hueco en las paredes. Consistía en una abertura más o menos irregular situada a la altura del desván en el muro del hastial. Esta forma se extendía al norte de la divisoria de aguas adentrándose un poco solamente en aquella parte donde la divisoria es más indecisa, como en la meseta de Larraun. Este hueco parecía la solución más inmediata y sencilla para la iluminación y ventilación del desván pues hasta se ahorraban materiales. El paso siguiente consistió en regularizar el hueco en forma de una o varias ventanas. Esta fue la solución más extendida en el resto de Navarra, donde también se daba la de agregar en el exterior del desván un balcón cuya función era la de secadero. Mas cuando el clima es extremadamente duro el desván se cerraba herméticamente como puede comprobarse en Burguete<ref>Leoncio URABAYEN. ''La casa navarra''. Madrid, 1929, pp. 122, 123, 127 y 130.</ref>. También han existido unas ventanitas abiertas en la pared del hastial y a la altura del desván en la zona que abarca La Burunda, La Barranca, la cendea de Iza y los valles de Ollo y Goñi. Aquí debió de existir en gran escala en otros tiempos la cría de palomas. Con tal fin, los desvanes se convertían en palomares y los huecos de las paredes de aquéllos quedaban reducidos a unas ventanitas por las que entraban y salían las palomas. Fuera de esta zona, aunque cerca de ella, se encontraban en Lekunberri, Gelbentzu e Ibero<ref name="ftn6">IbidemLeoncio URABAYEN. ''La casa navarra''. Madrid, 1929, p. 133.</ref>.
== Vasconia continental ==
En Liginaga (Z) la ventana se denomina ''leihoa'', y ''lukena ''el estrecho lucero o saetera que se veía en los rediles. Las hojas que se abren hacia fuera se llamaban ''kontrabentana ''y las que lo hacen hacia adentro, con cristal, ''bitria''.
[[ImageFile:2.png|thumb|left|{| style="border-spacing:0;margin:auto;width:10194 Huecos limitados por el entramado de la fachada. Garruze (BN).031cm;" jpg|- style="border:none;padding:0cm;" center|600px| Fig. 194. Huecos limitados por el entramado de la fachada. Garrüze (BN). |- |}Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.]] En Ortzaize (BN) las ventanas eran por lo general de 1,20 m de alto y 0,80 de ancho. La mayoría de las partes superiores de las ventanas eran de piedra, una piedra azul de mineral de hierro que era verdaderamente resistente. Los cierres de las ventanas giraban por el quicio, ''erro edo kuntzetan'', ya que no se conocían las bisagras de hoy en día. Los cierres, ''leiho-hagak'', giraban por un eje central, sobre dos puntas, y se metían en unos ganchos que estaban fijados en la parte de la ventana que era de madera.
En Uharte-Hiri (BN) se han recogido estas denominaciones: ventana, ''leihoa''; marco, ''leihoetxea''; y las hojas con los cristales ''bitria-sasisak''.
<div align="right">[[Huecos|'''↵''' Volver al apartado principal]]</div>
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