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Apendice Zantiratua

561 bytes añadidos, 10:06 24 jun 2019
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Una vez colocadas las hierbas se ataban con un pañuelo hasta el siguiente día, en que se repetía el mismo procedimiento. Al tercer día se realizaba por última vez con la completa seguridad de que al cuarto ya se habría curado el ''zantiritua''. En esta localidad decían que San Tiritu era el santo que había arrancado la vena de su sitio<ref>Recogido por Francisco de SALAZAR: LEF. (ADEL).</ref>.
 
 
 
 
En Lemoiz (B) las torceduras y luxaciones se curaban habitualmente haciendo ''zanatena''. Se recogían siete o nueve hierbas, siempre un número impar, llamadas ''zanbedarrak'', llantén, y se calentaban en una sartén con aceite. La curandera colocaba junto al contusionado un trapo rojo al que pasaba una aguja a la vez que decía:
=== :''Zanatenez '':''Zana urrutu ==='':''Zana bere lekun sartu.''
Ponía las hierbas en forma de cruz sobre el miembro herido y de nuevo repetía la fórmula anterior. Finalmente procedía al vendaje sin deshacerse de las hierbas. A los tres días comenzaba a notarse la mejoría. Esta práctica perduró hasta los años cincuenta.
En Gorozika (B) para curar una torcedura, ''biurkada'', se hace el ''zantiretua''. En los últimos tiempos una mujer (Hilaria Pagay) se dedica a esta práctica en la localidad. Para empezar se santigua tres veces y otras tantas al final. Coloca un calcetín de lana encima de la torcedura, enhebra una aguja y pasando la misma por la prenda hace seis cruces de arriba abajo y de derecha a izquierda, repitiendo con cada una de ellas:
:''Zantiretu zana urrutu zana bere lekuan sartu.'' Después templa hojas de llantén, :''zanbedarrazana urrutu'', en aceite caliente, les quita la piel y las pone cruzadas encima de la zona dolorida. Tras santiguarse tres veces, el ''zantiretua ''está concluido. El afectado, una vez en casa, frota con aceite templado la zona lesionada y aprieta la venda que la cubre cuanto más fuerte mejor. Si guarda reposo se cura antes. Si para el tercer día no ha notado mejoría alguna, es señal de que no se trata de un ''zantiretua:''zana bere lekuan sartu. Se conoce también otra forma de practicarlo, haciendo las cruces con juncos, ''ziriak'', encima de la torcedura.
Después templa hojas de llantén, ''zanbedarra'', en aceite caliente, les quita la piel y las pone cruzadas encima de la zona dolorida. Tras santiguarse tres veces, el ''zantiretua'' está concluido. El afectado, una vez en casa, frota con aceite templado la zona lesionada y aprieta la venda que la cubre cuanto más fuerte mejor. Si guarda reposo se cura antes. Si para el tercer día no ha notado mejoría alguna, es señal de que no se trata de un ''zantiretua''. Se conoce también otra forma de practicarlo, haciendo las cruces con juncos, ''ziriak'', encima de la torcedura.
En Busturia (B) cuando se produce una torcedura de pie se coloca una hoja de ''zanbedarra ''(''Plantago lanceolata'') en cada dedo del pie y otra alrededor del talón. Después se venda todo ello. Las hojas de esta planta se calientan previamente en una sartén para poder quitarles los nervios. Según un informante si el paciente es hombre las hojas que se aplican son más alargadas mientras que si se trata de una mujer son más anchas. En el primer caso se trata de ''Plantago lanceolata ''y en el segundo de ''Plantago media''.
En esta localidad el ''zantiretua ''se aplicaba cuando una persona o un animal se hacían una torcedura, ''biorkada'', en una extremidad, o cuando se producía una hinchazón tras una caída. En cada barrio había una persona que conocía la práctica del ''zantiretua''; últimamente es más difícil encontrar una experta. La mujer entendida en este menester tomaba un paño negro de lana y comenzaba a hacer cruces en la zona dañada o hinchada a la vez que decía:
=== [[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image080.gifImagen97.png|top]]''Zan + tiretu '':''Zana + urrutu ==='':''Zana + bere lekuen sartu.''
''Zana + bere lekuen sartu.'' Tras esto se santigua tres veces y con la ayuda de dos dedos ata el paño de lana a la zona donde se ha producido la torcedura. Todo el proceso se repite una segunda vez y una tercera, tras lo cual se promete a Santa Mariñe que se le rezará una Salve. Por si el paciente no sabe rezar dicha oración, la curandera la recita en su lugar y mientras dura la plegaria sigue haciendo cruces. En Mundaka (B) el paño negro de lana se cose con aguja e hilo tras colocarlo sobre la torcedura<ref>Cuentan en Busturia que un cura que decía que no debían realizarse tales prácticas permitió que una mujer se lo hiciera a él sobre una torcedura que no conseguía curar. Recuerdan que había otro cura que decía que tanto el ''zantiretu ''como las prácticas contra el mal de ojo, ''begizkune'', estaban permitidas pero que otras prácticas como la de rezar las oraciones de atrás hacia adelante o de una manera enrevesada eran perjudiciales.</ref>.
