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De todas las semillas que tradicionalmente se han empleado en juegos de lanzamiento como si fuesen canicas, las más frecuentes han sido los ''güitos. ''. También se han utilizado nueces, avellanas, alubias e incluso bellotas.
Bajo la denominación de «A los güitos» se conocen varios juegos en los que se utiliza a modo de canica el hueso o güito de algunas frutas, normalmente el albérchigo.
En Gamboa (A) sustituyeron hacia los años cincuenta-sesenta a las ''cucurras ''o agallas de roble, mientras que los juegos siguieron siendo los mismos.
En Amézaga de Zuya (A) recuerdan que no era corriente comer albérchigos así que cuando un niño obtenía uno de estos güitos, lo trataba como a un objeto muy preciado.
Para jugar excavaban un ''bocho ''en el suelo y después desde una distancia previamente determinada, cada jugador tiraba un güito al mismo. El que más se acercaba recogía todos y los lanzaba hacia el hoyo de una vez. Los que entraban eran para él. Si en el primer intento no conseguía introducir ninguno, tenía otra oportunidad.
En Aramaio (A) el juego se llamaba «''«Pottopottoka» Potto-pottoka''» o «Potxoloka» «''Potxoloka''» y tomaban parte tanto chicos como chicas. Necesitaban un agujero y cinco o seis güitos de albérchigo, nueces pequeñas o avellanas. El güito recibía el nombre de ''potxolue ''y se intentaba introducir en el hoyo desde una distancia aproximada de tres metros. El que conseguía meterlo se quedaba con el güito o la nuez. Se jugaba mucho en primavera y se dejó de practicar hace ya algunos años.
En Mendiola (A) se denomina «Bocho». Los más pequeños, niños y niñas de seis a ocho años, hacen un agujero en el suelo y lanzan huesos de albérchigo tratando de meterlos en su interior. Tras varios intentos, el que menos haya introducido queda eliminado. Así hasta que quede sólo uno.
En Portugalete (B) es un juego de chicos. Horadan un pequeño agujero en el suelo junto a una pared y a una distancia convenida del mismo trazan una raya desde la cual lanzan los güitos de albérchigo. El número de participantes es variable y deben establecer con antelación con cuántos huesos juega cada uno.
Los niños lanzan sus güitos, uno a uno, hacia el ''bocho, '', tras lo cual recogen los que han entrado y dejan los demás en el lugar donde han caído. Una vez han tirado todos, al que le toca jugar el primero recoge los güitos que han quedado fuera y diciendo «arriba la huesada» los arroja hacia el ''bocho''. Aquéllos que logra introducir pasan a ser de su propiedad. Los restantes jugadores repiten la misma operación y así hasta que se agotan. Cuando un niño mete todos en el bocho lo señala diciendo «lorda» o «lera».
Este entretenimiento sólo se practicaba en la temporada en que se vendían albérchigos. Cuando alguno de los niños perdía todos sus güitos se decía que quedaba «apeluchao».
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En Bermeo (B) se conocía como «''«Piskásurke» Piskásurke''» y a diferencia de otras localidades se empleaban ''piskásurrek ''o huesos de melocotón. En un principio fue mixto pero después pasó a ser sólo de niños.
Aprovechando una oquedad en el suelo o bien abriéndola, cada participante lanzaba su ''piskasurre ''desde una cierta distancia bien tratando de meterlo o bien de dejarlo algo alejado de ella. El que conseguía introducir su hueso tenía derecho a lanzarlo desde el hoyo contra los de los demás, siendo para él todos los que golpeaba.
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En Ondarroa (B) se practicaba con huesos de pavía o melocotón, ''brisko azurrak'', un juego denominado «''Kastorin''». Participaban dos niños y cada uno de ellos aportaba cinco huesos. Después se colocaba en el centro, entre ellos, uno más pequeño. Desde una distancia convenida lanzaban por turno otro hueso tratando de golpearlos. Cada uno se apropiaba de los que movía y el que lograba desplazar el más pequeño, se adueñaba de todos.
Ya establecido el turno, el que más cerca la hubiese dejado, es decir el primero, intentaba meter todas las demás al hoyo. Para ello colocaba el dedo pulgar tras el índice y haciendo presión y después liberándolo golpeaba cada nuez dirigiéndola hacia el agujero. Realizaba la misma operación tanto con las suyas como con las de los demás jugadores.
Cuando lo había intentado con todas volvía a probar suerte nuevamente y así hasta tres veces, es decir, tenía tres oportunidades y tras agotarlas recogía del hoyo todas las nueces que había introducido y se las guardaba. El segundo niño volvía a intentarlo otras tantas veces con las que quedaban y así todos los demás.
En Lanestosa (B) se denominaba «El urreo» a un juego parecido. Se hacía un hoyo en el suelo y a una distancia de dos o tres metros se marcaba una raya. Desde ésta se lanzaban las nueces al hoyo tratando de meterlas. Tras tirar todos los participantes su nuez, al que la había introducido directamente le correspondía ser el primero en intentar meter las que no habían entrado y se hallaban alrededor del hoyo. Para ello las empujaba con los dedos desde el suelo y se quedaba con todas las que lograba introducir. En cuanto fallaba pasaba el turno al siguiente, que era el que más cerca tenía la nuez del hoyo. Así proseguía el juego hasta que se agotaban las nueces. En el caso de que al principio más de un niño metiera en el hoyo directamente su nuez, el orden de tiro se determinaba mediante un sorteo «a pies».
