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Tratamiento de la herida

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En Bidegoian (G) se hacía una mezcla de aceite y vino a partes iguales, se calentaba y se aplicaba sobre la herida.
En Zerain (G) después de limpiarla con agua caliente, aplicaban una cataplasma de hojas de murajes, ''pasmo-belarra'', y miel que se mezclaba al calor. En esta misma población consideraban que lo mejor para limpiar las mordeduras de perro era hacer una mezcla a partes iguales de aceite y vino, que se calentaba y se aplicaba muy caliente, para ''quemar ''la herida, a la temperatura que lo pudiese soportar el afectado sin que le quemase. Después se le aplicaba una cataplasma que se hacía con aceite y vino en la misma cantidad, tres hierbas, ''iru pasmo-belar'', en concreto ''Anagallis arvensis ''de flor blanca y de flor roja y ''Glehoma hederacea'', además de un poco de cera virgen. Se mezclaba todo y se aplicaba sobre la lesión. Había que cambiarlo todos los días.
En Arraioz (N) se calentaba aceite con ajo y cuando estaba bien caliente se aplicaba sobre la herida. En Lekunberri (N) también se desinfectaba la zona mordida con aceite frito con ajo.
En Bidegoian (G) antaño para curar la mordedura de un perro se obraba de igual modo: se limpiaba la herida y luego se cortaba un mechón del pelo del animal que la había causado y se colocaba sobre la misma. Se mantenía así varios días hasta que se curase.
En Liginaga (Z) y Uharte-Hiri (BN) las mordeduras se curaban cubriéndolas con el pelo de la cola del mismo perro que había mordido<ref>Black recogió esta práctica de curar la herida causada por la mordedura de un perro con pelo del propio animal como ejemplo de magia simpática. Vide William G. BLACK. ''Medicina popular''. Barcelona: Alta Fulla, 1982, pp. 68-70.</ref>.
En Telleriarte (G), en tiempos pasados, se le hacía lamer al perro la herida ya que se consideraba que su lengua “era lo más limpio”, ''txakurraren mingaiña garbiena dalako''.
También estuvo difundido en tiempos pasados el uso de remedios con plantas tal y como se recoge en las siguientes descripciones. Ya se ha citado anteriormente algún caso.
En Astigarraga (G) sobre la mordedura se solía poner un emplasto de ''verbena ''para “limpiar la sangre sucia” y luego pomada casera. Otras veces se aplicaba ''arnica ''o ''iodo-belarra ''machacada. En Telleriarte (G) se colocaban unos trapos humedecidos en yodo y agua de ''mermen-belarra''.
En Elosua (G) se machacaba un diente de ajo hasta que desprendía un líquido con el que se ''quemaba ''la herida; después se cubría con un trapo. Algunos también aplicaban en la mordedura una telaraña.
En Bermeo (B) se aconsejaba frotar la zona lesionada con ajos o bien cortar éstos en rodajas y ponerlas sobre la mordedura cubriéndola a continuación con una venda.
En Vasconia continental para calmar el dolor y prevenir la infección se aplicaba a la herida un ungüento compuesto por ajos fritos en grasa sin sal, que se daba tantas veces como fuese necesario<ref>DIEUDONNÉ. “Medécine populaire au Pays Basque” in ''Gure Herria''. Tomo XXVI. Bayonne: 1954, p. 196.</ref>.
En Muskiz (B) a estas heridas y a otras se les aplicaba la savia de la celidonia. En Bidegoian (G) también se ''quemaban ''con la savia de la ''hierba yodo''. En Gorozika (B) se ponía sobre las mismas ''epai-bedarra''.
En Bedarona (B) se aplastaban ortigas, se les echaba un poco de sal y la masa se colocaba encima de la lesión, cubriéndola con una tela. Se cambiaba cada noche.
En Mendiola (A) se desinfecta la mordedura como cualquier otra herida, con agua oxigenada o yodo, y se acude al médico para su tratamiento. Antaño era común recurrir a una pomada que se elaboraba batiendo aceite, manteca, leche y hollín, que facilitaba su cicatrización.
En Sangüesa (N) se untaba la herida con grasa de caballo. mordedura de un perro con pelo del propio animal como ejem- [[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image001.gifImagen26.png|top]]plo de magia simpática. Vide ''Medicina popular'', op. cit., pp. 68-70.
En la actualidad lo corriente es lavar la herida y desinfectarla con los productos que se pueden adquirir en el mercado. También acudir al médico para recibir un tratamiento adecuado.
En Berganzo (A) cuando se producía una mordedura se desinfectaba y se comprobaba si el animal ''estaba rabiado''. Si había rasgado la piel se iba al médico y si no, se curaba con alcohol, yodo o agua oxigenada.
[[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image014.gifImagen27.png|top]]En Berastegi (G) se limpiaba la herida con agua o con agua oxigenada y se ponía alguna pomada. Después se indagaba si el perro tenía rabia para acudir al médico en caso afirmativo.  En Ribera Alta (A) consideraban que la mordedura de un perro era un asunto serio. Lo primero que hacían era desinfectarla con agua hervida y yodo y después asegurarse de que el perro no tuviera la rabia.
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