En Bermeo (B) había dos mujeres que practicaban el ''zantiritua''; una lo ejercía en el barrio de pescadores y la otra en el resto de la localidad. La primera comenzaba el tratamiento recitando la siguiente oración: “''Santa Ageda gloriosea, azurrak eta mamiñak beran lekuan lotzeko grazia''” (Santa Águeda gloriosa, dame gracia para volver a su sitio los huesos y las carnes). Luego tomaba entre sus dedos una porción de unos diez centímetros de la tira de cuero de una boina y con la misma, entre los dedos, hacía cruces en distintos puntos de la zona afectada, recitando rítmicamente la siguiente fórmula:
:''Zan-tiritu, '':''zan-urrutu, '':''zana beran lekuen sartun.''
:(Vena traccionada/ vena lesionada/ vena métete en tu sitio).
La segunda de las curanderas tomaba con sus dedos un poco de aceite vertido en un plato y friccionaba el tobillo afectado. A continuación se santiguaba tres veces y realizaba otra tanda de masajes, haciendo la señal de la cruz tres veces seguidas y repitiendo cada una de las veces la siguiente fórmula:
:''Zan-tiritu, '':''zan-urrutu, '':''zana beran lekuen gelditu.''.
La operación de santiguarse en tres ocasiones y hacer las tres cruces repitiendo la fórmula anterior se realizaba cinco veces seguidas durante tres o cinco días consecutivos. Terminada cada una de las sesiones vendaba el tobillo, debiendo mantenerlo así hasta la próxima sesión.
La primera de las curanderas no aplicaba ningún tipo de fricción limitándose a hacer nueve cruces y a rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías. Luego colocaba sobre la zona afectada un trapo empapado en aceite y vino y ordenaba guardar reposo absoluto, manteniendo el pie durante unos días estirado y apoyado sobre una banqueta. Repetía la práctica tres días consecutivos. Según esta informante los lesionados curaban o mejoraban ostensiblemente dentro de los tres días. En caso contrario se debía traer agua de mar o bien preparar en casa agua salada. Esta agua se calentaba, se empapaba un trapo con ella y se colocaba sobre la zona afectada al igual que con el aceite y el vino. Piensa que el vino reabsorbe la inflamación mientras que el agua de mar sirve exclusivamente para ablandarla. Varios informantes coinciden en que no debía utilizarse el alcohol para hacer estas friegas porque “no deja circular la sangre”. El ''zantiritu ''servía fundamentalmente para los esguinces de tobillo pero según una de las curanderas también se podía utilizar en las torceduras de muñeca o en los tirones musculares del cuello.
Zabala y Otzamiz-Tremoya recogió en Bermeo (B) en el segundo decenio del siglo XX que la distensión, ''zan tiretu'', se curaba frotando tres veces el músculo distendido con una cinta de lana negra y recitando:
:''Zan tiretu, '':''zan urrutu, '':''zana bere lekura sartu''<ref>Anjel ZABALA eta OTZAMIZ-TREMOYA. ''Historia de Bermeo''. Tomo II. Bermeo: 1931, p. 430.</ref>.
En Maguna-Ibarruri (B), la curandera doblaba un delantal sobre el miembro dolorido y uno de los presentes rezaba el Credo al revés, mientras los demás recitaban alguna oración; luego el enfermo tenía que dar tres vueltas a un nogal, de izquierda a derecha.
En Mundaka (B), para curar la luxación, se daba a quien la padecía tantas fricciones como años tuviese<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 262.</ref>.
En Orozko (B) los esguinces o torceduras, ''biurrak'', se curan haciendo un conjuro conocido como ''zantiritua''. Se practica principalmente en caso de esguinces, torceduras de muñecas y codos y luxaciones de hombros. Hoy en día esta práctica sigue vigente y aquellos a quienes se la han hecho están satisfechos de los resultados obtenidos. Según una de las informantes para llevarla a cabo se corta un hiladillo –cinta de algodón– de medio metro aproximadamente, y se coge por cada uno de sus extremos; manteniéndolo tirante y cambiándolo de posición se dibuja una cruz en el aire, sobre la zona lesionada, al tiempo que se dice:
=== :''Zan tiratu, ==='':''Zan apurtu,'':''Zan bere lekuan sartu.''   
''Zan apurtu, Zan bere lekuan sartu.''
Seguidamente se aplica el hiladillo sobre la zona afectada y se pasa una aguja como si se fueran a unir sus extremos mientras se reza un Avemaría. Se repite todo el proceso tres veces y durante tres días consecutivos.
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