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Versiones de Apodaca Elosua y Amezaga de Zuya

23 bytes eliminados, 10:52 17 sep 2019
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El ''pilocho'' se colocaba en el suelo procurando que la punta no lo tocase. Se le daba un golpe con la ''manilla'' haciéndolo saltar por los aires y lanzándolo lo más lejos posible. Los del bando contrario intentaban cogerlo con las manos o con las chaquetas. En este intento algunos recibían golpes en la cara o en la cabeza. En caso de que el bando contrario lo cogiese, el jugador era eliminado ''y ''pasaba a tirar el siguiente. Si caía al suelo, lo lanzaban desde allí procurando acertar a la ''batea''. Si llegaba a golpearla se eliminaba al jugador y ocupaba su puesto otro.
El que conseguía superar la primera fase posaba nuevamente el ''pilocho'' en el suelo y lo golpeaba con la ''manilla''. Cuando se elevaba en el aire volvía a darle con ésta; si le daba otro golpe o más se cantaba por todo el grupo pues esto puntuaba el doble o el triple. Después se medía con la ''manilla'' la distancia que separaba el punto donde había caído el ''pilocho'' de la ''batea''. Ganaba el que más puntos obtuviese.  [[File:4.136 Galderonka. Elosua (G) 1989.jpg|center|600px|Galderonka. Elosua (G), 1989. Fuente: Miren Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Elosua (G) se jugaba junto a la ermita de Santutxu por Cuaresma. Como en aquella época, segunda década del siglo, los chicos y las chicas no andaban juntos por dichas fechas después de cumplidos los catorce, ellas jugaban al calderón y ellos a los bolos.
A continuación se contaban los puntos obtenidos en función de la distancia alcanzada. El grupo que más conseguía era el ganador de la partida. Las perdedoras debían pagar el chocolate que después tomaban en el caserío Iriaun.
 
[[File:4.136 Galderonka. Elosua (G) 1989.png|center|600px|Galderonka. Elosua (G), 1989. Fuente: Miren Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.|class=grayscalefilter]]
En Amézaga de Zuya (A) se jugaba en dos equipos de cuatro o seis jugadores que se disponían en línea unos frente a otros. Uno de los integrantes del equipo que recibía la ''chata'' extendía sus brazos y sobre ellos se colocaba una prenda. Un componente del otro equipo lanzaba la ''chata'' golpeándola con el ''calderón'' de forma que el contrario que tenía la prenda tuviese oportunidad de recogerla. Si no conseguía atraparla la debía arrojar tratando de hacerla pasar por debajo de un palo apoyado en diagonal contra una pared y situado a una distancia de veinte metros.
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