En Elosua Bidegoian (G) jugaban con a un juego similar en el que varios participantes lanzaban nueces pequeñas a un agujero desde una modalidad que llamaban distancia de dos o tres metros se le llamaba «''«Potxoloka». Klisken''Se trazaba una raya en el suelo y desde ella se tiraba una nuez hacia un hoyo». Al principio se lanzaba El mismo juego, pero practicado con la mano intentando dejarla lo más cercana al mismo. El que más avellanas, se aproximaba jugaba a continuación: cogía la nuez entre el pulgar y el índice e impulsándola con el pulgar trataba de meterla en el hoyo. El primero que lo lograba ganaba las nueces de todosdenominaba «''Platen''».
Convenían los participantes en jugar con un número determinado de nueces. Hecho esto, iban uno tras otro arrojando las suyas al hoyo desde la línea más lejana. El que más hubiese introducido tomaba todas las de los jugadores y las echaba juntas al hoyo desde el ''txongolat. ''Cuantas lograse introducir eran suyas.
Las que quedaban fuera del hoyo las recogía el que en el número de las nueces introducidas al principio siguiese al primero, ''y ''las lanzaba como éste. Así continuaba el juego hasta que no quedase ninguna<sup>s" </sup> En la década de los años veinte se recogió en San Sebastián (G) un juego denominado « ''Txolota». ''Este era el nombre que recibía el agujero que se abría en el suelo, en la mayor parte de las ocasiones junto a la pared de alguna casa. <sup>348 </supref>Alejandro URIGOITIA. «Folklore“Folklore. Juegos infantiles» infantiles” in ''Euskalerriaren Alde, '', XIX (1929) p. 245.</ref>.
En Zerain (G) conocían con el nombre de «''Plotxen''» un juego en el que también se arrojaban nueces a un hoyo, pero en el que después había que tratar de golpear las de los contrarios, al igual que ocurre con algunas modalidades del juego con canicas. Procuraban emplear nueces pequeñas y redondas, para lo cual las solían limar. Se colocaban en fila, sobre una raya, a unos tres metros del hoyo, ''plotxen'', y tiraban las nueces intentando introducirlas en él. El que lo conseguía pasaba a ser el primero en la siguiente jugada; el segundo sería quien hubiese dejado su nuez más cerca del hoyo y así sucesivamente. El que la había introducido en él, la recogía y la colocaba en el borde del mismo y mediante un impulso realizado con los dedos pulgar e índice, intentaba golpear las demás nueces. Se quedaba con todas las que acertase y cuando fallaba pasaba a jugar el segundo en el turno. Este tenía que introducir su nuez en el hoyo previamente y después proceder de igual modo que el anterior, así hasta que se terminaban todas las nueces. Jugaban chicos y chicas durante todo el año y cayó en desuso en la década de los sesenta.
<div align="center"><nowiki>* * *<sup/nowiki>9 </supdiv>ELIZONDO, «Folklore donostiarra. Juegos de la infancia», cit., p. 300.
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En Zerain (G) conocían con el nombre de para jugar «''«Plotxen» Intxaurreta''un juego en » cada participante necesitaba dos nueces por partida. Se determinaba el orden de tirada por el que también método de costumbre y se arrojaban nueces a un hoyo, pero marcaban dos rayas paralelas en el que después había que tratar de golpear las de los contrarios, al igual que ocurre con algunas modalidades del juego con canicassuelo. Procuraban emplear nueces pequeñas Cada jugador colocaba sobre la primera una nuez ''y redondas, para lo cual las solían limar''entre todas ellas se posaba una de menor tamaño denominada ''kiskiñe''. Se colocaban Los chicos se situaban en fila, sobre una la otra raya, a unos tres metros del hoyo, y por orden ''plotxen, y ''y con la mano tiraban su nuez procurando golpear a alguna de las nueces intentando introducirlas en éldepositadas. El Aquéllas que lo conseguía pasaba desplazaba pasaban a ser el primero en de su propiedad. En caso de mover la siguiente jugada; el segundo sería quien hubiese dejado su nuez más cerca del hoyo y así sucesivamentepequeña, ''kiskiñe'', se guardaba todas las demás. Este juego se perdió hacia los años 1950-60. El que mismo se conocía en Gorozika (B) como «''Kaistorrien''» o «''Intxurretara''». De la había introducido en élfila de nueces, a la más pequeña se le llamaba ''kaistorra'' o ''kiskiñe''. En la recogía y misma localidad de Zerain se practicaba también una versión muy similar a la colocaba en el borde del mismo y mediante un impulso realizado con los anterior que se denominaba «''Krisketan''».
A. Urigoitia denomina «''Kastorka''» a otro juego de nueces, posiblemente recogido en Zeanuri (B) y que obviamente se practicaba en otoño. Se trazaban en el suelo tres rayas distantes cuatro metros la primera de la segunda ''y ''unos dos centímetros ésta y la tercera.
Los competidores convenían el número de nueces que debían jugar en cada partida. Hecho esto y acordado el orden de participación comenzaba el juego. Las nueces se hallaban colocadas en la segunda línea menos una que se depositaba en la tercera. Cada jugador arrojaba su nuez desde la primera y el que consiguiese desplazar la situada en solitario se apoderaba de todas las otras. Por lo demás, las que conseguía mover de la segunda raya también pasaban a su