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Alava2

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En esta misma población alavesa a principios de siglo, antes de que se notasen los efectos de la industrialización, el sistema económico del caserío consistía fundamentalmente en la explotación agrícola complementada con ganado doméstico. Los animales que entonces se llevaban a la sierra eran los mismos que ahora con la salvedad de los cerdos. También era menor su número. En cuanto al caprino antiguamente sus efectivos eran mucho más reducidos y estaban repartidos entre mayor número de personas. Lo más habitual era que quienes poseyesen ovejas llevasen cabras, pero también se daba el caso de pastores que sólo tenían estos últimos animales. Los informantes de mayor edad recuerdan el tiempo en el que tras la trilla se subían los bueyes de las yuntas de labor a la sierra. El número de cabezas de ganado bovino era inferior al actual y estaba repartido entre numerosos propietarios, pues quien más quien menos tenía alguna; eran de raza ''terreña''. En cuanto al caballar eran escasas las yeguas que pastaban en los altos ya que su principal función era la del transporte, por lo que se solían mantener en casa para cuando se necesitasen. Además no eran tan fuertes como las ''rojas ''actuales, sino más ''sencillas ''y de menor alzada y robustez. En cuanto al ganado de cerda durante la primera mitad de este siglo algunas familias criaban cerdos, pero no como los actuales, sino ''negros'', «del estilo de los de Extremadura», a los cuales se les llevaba a la sierra a aprovechar el ove o fruto del haya. Pero no debió de ser una actividad arraigada puesto que duró poco tiempo. Algún pastor también subía cerdos caseros para que aprovechasen el suero del queso. El tiempo de permanencia del ganado en los pastos de altura tanto antes como ahora es de unos nueve meses.
[[File:3.112 Cerda en Legaire Entzia (A).jpg|framecenter|600px|Cerda en Legaire, Entzia (A). Fuente: Isidro Sáenz de Urturi, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
En el Valle de Zuya, en la década de los cincuenta, las principales especies de ganado que pastaban libremente en el monte en orden de importancia eran las ovejas, yeguas, vacas y cabras y en el tiempo en que había bellota de roble y pasto de haya, los cerdos. Los ganados vacuno y caballar permanecían en completa libertad, sin pastor que los cuidase, solamente cada quince o veinte días subían sus dueños a verlos o a saber dónde y cómo estaban. Cada vecino labrador del valle tenía de cinco a treinta vacas de las llamadas de monte, es decir, de las que permanecían en él unos ocho meses, más las de la cuadra. Las yeguas solían formar pequeños rebaños y permanecían en estado semisalvaje sin recibir demasiadas atenciones por parte de sus dueños. Sólo eran capturadas para bajarlas cuando caían grandes nevadas y para ser vendidas en casa o en las ferias de ganado que se celebraban en Vitoria o en los pueblos de la zona. Las yeguas que se empleaban para trillar se cuidaban más. Se trataba de animales que se dedicaban a recría. Este ganado, que abunda en el monte, está cada vez más mestizado con otras razas en un intento por conseguir animales de mayor rendimiento.
En Valdegovía en la actualidad se echan al monte vacas, caballos y yeguas, si bien en esta población no se distingue entre pasturajes elevados y bajos. Las vacas resisten poco en el monte, tan sólo permanecen en él cuando hace buen tiempo; en cuanto empieza el frío ellas mismas descienden. Las caballerías soportan mejor las bajas temperaturas y por consiguiente permanecen más tiempo arriba. Suele ser señal inequívoca de aproximación de un temporal de frío y nieve que los caballos bajen por sí solos a los pueblos. La razón de tener mayor o menor resistencia a las inclemencias se debe, a juicio de los informantes, a que «la vaca posee manteca y por ello es más friolera porque el frío se la ''come'', mientras que el caballo tiene sebo y soporta mejor las bajas temperaturas». Las ovejas y las cabras que se sacan a diario pastan en lugares cercanos a los pueblos. Cuando se dejan en pasturajes altos se trata de zonas controladas. Antaño y hasta los años setenta se soltaban al monte cerdos, pero hoy en día no existe esa costumbre. Algunas personas aseguran que los actuales jabal íes son producto de cruces con aquellos cerdos y que por esta razón existen tantos. Lo explican diciendo que el jabalí no cría hasta los dos años, poco más o menos, y que sus primeras camadas son pequeñas, de dos o tres jabatos. Sin embargo, los cerdos crían para los seis meses y tienen camadas de seis u ocho lechones. La mezcla entre unos y otros habría provocado un gran crecimiento de jabalíes mezclados.
[[File:3.113 Dando sal a las vacas en los montes de Imiruri (A).jpg|framecenter|600px|Dando sal a las vacas en los montes de Imiruri (A). Fuente: Luis Garamendi, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
En Ribera Alta antaño se echaban al monte vacas de carne, yeguas, ovejas, cabras y cerdos. Sin embargo, en la actualidad nadie tiene en los pasturajes elevados otro animal que no sea vacas de carne. A la Sierra de Badaia siguen subiendo vacas, yeguas, ovejas y cabras, pero estos tres últimos tipos de ganado no son propiedad de vecinos de Ribera Alta. Hoy en día, según los estatutos de la Sierra de Árcamo, sólo pueden pastar en la misma vacas, yeguas y ovejas, las cabras están prohibidas. En la Sierra de Badaia, en cambio, pueden pastar además de los tres citados en primer lugar, cabras. En Árcamo hay tres toros sementales y es posible que otros tantos caballos, en Badaia cuatro caballos sementales e igual número de toros. En estos pastos el ganado permanece todo el año a excepción de los meses fríos de invierno; cuando comienza a nevar se baja y se estabula.
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